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Nuevo mazazo del Gobierno al cine español

La partida correspondiente al sector en los Presupuestos del Estado cae de los 55,7 millones de euros del año pasado a los 50,84 de este. Teatro, música y danza experimentan subidas de entre el 25% y el 53%

Ilustración de Marcos Balfagón.
Ilustración de Marcos Balfagón.

Un auténtico tsunami de incredulidad y rabia en el seno del cine español fue la reacción, ayer, al castigo infligido a las ayudas a este sector por los Presupuestos Generales de 2014. La escasez de explicaciones por parte del titular de Cultura, José Ignacio Wert, la ausencia de su secretario de Estado, José María Lassalle (debido a una baja de paternidad) y el idéntico silencio sepulcral de los directores generales afectados para bien o para mal por los incrementos o recortes presupuestarios fomentaron durante la jornada de ayer un clima enrarecido entre la industria del cine y sus administradores políticos. Destacados representantes del sector llegaron a hablar de “desprecio”. Otros, de “venganza”.

Según los presupuestos presentados ayer por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, la partida dedicada al cine, dentro del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, sufre una caída de cinco millones de euros (de los 55,7 de 2013 baja a 50,84 previstos para 2014, un descenso de casi el 9%), mientras otros sectores como el teatro o la música salen notablemente favorecidos.

De esos 50,84 millones para 2014, es el Fondo de Protección a la Cinematografía, del que salen las ayudas al cine, el que sufre el descalabro. Este fondo se reducirá un 14% con respecto a este año —de los 39,12 millones de euros de 2013 se baja a 33,70 millones—. El Fondo, que según la memoria económica que acompañaba a la Ley del Cine aprobada en el Congreso de los Diputados a finales de 2007 con los votos del PSOE y del PP debía de alcanzar en 2013 los 100 millones de euros de presupuesto para poder sacar a una industria en franco deterioro, ha visto cómo su dotación no ha hecho otra cosa que descender en los últimos cuatro años. De los 76 millones de euros de 2011 se bajó a los 49 millones de 2012, a los 39,28 (2013) y los 33,7 (2014). A día de hoy, todavía se deben 21 millones de euros a la amortización de películas estrenadas en el último trimestre de 2011 —estas ayudas se pagan con dos años de retraso—, que no se sabe de dónde van a salir. Y, de momento, no hay dinero para pagarlo, con lo cual debería de ir a los presupuestos de 2014.

Los cálculos sobre el monto total a pagar por este tipo de ayudas a la amortización en 2014, correspondientes a los títulos estrenados en 2012, es de unos 44 o 45 millones de euros, francamente insuficientes con los 33, 7 previstos para 2014. Todo eso sin contar que de esa cantidad también tienen que salir las ayudas a cortometrajes y las subvenciones anticipadas, normalmente las correspondientes a nuevos realizadores o a guion. Todas estas ayudas están reguladas en la Ley de Cine. La situación del cine español con estas cifras tiene un nombre: números rojos.

“Esta rebaja”, señaló ayer el ministro Wert, “se justifica en que nos hallamos en un momento de revisión con todo el sector del modelo de apoyo al cine, que se pretende que descanse menos en las subvenciones y más en otros incentivos fiscales”, informa Iker Seisdedos. Y añadió: “No hay ningún afán por enfrentar al sector de las artes escénicas con el del cine, pero sucede que en el teatro no estamos discutiendo un nuevo modelo y en el cine, sí”.

Las reacciones no se hicieron esperar. Enrique González Macho, presidente de la Academia del Cine, se mostró “indignado” ante el recorte y aseguró: “Esto supone la paralización del cine español”. Mariano Barroso, el realizador que estrenará Todas las mujeres el próximo 18 de octubre, se mostró así de contundente: “Esta gente que nos gobierna, que lleva viviendo muchos años del dinero público, ya sea como diputados, como ministros o a través del partido que también es financiado con los presupuestos, se permite discriminar y hundir a una industria porque ideológicamente creen que no conecta con ellos”.

A Daniel Sánchez Arévalo, director de La gran familia española, le invadió una sensación de abatimiento. “Igual nos tenemos que ir y hacer cine en otro lado. Están dando la espalda a una situación crítica como es la de la industria del cine. Los recursos creativos no los van a poder aniquilar, pero está claro que están desmantelando una industria”.

El productor José Antonio Félez lanzó esta pregunta: “Habrá que preguntar al secretario de Estado de Cultura, José María Lasalle, el porqué de esta rebaja y cuál ha sido la intención. Hay alguna razón que se nos escapa, porque saben que es crucial que hagan frente al pago de las ayudas ya devengadas por razones de supervivencia de las productoras”, añadió Félez, quien la semana pasada, en San Sebastián, presentó unos datos demoledores sobre el cine español, que en 2012 sufrió una caída del 15% en la facturación y del 12% en el empleo y unos augurios peores para 2013. Joxé Portela, presidente de los productores, preguntó: “¿Cómo quedará el cierre de 2013 con lo que deben del 2011? ¿Cuáles van ser los números reales para 2014? ¿Dónde están nuestros interlocutores? ¿Ha sido Montoro el que ha hecho los presupuestos de Cultura? ¿Contaremos con medidas fiscales?”. Y finalizó: “Llevamos un año colaborando, intentando ser cautos y sin crear más tensión. Ahora necesitamos respuestas claras”.

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