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González Macho, reelegido presidente de La Academia de Cine

Es la segunda vez en la historia de la institución que su máximo dirigente repite El productor y exhibidor se impuso a la también productora Piluca Baquero

Gregorio Belinchón
Enrique González Macho y Piluca Baquero esta mañana en la sede en Madrid de la Academia de Cine.
Enrique González Macho y Piluca Baquero esta mañana en la sede en Madrid de la Academia de Cine.claudio álvarez

Enrique González Macho ha sido reelegido esta mañana presidente de la Academia, con el actor Antonio Resines y la directora Judith Colell, que conformaban su terna, como vicepresidentes. El productor y exhibidor dijo en febrero que se quería retirar “de todo lo que tuviera que ver con el cine” (incluyendo la Academia, aunque aseguró que se lo replantearía si aparecían “candidaturas raras o peligrosas”), antes de desdecirse el 10 de abril, el día en que se cerraba el plazo de presentación de las candidaturas. Tres días antes, la productora Piluca Baquero, con la actriz Ana Álvarez y el director Manuel Palacios como vicepresidentes, había dado ese paso adelante con la ambición de “dar un nuevo enfoque ante una nueva era, en la que Internet ha irrumpido en nuestra industria”. González Macho se justificó comentando: “Me lo ha pedido mucha gente. Y quiero acabar ciertas cosas”.

El reelegido presidente ha sacado 290 votos contra los 110 obtenidos por Baquero. En total, 423 votos emitidos –hubo 22 abstenciones y uno nulo- de un total de votantes desconocido: la Academia tiene 1.200 socios, pero no todos tienen derecho a voto al no estar al corriente de pago, y esa cifra no es pública. Hace tres años, el 11 de abril, se contabilizaron 357: 256 a favor de González Macho por 101 a favor del su entonces rival, el fallecido Bigas Luna. González Macho es, además, el segundo presidente reelegido en la historia del organismo (tras José Luis Borau), y la tercera que se elegía entre dos candidatos (el resto de las ocasiones solo hubo un nombre).

En la Asamblea previa a la votación hubo momentos tensos entre algunos académicos por  el  nombramiento hace unos días del nuevo Director General, Porfirio  Enríquez

El ambiente en la Asamblea General, celebrado en el salón de actos de la Academia mientras se votaba la presidencia en una urna, fue tenso. El motivo: la elección el día anterior por parte de la Junta Directiva (formada por 28 vocales que representan a todos los ramos presentes en la Academia) del nuevo Director General, la persona que tiene que pilotar el día a día de la institución y buscar los patrocinadores para sus diversos premios, en especial los Goya. El escogido fue Porfirio Enríquez, director de fotografía de 71 años y responsable del festival de cine iberoamericano de Huelva de 2003 a 2005. Por fechas de los plazos legales, el día para elegir ese cargo era efectivamente el viernes, pero la Comisión ejecutiva –formada por ocho vocales, aunque uno de ellos, el expresidente Enrique González Macho, no ha participado en estas últimas semanas en ninguna labor de la Academia al encontrarse en pleno proceso electoral- podía haber aplazado la decisión hasta la elección del nuevo presidente. Más aún, desestimaron todos los currículos de aspirantes externos, en especial el otro finalista, y seleccionaron para el puesto a un miembro de la propia Junta Directiva. Miembros de las dos candidaturas que disputaban la presidencia confesaban que no se sentían nada felices con los tiempos y la decisión de la Junta. Y por ello, en la Asamblea, que empezó a las diez de la mañana, hubo momentos tensos entre diversos académicos pidiendo la explicación del nombramiento de Enríquez.

En la rueda de prensa posterior a su elección, González Macho y Colell –Resines tras votar se fue a una boda familiar- comentaron su alegría por la alta participación. “Siempre es importante que la gente vote, que haya varias candidaturas y que posteriormente juntos por la Academia. El debate siempre mejora”, decía la vicepresidenta, que también repetirá en su cargo. “Si es cierto que me dediqué a apagar fuegos en el primer mandato, ahora apagaré los rescoldos que nunca se acaban”, comentó a su lado González Macho. “Los rescoldos que quedan son, primero, el marco legal del cine, que sigue en el aire, y después la piratería. Pero son rescoldos ajenos a nuestra posibilidad de solución”. Sobre la próxima gala de los Goya, el presidente sacó a relucir su ironía habitual: “Me da mucha vergüenza ir a los Goya porque voy a decir lo mismo que el año anterior y el anterior. Ojalá las cosas cambien para poder decir otras palabras”. A su lado Colell puntualizó: “Que cambien a mejor, porque el sector está muy mal. Bueno, como todos los sectores. Hay cosas positivas: el éxito de Ocho apellidos vascos y de Carmina y amén, o las buenas críticas para ’10.000 kilómetros’… y otras películas que ahora olvido”. A lo que remató el presidente: “Curiosamente va a ser un muy buen año creativo para el cine español. Yo en los Goya quiero cantar un bolero. Mira, en este país nunca se sabe lo que va a pasar al día siguiente, así que yo escribo mis discursos 24 horas antes. En cambio, si cantara un bolero… Un bolero es eterno”.

Sobre la Asamblea, no comentaron más que había sido “larga y aburrida, como suelen ser estas cosas”, y agradecieron a todos sus votantes. “Tenemos que mejorar, por supuesto, hay que hacer autocrítica, e incorporar a gente nueva”.

Piluca Baquero, la derrotada se declaraba contenta con su campaña, que ha logrado que la gente hable de lo que se hace desde la Academia “y que ha tenido más de 8.000 impactos en las redes sociales con el hashtag #valordecine”. Baquero ha hecho una campaña que incluía vídeos de promoción. En cambio el reelegido presidente ha preferido un perfil bajo, más allá del debate electoral que celebraron en la Academia los dos candidatos.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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