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Sobre el papel, una gran colección

De Goya a Giacometti. Se subastan 120 dibujos y dos esculturas, valorados en 42 millones de euros, del mítico marchante Jan Krugier

Miguel Ángel García Vega
'Composition au Minotaure. (Gouache. 1936). Picasso.
'Composition au Minotaure. (Gouache. 1936). Picasso.

Todo alrededor de Jan Krugier (Radom, Polonia, 1928-Ginebra, Suiza, 2008) era extraordinario. La suya fue una vida de novela narrada a través de la historia del arte. Considerado una leyenda, su pasión por el coleccionismo resultó tan intensa como sus propios días.

Nacido en una familia judía apasionada por el arte, de niño conoció a pintores como Bonnard o Chagall, que eran amigos de sus padres. La Segunda Guerra Mundial le condujo, siendo un adolescente, a los campos de exterminio nazi. Sobrevivió dos años dentro del horror de Auschwitz y Bergen-Belsen. Había sido detenido por actuar como correo para la resistencia polaca. Más tarde sería liberado por las tropas aliadas, y en 1948 lo adoptó una familia de Zurich (Suiza). Fue entonces cuando quiso ser artista y entró en la escuela del pintor Johannes Itten, integrante de la Bauhaus. Paradójicamente, sería un maestro del arte, Alberto Giacometti, quien le disuadió de que abandonara el empeño. En 1988, el marchante recordaba cómo transcurrió aquella conversación: “No puedes seguir, Jan, tienes demasiada angustia dentro. Es una agonía. Simplemente no puedes continuar”, le aconsejó el escultor y pintor suizo. Las cicatrices del Holocausto.

Retrato de Jan Krugier.
Retrato de Jan Krugier.

En 1962 se muda a Ginebra, donde abre su propia galería. Un año más tarde presenta una antológica de Giacometti y, en 1967, con el éxito en el bolsillo, inaugura otro espacio en Nueva York. Aunque hay un suceso que le cambia la vida. Se convierte en el galerista de la colección de Marina Picasso, nieta del genio malagueño. Esto le da la opción de vender obra y también de poder comprarla para su propia colección.

Personaje único, Jan Krugier dejó su influencia en España. Fue él quien gestionó la venta al Ayuntamiento de Málaga en 2006 de los 84 dibujos que, dentro del conocido como Cuaderno 7, trazaban el comienzo del trabajo de Picasso en Las señoritas de Aviñón. Unos bocetos por los que, entonces, porfiaban varios museos extranjeros.

Es imposible no hacer esta digresión para entender el valor y el sentido de la venta el próximo mes en la sala londinense de Sotheby’s de 120 obras sobre papel y dos esculturas que formaban parte de la colección más personal de Jan Krugier y de su esposa, Marie-Anne Krugier-Poniatowski. Son piezas que colgaron en las paredes de sus domicilios durante décadas y de las que jamás se desprendieron. Hablamos de las obras más íntimas. En este caso, la sala de subastas las vende (por encargo de sus representantes, eso que los anglosajones llama estate) en dos tandas. El 5 de febrero remata en su propuesta de Arte Moderno e Impresionista 37 trabajos y al día siguiente, los restantes 85.

Femme s'essuyant les pieds, de Edgar Degas. (Alrededor de 1893)
Femme s'essuyant les pieds, de Edgar Degas. (Alrededor de 1893)

La colección representa un viaje por uno de los periodos más intensos de la historia del arte. Abarca más de un siglo de creación. De Goya a Ingres, de Degas a Picasso. Las obras tienen una estimación que van desde las 6.000 libras (7.250 euros), que se piden por un dibujo de Delacroix, a los tres millones de libras (3,65 millones de euros) en los que parte la pieza más cara: el bronce de Giacometti Homme traversant une place par un matin de soleil. La escultura fue fundida en 1950, una década antes de las monumentales L´homme qui marche I y II.

Sotheby’s espera conseguir entre 24 y 35 millones de libras (29 y 42,2 millones de euros) por ese centenar largo de piezas.

'Loco', de Francisco de Goya. (1824-1828)
'Loco', de Francisco de Goya. (1824-1828)

Pero en esta visita guiada a la subasta es obligado detenerse en otras obras y en otros maestros. De Goya destaca un soberbio dibujo: El loco, de 1820. ¿Precio? 900.000 libras (1.087.000 euros). Además hay que fijarse en un rara acuarela de Cézanne, Femme Assie, Madame Cézanne, fechada entre 1902-1904, que podría alcanzar 1.500.000 libras (1.812.0000 euros). Y, por supuesto, resulta imprescindible llevar la mirada hasta un gouache de 1936 de Picasso, Composition au Minotaure, que busca comprador a partir de 1,8 millones de libras (2,1 millones de euros), y que, adquirido directamente por Krugier a Marina Picasso, nunca se había visto en el mercado.

Ahora bien, esta no es la primera vez que las obras de Jan Krugier llegan a subasta. En noviembre pasado Christie’s remató otra parte de la colección y los resultados fueron decepcionantes. Los 155 lotes a la venta consiguieron 113,7 millones de dólares (83,45 millones de euros), incluidas las comisiones, frente a 171,5 millones (125,8 millones) que, como mínimo, y sin tasas, estimó inicialmente la sala de pujas. Al parecer, los precios de salida eran demasiado altos y esto ahuyentó a los coleccionistas. Aprendida la lección, Sotheby’s ha establecido horquillas más razonables para esos 120 dibujos.

Porque hay otra lectura de esta subasta y es el creciente interés que existe entre los coleccionistas por adquirir obra sobre papel de maestros modernos y antiguos. Sufren menos especulación que el arte contemporáneo y todavía es posible encontrar extraordinarias piezas. El soporte está de moda. De hecho, The Morgan Library Museum (Nueva York), que alberga una de las mejores colecciones de dibujos del mundo, propone (17 de enero al 11 de mayo), por primera vez en su historia, una exposición (Visions and Nightmares) dedicada solo a artistas españoles. Ribera, Goya, Murillo, Vicente Carducho… En total, 20 papeles que exploran el dibujo de nuestro país y el impacto de la Iglesia Católica y la Inquisición en los creadores del siglo XVI al XIX. Quién lo duda. El dibujo cada vez tiene un mejor papel.

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Sobre la firma

Miguel Ángel García Vega
Lleva unos 25 años escribiendo en EL PAÍS, actualmente para Cultura, Negocios, El País Semanal, Retina, Suplementos Especiales e Ideas. Sus textos han sido republicados por La Nación (Argentina), La Tercera (Chile) o Le Monde (Francia). Ha recibido, entre otros, los premios AECOC, Accenture, Antonio Moreno Espejo (CNMV) y Ciudad de Badajoz.

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