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Manolo Escobar, un cantante en la gran pantalla

Manolo Escobar protagonizó más de veinte películas y series de televisión entre 1963 y 1999 El artista falleció hoy a los 82 años

Manolo Escobar y Concha Velasco, durante el rodaje en 1968 de 'Juicio de faldas'.
Manolo Escobar y Concha Velasco, durante el rodaje en 1968 de 'Juicio de faldas'.efe

Entre 1963 y 1982, Manolo Escobar protagonizó 20 películas. Los productores supieron ver muy pronto que su popularidad podía arrasar en las taquillas. Pese a que nunca llegase a ser un buen actor (algo que tampoco se le exigió), el cantante, fallecido hoy a los 82 años, se manejaba con desparpajo ante las cámaras y los espectadores esperaban de buen grado el momento de la aparición de sus temas más populares. Los guerrilleros, debut cinematográfico de Manolo Escobar, lo emparejaba con Rocía Jurado y lo llevaba nada menos que a la España de 1808 donde, pese a la invasión francesa, aún tenía tiempo de cantar El porompompero.

El resto de la década de los sesenta lo vería en tres ocasiones a las órdenes de Ramón Torrado (un ejemplo de director prolífico, capaz de firmar 25 películas en 50 años), quien lo convertiría en cura en la exitosa El padre Manolo, y en otras tres bajo el mando de José Luis Saenz de Heredia, que lo situó al lado de Concha Velasco en Pero… ¿en qué país vivimos?, Relaciones casi públicas y Juicio de faldas.

La cita anual con Manolo Escobar en la gran pantalla se convirtió en habitual durante los años setenta, en la que alternó citas con directores como Sáenz De Heredia, Luis Lucia, Juan de Orduña, Tulio Demicheli e incluso ¡Valerio Lazarov! Obras que serían grandes y asegurados éxitos de taquilla y en las que Escobar seducía con su sonrisa y con sus canciones al consumidor de cine popular: tramas livianas que siempre incluían excusas para que el artista echara mano a su guitarra (las canciones de la banda sonora se editaban rápidamente en disco); para mayor facilidad, en muchas de ellas interpretaba a cantantes con características similares a las suyas propias, sujetos humildes y de buen carácter, que si afrontaban peripecias era casi a su pesar; personajes que humanizaban aún más la figura de Escobar. Las parejas femeninas del artista oscilaban entre la habitual Concha Velasco en sus primeros filmes de la década y las más raciales Sara Lezana y Mary Francis. Siempre en ejemplos de cine que, por descontado, huía de cualquier pretensión que no fuese la de defender los valores tradicionales, en ocasiones amenazados por la modernidad que aparecía encarnada en el turismo. Al lado de títulos como Eva, ¿qué hace ese hombre en tu cama? y Préstemela esta noche, que se atrevían con un levísimo amago de erotismo (cabe recordar que la censura no se abolió por completo hasta 1977,) Escobar protagonizaba obras como Entre dos amores y Donde hay patrón, que podían ser fácilmente consumidos en familia.

Con la llegada de los años ochenta, el cine protagonizado por Manolo Escobar quedaba un tanto fuera de juego. Las películas españolas (y sus espectadores) se movían en otros terrenos. Escobar todavía llegaría a interpretar dos filmes más, ¿Dónde estará mi niño? y Todo es posible en Granada, en la que aún entonaba El porompompero y Mi carro. Su última aparición en la pantalla llegaría en televisión, en 1999, en la serie Manos a la obra.

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