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Xplora, Nitro, La Sexta 3, Nueve y La Siete: despedida y cierre

En vísperas del apagón, comienza la mudanza de programas en los canales de la TDT

Rosario G. Gómez
'El mentalista', una de las series más vistas de Nitro.
'El mentalista', una de las series más vistas de Nitro.

Los operadores lo han vivido como un atropello, una expropiación, un ataque sin precedentes. Y pese a los intentos por impedirlo, dentro de dos días tendrán que echar al cierre a nueve canales. Algunos ya han dejado de emitir o se han pasado a la televisión de pago. Otros agotarán hasta el último minuto su presencia en la TDT.

Atresmedia lleva a negro tres programaciones: Xplora, Nitro y La Sexta 3, que en conjunto suponen un 5% de toda la audiencia. Mediaset apaga Nueve y La Siete, que absorben el 1,7%. Net TV y Veo TV también han sido obligadas a cerrar dos canales. La primera se ha desprendido de MTV (ahora en plataformas de satélite y cable) e Intereconomía (clausurada tras una prolongada asfixia económica). La segunda ha desalojado a AXN (instalada en el pago) y el año pasado apagó la deportiva Marca TV.

Las compañías que tenían alquilados canales a Net TV (grupo liderado por Vocento) y Veo TV (Unidad Editorial) han ido huyendo de la TDT. Pero algunas de esas frecuencias estaban ocupadas por simples teletiendas, que ahora también tendrán que echar la persiana. Net TV mantiene Paramount Channel (arrendado a Viacom) y Disney Channel, del gigante de la animación; mientras que Veo TV alberga 13 TV, en cuyo accionariado participa la Conferencia Episcopal, y Discovery Max, de la multinacional estadounidense.

Habrá también mudanzas de programas. La primera se producirá esta noche. La tertulia deportiva El chiringuito de jugones abandonará poco antes de la madrugada Nitro y, en plena emisión, dará el salto a La Sexta, la nueva casa del programa que presenta Josep Pedrerol. El cambio de frecuencia se realizará precisamente en una jornada en la que podría decidirse la Liga.

Los operadores afectados reclamarán daños y perjuicios

Atresmedia es el operador más afectado. Cierra tres de sus ocho canales, de los cuales tiene alquilado a Mediapro GolT, que emite en pago. Así pues, explotará cuatro ofertas de manera directa: Antena 3, La Sexta, Nova y Neox. Mediaset, su principal rival gana ventaja. Competirá con seis: Telecinco, Cuatro, FDF, Divinity, Boing y Energy. Con este abanico, ambos operadores confeccionan parrillas generalistas y temáticas.

El fin de estos nueve canales es el penúltimo capítulo del desatino en la política audiovisual española. Todo arranca con la configuración del plan técnico nacional de la TDT de 2005 y la asignación de canales adicionales a los operadores privados de ámbito nacional que hasta entonces veían emitiendo en analógico. Tras la cesión de nuevas frecuencias, las cadenas asumieron una serie de compromisos para impulsar la digitalización televisiva.

Todo tenía que estar listo para que en abril de 2010 se produjera el apagón analógico. El cambio tecnológico permitía que en el mismo espacio radioléctrico que ocupaba un canal convencional, pudieran viajar cuatro digitales. Así, en abril de aquel año se publicó un decreto según el cual se reconocía a cada uno de las seis compañías privadas de televisión (Antena 3, Telecinco, Cuatro, La Sexta, Veo TV y Net TV) el derecho a explotar un canal múltiple (con un máximo de cuatro señales cada uno). El acuerdo del Consejo de Ministros para la asignación de los múltiples se celebró el 16 de julio de 2010, dos meses y medio después de que entrara en vigor la Ley General de la Comunicación Audiovisual, cuyo texto establecía que las licencias de televisión han de otorgarse mediante concurso público.

La empresa de distribución de señales de televisión Infraestructuras y Gestión 2002 recurrió estas adjudicaciones y el Tribunal Supremo le dio la razón a finales de 2012 al declarar nula la asignación de los múltiples. Cuatro meses después, el Gobierno del PP se comprometió a ejecutar la sentencia. Y estableció para ello que los operadores podrían seguir emitiendo hasta que se llevara a cabo el proceso del llamado dividendo digital, que implica la cesión de las frecuencias de la televisión a las telecos para dar servicios 4 G.

Sin embargo, el Supremo instó al Gobierno al cierre de los canales y el Ministerio de Industria ordenó que apagaran antes del 6 de mayo.

De momento, las compañías afectadas acatan el cierre de nueve canales, pero ya han advertido de que reclamarán indemnizaciones por el “daño económico derivado de este atropello”, según el consejero delegado de Mediaset, Paolo Vasile, que atribuye el fallo judicial a un “error” de la Administración. En la misma línea, el presidente de Atresmedia, José Manuel Lara, ha dicho que peleará “con todas las herramientas a su alcance” para ser recompensados por el cierre de unos canales en los que la compañía ha invertido “tiempo, esfuerzo, creatividad y muchos recursos”.

Pero la situación puede empeorar. Sobre la mesa, el Supremo tiene un nuevo recurso relativo a la adjudicación (también sin concurso) de otros ocho canales. Si prospera y el alto tribunal resuelve en la misma dirección, el modelo audiovisual español podría retroceder 25 años.

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