El pequeño estudio de la artista JeeYoung Lee se transforma en un espacio de fantasía para representar momentos de su vida
'Cazador de tesoros' pone de manifiesto uno de los elementos fundamentales para Young Lee, el color, que utiliza como vehículo expresivo, a veces jugando a la contra de lo que suele asociar el subconsciente del espectador al cromatismo elegido.'Volveré' es un conjunto de abanicos azules que se superponen en un vórtice. La mano de Lee intenta aferrar una cuerda, un elemento simbolista más de su obra.En 'La pequeña chica de las cerillas' se aprecia ese uso del color 'a la contra' de lo esperado. El rojo que viste Young Lee en esta imagen no simboliza peligro, sino "esperanza, deseos de seguir creando".Ratones camino de una cena, 'La última cena'. A pesar del evidente simbolismo onírico, Lee declara no conocer ni a Breton ni la cultura europea en general, que la ha fascinado en su primer viaje hasta llegar a afirmar que "sería una artista muy distinta si hubiera nacido aquí".Por increíble que parezca, no hay el menor retoque fotográfico en las imágenes de ensueño creadas por Lee. Los nenúfares y flores de 'Resurrección' imagen son fruto de un delicado trabajo, de uno a dos meses por obra.'Infancia' quiere retratar eso mismo, la niñez. Pero no la niñez como concepto abstracto, sino la niñez de JeeYoung Lee, que considera sus obras peculiares autorretratos, o las páginas vivas de un diario.Uno de los ejemplos más espectaculares del predominio de un color en el arte de Lee, el díptico de 'Ansiedad'.Lee se viste de mujer mariposa en 'Dulce apetito', una de sus composiciones más lisérgicas, con un colorido de arcoíris.Corazones como huevos. El desamor para Lee es un huevo partido infinitas veces, con la yema derramada como si fuera sangre amarilla. 'Corazón roto' es el título de la obra.Un ataque de siluetas de cuervo en 'Pájaros negros' le sirve a Lee para poner en práctica una de sus obsesiones, el equilibrio de colores en la composición.Lee apunto de salir de la sedosa crisálida mientras las orugas se afanan en su segunda obra, 'Cumpleaños'.Vadear el 'Monzón' creativo es la obsesión de esta artista plástica, que no descarta el cine y la ilustración para seguir alimentando su obsesión creadora: descubrirse, obra a obra, a sí misma.
