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Lucía Etxebarría abandona el ‘reality’ veraniego de Telecinco

La escritora alega que su salud peligraba por el acoso de una de las concursantes

Lucía Etxebarría (izquierda) en la gala en la que anunciaba su abandono definitivo
Lucía Etxebarría (izquierda) en la gala en la que anunciaba su abandono definitivo

Lucía Etxebarría no es carne de telerrealidad. Después de cuatro amagos de renuncia y una semana de aventura televisiva, la escritora abandonó ayer el programa reality (telerrealidad) de Telecinco Campamento de verano alegando que su salud peligraba a raíz del desgaste de una convivencia mediática y la competencia que provoca un botín de 30.000 euros. Etxebarría explicó a los telespectadores que las razones que la llevaban a culminar su experiencia televisiva son lo mal que se lo hace pasar la concursante Gaby —y los concursantes que tomaron su bando "por adaptación antropológica"— y el miedo a cómo asimilarán sus seres queridos el verla llorar tanto desde casa. Como remate de la gala en honor a su abandono, la Premio Planeta terminó abrazando a una de las trabajadoras del programa rogando: “¡Sacadme de aquí, sacadme!”

A priori, el reality show no le parecía "demasiado complicado", pero ahora describe un "ambiente tóxico" dentro del campamento. En declaraciones al presentador de Telecinco Joaquín Prat, Etxebarría hablaba de que dentro todo son gritos, insultos y descalificaciones:"No me encuentro bien. Me equivoqué al entrar allí. Cometí un error y los errores se pagan. Yo allí cobraba, por una semana, más que por un libro que tardo dos años en redactar. Algunos de mis compañeros viven solo de la televisión. Yo no me di cuenta es de que había que crear espectáculo y de que la mitad de las broncas eran por eso. Y te vas aislando y te vas deprimiendo. Fui tonta porque me metí en algo que no podía controlar. Le debo disculpas a mi madre porque ella me dijo que no lo hiciera". La gala del 25 de junio obtuvo una cuota de pantalla del 16,2 %, con una audiencia media de 1.568.000 espectadores y casi un 20% de la franja de jóvenes.

En su cuenta pública de Facebook, la escritora relata que una productora le propuso entrar en el concurso y ella aceptó porque tenía una "deuda acuciante" con Hacienda. Cuenta que después de cada intento de abandonar el programa, la dirección la convencía de que se quedara con el argumento de que se vería obligada a pagar una clausula de penalización, que "es una pasta". Sin embargo, después de cada intento el acoso que percibía se intensificaba: "Se daban cuenta de que debía ser yo muy importante para que no me dejasen irme. (...) Podía haber ganado el reality (cuando he salido me he dado cuenta de que yo aparecía siempre) y llevarme una cantidad desmesurada de dinero, pero habría enfermado gravemente, no me cabe duda alguna", aseguró.

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