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Ecos de una conjura

El historiador Ángel Bahamonde encara con una nueva mirada la rendición militar de Madrid a Franco por el coronel Segismundo Casado

Foto de 'Madrid 1939', de Bahamonde.
Foto de 'Madrid 1939', de Bahamonde.

Cuando se cumplen 75 años del fin de la Guerra de España, un libro, Madrid 1939 (Cátedra), reconstruye desde una nueva mirada el episodio tal vez más doloroso y desconocido por el gran público de cuantos ensombrecieron la contienda civil: la entrega del heroico Madrid republicano a las tropas de Franco, culminada el 1 de abril de aquel año infausto. El libro del historiador y catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Carlos III, Ángel Bahamonde, lleva por subtítulo “La conjura del coronel Casado”. Versa sobre el preludio, la trama y el desenlace de un hecho histórico tan amargo para los vencidos de la Guerra Civil -que por él hallaron atroz derrota bélica y política- como incómodo para los vencedores: sólo gracias a la felonía de algunos de sus protagonistas del campo republicano -y no por las armas- pudo Franco yugular arteramente la retadora bravura que en 1936 permitió que el pueblo de Madrid y un ejército miliciano de albañiles impidiera durante tres inolvidables años el empuje de un ejército regular poderoso, organizado y abastecido como el de Franco, que contaba, además, con el aval de muchos siglos de inercial opresión oligárquica.

Ángel Bahamonde, con firmeza de criterio y ágil desenvoltura, se aproxima a aquellos hechos a la luz de un caudal inédito de valiosos documentos: entre otros, un millar de sentencias judiciales de milicianos leales a la República y también de militares desleales a ella, sometidos ambos a juicios sumarísimos por una jurisdicción de excepción creada al acabar la contienda y caracterizada por ignorar a sabiendas su condición de prisioneros de guerra. La tesis del libro se amalgama en torno a la idiosincrasia militar entonces vigente según la cual, gran parte de los militares republicanos conjurados, cuyo liderazgo recaía en el coronel Segismundo Casado, creía compartir con Franco no solo su anticomunismo y su antisovietismo viscerales sino, además, una misma obsesión: aquella que atribuye únicamente a la “familia” militar la responsabilidad de regir y corregir los destinos de la nación española. Y ello también por mostrar, desde sus respectivas posiciones, un evidente, compartido y políticamente letal desprecio hacia la sociedad civil y hacia la representatividad política que toda democracia, como la republicana, le otorgaba. Bahamonde descarta la supuesta inocencia bienintencionada de los mentores de la rendición: demuestra que, a demanda de Franco, Casado y los suyos, como el anarquista Cipriano Mera y el socialista Julián Besteiro, urdieran un golpe de Estado cruento –dos mil víctimas, con prisioneros entregados a Franco- contra el Gobierno del socialista Juan Negrín y sus aliados del PCE, ambos opuestos a la rendición y partidarios de proseguir la contienda hasta la inminente Segunda Guerra Mundial. Aquel golpe, como demuestra fehacientemente Bahamonde, fue aleccionado previamente por el espionaje y la “quinta columna” de Franco- y preludió la entrega de Madrid por obra del coronel Casado: éste acariciaba la promesa de una rendición honorable - una especie de “abrazo de Vergara” entre carlistas e isabelinos- con respeto incluido a vidas, carreras y destinos militares, que el dictador jamás cumplió y trocó por una sangrienta sinfonía de paredones, prisiones y exilios.

* Madrid, 1939. La conjura del coronel Casado. Ángel Bahamonde. Editorial Cátedra. 265 páginas. 16 euros.

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