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Guerra abierta en la ‘TDT party’

Intereconomía y 13 TV pelean por el público más conservador y católico

Rosario G. Gómez
Antonio Jiménez, durante la entrevista a María Dolores de Cospedal en 13 TV.
Antonio Jiménez, durante la entrevista a María Dolores de Cospedal en 13 TV.

Pelean por el mismo público y con las mismas armas. Intereconomía y 13 TV están inmersas en una feroz batalla por conquistar al espectador más conservador (“orgullos de ser de derechas” dice un eslogan) y católico. Su fuerte son las tertulias de alto voltaje político, que atraen cada noche a casi un millón de personas. Hace cinco meses, ambos canales estaban empatados en la tabla de audiencia. Registraban una cuota de pantalla del 1,1%. Pero ahora las posiciones han cambiado significativamente. 13 TV, la cadena que impulsa la Conferencia Episcopal (propietaria del 56% del accionariado), se ha despegado. En febrero alcanzó el 1,5% mientras Intereconomía bajaba al 1%.

Este milagro se ha visto reforzado por el fichaje de Antonio Jiménez, el periodista que a finales de enero abandonó El gato al agua, el buque insignia de Intereconomía, para incorporarse a la cadena contrincante con un programa de idéntica factura, El cascabel al gato. En su estreno incluyó una entrevista en el plató con la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, y otra (sin imágenes) con el extesorero del PP Luis Bárcenas, que elevaron los fieles a 826.000 (al día siguiente el número de espectadores bajó a 560.000).

Pese al enorme parecido que reflejan a simple vista, ambos operadores ponen de relieve sus irreconciliables diferencias. “Nosotros somos una televisión profesional mientras que Intereconomía es una televisión de oportunidad, que se hizo fuerte durante el Gobierno de Zapatero por sus críticas. Pero cuando ha desaparecido ese añadido no han sabido mantenerse”, comenta un alto ejecutivo de 13 TV, que considera a la cadena adversaria como “un instrumento político” que “ha perdido el sentido con el que tuvo notoriedad”. “Se ha visto que no tiene una estructura ni una base empresarial sólida”, añade.

Javier Algarra, en el centro, conduce 'El gato al agua'.
Javier Algarra, en el centro, conduce 'El gato al agua'.

Intereconomía no se queda atrás a la hora de criticar al canal que le ha arrebatado a quien era su principal baza. “Nosotros no hacemos periodismo de felpudo y podemos ser críticos con el Gobierno de Rajoy. No nos importa quién gobierne. No somos una televisión de partido sino de principios”, afirma Javier Algarra, director de informativos de Intereconomía y ahora también el timonel de El gato al agua. Intereconomía sostiene que 13 TV cuenta con el apoyo del PP y los recursos económicos de la Conferencia Episcopal y que, además, le ha copiado su modelo de tertulias políticas. Recuerda que en 2005 nadie apostaba por un formato que con el tiempo ha generado múltiples versiones: 59 segundos, Madrid opina, 360 grados...

Nosotros somos una televisión profesional mientras que Intereconomía es una televisión de oportunidad, que se hizo fuerte durante el Gobierno de Zapatero”

Encuadradas en la llamada TDT party, ninguna de las dos compañías ocultan su interés por llegar a un público muy concreto. Intereconomía, impulsada por el exdiputado del PP Julio Ariza y el exbanquero Mario Conde, lo dice sin tapujos. “No somos de izquierda ni socialistas, creemos en la justicia social, somos católicos y defendemos los intereses del ciudadano. Otros medios lo que defienden es al PP y aplauden todo lo que haga”.

Tampoco 13 TV disimula su línea conservadora ni su ideario católico. “Pero no somos un canal religioso. La Conferencia Episcopal no se mete en la gestión”, enfatizan fuentes de la compañía, que presume de ser “generalista y plural” y de dar cabida a todo tipo de contenidos: informativos, cine, formatos de entretenimiento... y por supuesto, el ángelus y la misa. Su último proyecto es un contenedor infantil para las mañanas del fin de semana que recupera vídeos de Miliki, y un programa deportivo encabezado por Paco González. Su parrilla incluye un espacio de investigación, presentado por Inmaculada Galván, y abundante —aunque añejo— cine.

Presume, además, de ser “austera”. Su presupuesto es de 18 millones de euros anuales, incluyendo los dos que abona a Unidad Editorial por el alquiler de la frecuencia, y los cinco que cuesta la distribución de la señal. Su objetivo es tener un canal en propiedad y dejar de perder dinero en 2014. Como muestra de esa austeridad, la televisión de los obispos asegura que ha contratado al presentador de El cascabel al gato por menos de lo que ganaba en El gato al agua. “El problema es que llevaba cuatro meses sin cobrar”.

Si de dinero se trata, Intereconomía admite que tiene problemas financieros “muy serios” y dificultades para pagar las nóminas, aunque confía en ser capaz de “sobrevivir sin ser la televisión de un partido concreto”. Una de sus últimas bazas ha sido la incorporación de Federico Jiménez Losantos, que se unirá a una plantilla de colaboradores en la que ha habido algo parecido a una salida en diferido: la de Cristina Alberdi, que se fue a la competencia y ahora ha regresado al plató de El gato al agua. “Muchos no se han ido. A otros les han exigido no estar en Intereconomía. Y algunos de los que han ido han vuelto. Alberdi ha dicho que estaba mucho más a gusto con nosotros”, comenta Algarra, que en febrero situó su mejor marca en 312.000 seguidores. Episodios como este hace que estas dos cadenas se sigan mirando de reojo.

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