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Las cineastas se reivindican en la 63º edición de la Berlinale

Diversos colectivos internacionales de creadoras se reúnen para analizar su papel en la industria

La directora de cine Kathryn Bigelow recoge su Oscar por 'En tierra hostil'.
La directora de cine Kathryn Bigelow recoge su Oscar por 'En tierra hostil'.

La 63º edición del festival de cine de Berlín servirá de excusa para el encuentro del próximo 15 de febrero You cannot be serious - A discussion on the status of women (No puedes estar hablando en serio - Un debate sobre el estatus de la mujer). La jornada, impulsada por el Dortmund / Cologne International Woman Film Festival y Athena Film Festival de Nueva York, reunirá por primera vez a mujeres de varios países para analizar su rol en la industria audiovisual y pedir mayor igualdad.

La iniciativa, apoyada también por la European Women's Audiovisual Network (EWA) y Mujeres Iberoamericanas del Cine y Medios Audiovisuales (MICA), organizará un encuentro con múltiples objetivos. "Queremos facilitar el contacto entre las mujeres de la industria como productoras y directoras; pondremos en común el trabajo de las distintas organizaciones -incluyendo estadísticas, que algunos países ni tienen- e intentaremos dar pasos hacia la interacción con organismos supranacionales como la Unión Europea", explica Mariel Maciá (Argentina, 1980), directora ejecutiva de MICA.

Las cifras no engañan. En el caso concreto de España solamente nueve de las 172 películas que se produjeron en 2007 fueron dirigidas por mujeres (un 5,2%), según datos de un estudio de la Universidad de Sevilla. Tal es la diferencia entre ambos sexos, destacan desde las organizaciones, que solamente dos mujeres han sido premiadas en los principales eventos de cine: Jane Campion -Palma de Oro en el festival de Cannes por El piano- y Kathryn Bigelow -Oscar por En tierra hostil-. "¿Cómo puede ser que de toda la oferta que hay no salgan más mujeres que son tan importante en sus países? Existen muchas que han demostrado una altísima calidad y que pueden competir", comenta con indignación Maciá.

La falta de visibilidad supone "la marginación de la experiencia vital de la mitad de la población de este planeta", opina Icíar Bollaín (Madrid, 1967). La aportación de su visión supondría, asimismo, una mayor diversidad y riqueza. "Cuantas más personas y más puntos de vista ofrezcamos, mejor", añade Maciá. Pero esta contribución está limitada en algunos casos por la compatibilización de las exigencias laborales con las tareas del hogar, aún depositadas en las mujeres. "Parece que para que una mujer triunfe en su trabajo tiene que hacer como en La noche más oscura: no puede tener amigos, amantes, no puede tener vida social y no puede divertirse. A un director de cine no le llaman como a mí durante un rodaje en una plataforma petrolífera para pedir el teléfono del técnico de la lavadora", confiesa entre risas Isabel Coixet (Barcelona, 1960). 

El resultado, apuntan desde las organizaciones de cineastas mujeres, no puede ser otro, ya que quienes deciden qué cine se hace, quienes construyen el discurso audiovisual, son hombres. "No es extraño que pase lo que pasa cuando la dirección de un festival la lleva un hombre; el comité de selección de los filmes es mayoritariamente masculina; y el jurado se compone casi todo por hombres. ¡Es como lo natural!", exclama Maciá.

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