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CRÍTICA: ¿QUIÉN MATÓ A BAMBI?
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Los cuerpos del delito

Los ‘gags’ de los papeles secundarios dan idea de la extrema precisión de '¿Quién mató a Bambi?, la nueva película de Santi Amodeo

Un fotograma de '¿Quién mató a Bambi?.
Un fotograma de '¿Quién mató a Bambi?.

Figura clave de ese relevo generacional que empezó a fraguarse en el cine andaluz a comienzos del nuevo milenio —y que tendría en Alberto Rodríguez y Chiqui Carabante a sus otros motores y en Alfonso Sánchez, Paco León y David Sainz a sus posibles líneas de continuidad—, Santi Amodeo llevaba siete años sin dirigir un largometraje. Un lujo que una cinematografía saludable no tendría que haberse permitido, si se tienen presentes la solidez y la voluntad de riesgo de sus credenciales previas. Amodeo vuelve con una comedia de marcada vocación comercial, reclamando una posición —de visibilidad, de equilibrio entre solvencia creativa y poder de seducción mayoritario— que entraría en el orden natural de las cosas si ese relevo generacional no hubiese tenido lugar en el momento en que lo hizo.

Remake de la mexicana Matando cabos (2004), ópera prima de Alejandro Lozano, ¿Quién mató a Bambi? se plantea como vodevil sádico nacido del cruce bastardo entre el modelo Guy Ritchie y las coreografías de la estupidez humana que los hermanos Coen plantearon en títulos como Sangre fácil (1984), Arizona Baby (1987), Fargo (1996) y Quemar después de leer (2008). Un ajuste de cuentas laboral y la peculiar deriva de un conflicto (de clase) con la familia política, con intercambio caótico de cuerpos inertes incluido, son los dos centros gravitatorios de una trama que Amodeo dispersa con asombroso control de tiempos y tonos. Los gags recurrentes asociados a las figuras secundarias —una estrategia a lo Blake Edwards— encarnadas por Manolo Solo y Carmina Barrios dan la medida de la extrema precisión con la que funciona un conjunto al que solo se le puede reprochar la fragilidad que sostiene alguno de sus equívocos. Eso y, también, el cartel publicitario de la película, que parece el peor enemigo de una comedia enérgica y carismática, que dibuja un mundo donde todos estamos condenados a ser el payaso de las bofetadas, aunque unos en mayor medida que otros.

¿QUIÉN MATÓ A BAMBI?

Dirección: Santi Amodeo.

Intérpretes: Quim Gutiérrez, Julián Villagrán, Clara Lago, Ernesto Alterio, Enrico Vecchi.

Género: comedia. España, 2013.

Duración: 89 minutos.

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