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Se edita la única novela que escribió Charles Chaplin

La cinemateca de Bolonia publica 'Footlight', el único libro de ficción del cineasta El personaje de Charlot nació un 7 de febrero de hace cien años

Primera página del texto de 'Footlights' de Charles Chaplin.
Primera página del texto de 'Footlights' de Charles Chaplin.

"En las primeras sombras del crepúsculo, mientras la luz de Londres se hacía más viva contra el cielo color del azafrán, Thereza Ambrose, una muchacha de diecinueve años, se deslizaba fuera de la vida, se hundía en la oscuridad de una habitación pobre y angosta, en una de las calles secundarias de Soho”. Podría parecer el principio de un cuento de Charles Dickens, pero son las primeras líneas de una novela, inédita hasta hoy, escrita casi un siglo más tarde por otro genio, pero del cine: Charles Chaplin. La cinemateca de Bolonia, que en una década ha restaurado y pasado al digital todo su inmenso archivo, acaba de publicar el único libro de ficción del artista, Footlight. Chaplin lo escribió con 59 años, en 1948, tras el fracaso de Monsieur Verdoux y poco antes de dejar Estados Unidos por su fama de comunista. Cuatro años después de aquella historia nació su última gran película, Candilejas.

La publicación es la guinda del homenaje que el Instituto italiano brinda al nacimiento de su personaje Charlot: el 7 de febrero de 1914, hace hoy cien años. Entonces un joven y desconocido actor británico de gira en Estados Unidos con su compañía teatral, recién rendido al cine por la promesa poco poética de un sueldo fijo, entró en el guardarropa de los estudios de la productora Keystone, en Hollywood, para buscar caracterizar su debut en la gran pantalla: salió con un bigote negro, un bastón, una chistera demasiado pequeña, los pantalones demasiado anchos. Fue aquello el instante mágico en el cual por una mezcla de casualidad, sabiduría e instinto —lo que los románticos pueden llamar destino— nació la máscara más famosa del cine, el Vagabundo.

En cuanto a su incursión en la literatura, “Footlight no es un guion ni un texto escrito pensando en una posterior película basada en la historia", precisa Cecilia Cenciarelli, que coordina el gran rescate de los 150.000 documentos, cartas, fotos, cintas y fragmentos de películas que componen el archivo del actor nacido en Londres en 1889 y fallecido el día de Navidad de 1977. Se trata, añade Cenciarelli,  "de un texto con dignidad literaria, una elección cuidadosa de los términos, un título, un desenlace, hasta una tipografía pensada para la impresión”.

Como Candilejas, la novela es protagonizada por un viejo clown que ya no arranca la risa a su público y salva del suicidio a una joven bailarina.

Charles Chaplin, en la sala de montaje de 'Candilejas'.
Charles Chaplin, en la sala de montaje de 'Candilejas'.Roy Export Company Est.

No fue una tarea sencilla dar a luz a la novela, comenta Cenciarelli recordando los años de estudio previos a la publicación: “No encontramos un manuscrito bien ordenado en el fondo de un baúl. Chaplin redactó siete versiones distintas, a mano y a máquina. Junto a David Robinson, su biógrafo más experto y reconocido, hicimos una lectura sinóptica y elegimos por cada página la más refinada y cuidada”. Y admite Cenciarelli : “Me conmovió observar desde dentro su constante esfuerzo para superarse a sí mismo, para mejorarse”. De niño, Chaplin no pudo ir a la escuela, aprendió a leer y escribir poco y mal en los varios orfanatos en los que se crio. Sufría de un enorme complejo de inferioridad por ello. La leyenda cuenta que llevaba siempre consigo un diccionario y que cada día aprendía un nuevo vocablo. “Las cartas que le enviaba desde Hollywood a su hermano en Inglaterra, a principios del siglo XX", cuenta la experta, "están llenas de errores, parecen escritas por un alumno de primaria. En 1920, una revista le pidió un reportaje y él se lo tuvo que encargar a un ghostwriter, porque con dolor constató que no daba la talla. Las 70 páginas de Footlight, escritas casi treinta años después, son toda una joya, también porque tienen el sabor de la revancha”.

Estudio de grabación de 'Candilejas'.
Estudio de grabación de 'Candilejas'.Roy Export Company Est.

Chaplin venía de la calle, del hambre, la soledad y la miseria. Consciente del camino andado, fue un conservador casi maniático del material vinculado con su profesión. Sus familiares dieron la exclusiva de manejarlo a la Cinemateca de Bolonia. “Escudriñar sus fotos de rodaje, cartas, diarios, notas... fue como mirar a Dios a los ojos fue una labor fascinante”, se enorgullece Gianluca Farinelli, director de la Cinemateca. Con Footlight el ejercicio de introspección se revela aún más intenso. El creador de El chico (1921) mira hacia atrás, a su niñez, tan afín a la de Oliver Twist, a la de Pip o de otros personajes de Dickens, que Chaplin amó en cuanto pudo leerlo. “Se encontraba en una situación personal muy dura”, comenta Robinson en la introducción. En 1947, Monsier Verdeux había representado su primer fracaso: los críticos la destruyeron, el público la boicoteó. El Comité de Actividades Antiamericanas presionaba a la fiscalía para que se deportara a Chaplin, “cuya vida en Hollywood contribuye a destruir la fibra moral de América”, escribieron. Su aislamiento durante la Guerra fría se agudizó cuando una mujer anunció haber tenido una hija con él y que él rehusaba cumplir con sus deberes (finalmente la paternidad fue desmentida por el tribunal y una prueba de ADN). Chaplin se refugia en la escritura, en la Londres que había conocido de pequeño, los escenarios, los music halls y la pobreza que probó con sus padres, actores fracasados. Footlight, dedicado a Claire Bloom, la actriz británica que interpretó Thereza en Candilejas, se puede comprar en amazon.es o en la página cinetecadibologna.it (34 euros). Una prueba más, por si alguien necesitara alguna, de un genio tan perfecto porque sabe sonreír y enternecerse por su misma debilidad.

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