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El Turner que habla de la era digital

Los artistas finalistas para el premio de la edición de 2014 apuestan por un universo de 'collage' que bebe de Internet

Un espectador, ante el vídeo de la artista Laure Prouvost, Premio Turner 2013.
Un espectador, ante el vídeo de la artista Laure Prouvost, Premio Turner 2013.PETER MUHLY

No es escultura; ni tampoco pintura. Es otra la materia de la que está hecho el arte contemporáneo. Al menos, así es a tenor de lo que indica la lista que anuncia los cuatro finalistas del premio Turner de 2014 que se entrega en diciembre, el más prestigioso —y publicitado— de Reino Unido en esta categoría, y del que han salido nombres que tanto han sonado después como Damien Hirst en 1995 o el cineasta Steve McQueen en 1999. Desde un artista de YouTube compilador de los rastros que deja la censura por un borrado de papel de lija en las bibliotecas públicas de Japón para componer un arte erótico a una narradora que emplea rápidas palabras en sus performances, además de registros de casetes. Todos ellos son muy jóvenes, dos residen en Escocia, ninguno de ellos es inglés, y su arte procede de piezas o restos a la manera de collages. El panel que los ha seleccionado no oculta los hechos, y señala que estos artistas sugieren “el impacto de Internet, el cine, la televisión y la tecnología de los móviles en una nueva generación de artistas”. James Richards, Tris Vonna-Michell, Ciara Phillips y Duncan Campbell son los candidatos.

James Richards, nacido en 1983, el más joven del grupo que compone la lista, recurre a los archivos de películas y a las imágenes, un estilo de edición que se considera “mucho más próximo a la composición musical que a la narrativa fílmica”. Rosebud, el trabajo por el que compite, es un vídeo en blanco y negro que se compone de fotografías de artistas como Robert Mapplethorpe o Man Ray, encontradas en un viaje de Richards por Japón y que habían pasado por la censura de una lija en las bibliotecas públicas, en las que se prohíben las imágenes que puedan excitar a los lectores.

Las instalaciones y las performances en las que emplea la palabra hablada así como las grabaciones son, junto con el empleo de tecnología en desuso, la marca distintiva en Postscript II de la artista Tris Vonna-Michell, artífice de los que se definen como guiones visuales. Duncan Campbell, creador de video de origen irlandés radicado en Glasgow, ha sido elegido por su trabajo It for others y representó a Reino Unido en la bienal de Venecia de 2013. De él se destacan "los retratos fílmicos de individuos provocadores” como por ejemplo John DeLorean el creador del coche que la película Regreso al futuro hizo famoso. Otra de las candidatas es la canadiense residente también en Escocia Ciara Phillips, que ha desarrollado una labor artística que se entreteje con el activismo con su interés por las expresiones marginales, por la artesanía y el diseño.

Los comentarios en la prensa británica han sido de sorpresa, a pesar de que a este galardón que premia la tarea de un artista visual menor de 50 años siempre lo acompaña la controversia: el crítico de arte de The Guardian Adrian Searle ha calificado la lista como “desconcertante”, por inesperada y porque, en su opinión, representa un gesto provocador. “Parece que los jueces desean sacudir las cosas, pero además traernos aquello con lo que estamos menos familiarizados. Marca un cambio, no solo de generaciones de artistas, sino también del premio en sí”, ha apuntado Searle en el diario británico. Esto sucede precisamente cuando la distinción que organiza la Tate se encuentra de 30 cumpleaños. Por su parte, el responsable de información de arte de la BBC Will Gompertz piensa que la lista es coherente con la línea “inconformista” por la que se ha definido este premio, dotado con 25000 libras (unos 30.400 euros), a lo largo de su historia.

La directora de Tate Britan y presidenta del jurado del Turner 2014, Penelope Curtis, ha afirmado que los trabajos que llegan como finalistas se caracterizan por su seriedad y por su compromiso político y social; al mismo tiempo, ha tratado de quitar hierro al hecho de que no hayan sido nominados pintores o escultores tradicionales. Curtis es consciente, como se trasluce en sus palabras, de la dificultad que entraña comunicar la importancia de estas obras “que han capturado la imaginación de muchas personas durante los últimos 12 meses”. “Estas obras todas tienen una presencia internacional fuerte, además de la habilidad de adaptar y reinterpretar el trabajo de otros y el suyo propio; desarrollan su labor con frecuencia en un contexto social de colaboración”. La comisaria de arte contemporáneo de la Tate Britain, Lizzie Carey-Thomas ha dicho a su vez que está lista es más accesible que en pasadas ediciones. “No es arte sobre el arte, sino arte sobre el mundo y otros temas de los que todos tenemos experiencia; con los que nos podemos relacionar”.

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