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Sobrevivir al apocalipsis a base de relatos

Una nueva editorial se lanza al mercado con una antología de historias posapocalípticas Son pocas las publicaciones dedicadas al terror y la ciencia ficción de autores españoles

Tráiler del libro 'Postales desde el fin del mundo'.
Álvaro P. Ruiz de Elvira

Lo que mas tememos es lo que pueda afectar a lo más cercano, pero lo que más nos fascina es lo que puede parecer imposible, lo que sobrepasa lo fantástico, lo que nos pueda llevar al límite. El supuesto fin del mundo pronosticado por los mayas para el 21 de diciembre –y negado por el mismo gobierno de EE UU– ha pasado con bromas entre amigos, en las redes sociales y en charlas de café. Pero la literatura y el cine nos ha enseñado que todo fin del mundo no suele cumplir con lo anunciado, no hay una conclusión, un remate a la existencia, sino que tiene una segunda parte, una continuación en un planeta destrozado donde normalmente unos pocos supervivientes tratan de sobrevivir en condiciones extremas, enfrentados a los mayores horrores. Cada vez hay una mayor presencia de literatura fantástica y de terror española. Y en esta tendencia surge una nueva y modesta editorial, Universo, que se lanza al mercado con una antología de relatos ambientados en un mundo posapocalíptico, Postales desde el fin del mundo. Autores como Víctor Blázquez (coordinador del volumen), Adam Nevill, Alejandro Castroguer, Cristina Ballesteros o Javier Cosnava imaginan diferentes posibilidades para después de un cataclismo brutal.

Ilustración para el relato 'Singularis'.
Ilustración para el relato 'Singularis'.AnimÆterna (Alaitz Uriagereka)

“El hecho de llevar a la gente a los instintos más primarios, los de supervivencia, y enfocarlos a cómo sobrevivir en mundos distópicos y destruidos es lo que nos atrae a la temática posapocalíptica”, dice Blázquez en conversación telefónica. Esta antología trata todos estos mundos y ambientes posapocalipticos a partir de relatos que van desde el terror a la ciencia ficción pasando por tintes de novela negra y aventuras. “La supervivencia puede llevar a que los personajes se queden al límite y afloren sus sentimientos más primarios. Ahí el lector o espectador suele aceptar como válidas ciertas decisiones que pueden no ser morales”.

En España las grandes apuestas por autores autóctonos de este tipo de literatura son escasas. Las grandes editoriales publican títulos sueltos pero no existe una gran cultura, como en el ámbito anglosajón, de editoriales especializadas en el terror, la ciencia ficción y fantástico español o en revistas o publicaciones de relatos. Por supuesto, hay excepciones, como la editorial Dolmen y su cada vez más popular Línea Z (literatura de zombis, en la que participan algunos de los autores de la antología y otros también consagrados como Manel Loureiro), ediciones Minotauro (que aparte de contar con clásicos como El Hobbit desde sus inicios en España tienen entres sus filas a autores nacionales como Carlos Sisí o Javier Negrete) y numerosos ejemplos de fanzines digitales que cada vez van cobrando más peso (Barsoom, Ánima barda, Futuroscopias, Necronomicón o Fabulantes, entre otras).

“Existe la percepción entre los editores e incluso entre parte del público de que el divertimento es algo de consumo rápido y que no se puede hacer una novela de zombies, de terror o fantástica con una prosa un poco más trabajada y un desarrollo de personajes más propio de la novela de autor”, dice Cosnava. Para el escritor, que acaba de publicar 1936Z. La Guerra Civil Zombi (Suma de Letras), editoriales como Dolmen “están abriendo un camino del que puede surgir una generación de escritores que por fin coloquen al fantástico en las cotas que se merece, porque el fantástico español no tiene nada que envidiar al anglosajón”.

Pero donde hay un vacío de forma especial es con los relatos. “Estamos en un país en el que cuanto menos dinero te gastes mejor. Las revistas prefieren dedicar su espacio a reportajes y obviamente a publicidad. Es una pena, porque dejas atrás oportunidades para mucha gente y relatos de autores conocidos, que le pueden dar brillo a una revista”, dice Blázquez, que es también autor de la novela de zombis El cuarto jinete (Dolmen). José López Jara, editor ejecutivo de Minotauro y Timun Mas, ve el panorama bastante flojo: “El relato, no se por qué, en España no se aprecia mucho. Es un gran aprendizaje para escribir novelas. Sí que he visto cada vez más que la presencia de páginas web especializadas ayuda a todo esto. Sobretodo con el terror”. El relato y la ventana donde mostrarlo es básico en la formación de autores.

En el verano de 2011, George R. R. Martin, el padre de Juego de Tronos, hablaba en una entrevista en EL PAÍS sobre la importancia de los relatos en el ámbito de la literatura fantástica y de terror. "No se cómo es en España el mercado ni las perspectivas que hay, pero para alguien que trabaje en inglés mi consejo es siempre empezar por historias cortas. Todavía hay un mercado viable para la escritura en inglés en fantasía y ciencia ficción. No se empieza con un libro grande o una saga de siete libros. Empiezas con una buena historia corta y la vendes a una revista especializada. Escribes otra y la vendes. Acabas escribiendo una historia corta al mes durante un par de años y vendes todas las que puedes hasta hacerte con un nombre y aprender los pequeños trucos del gremio. ¿Hay un mercado en España? ¿No hay revistas? ¿No? Entonces mis consejos no valen para mucho", decía Martin. 

Portada de 'Postales desde el fin del mundo', diseñada por Alexis Pujol Val.
Portada de 'Postales desde el fin del mundo', diseñada por Alexis Pujol Val.

Internet está siendo una de las atalayas del terror y el fantástico español. Redes sociales como Facebook o Twitter sirven para que los autores se pongan en contacto entre ellos, se apoyen mutuamente y consigan pulsar la opinión de los lectores de forma directa. “Te permiten estar en contacto con mucha gente y hacer una promoción de tu novela gratis”, recalca Blázquez. “Son un gran apoyo si se usan bien, pero pueden ser arma doble filo”. Para López Jara, Internet “está siendo positivo, pero parece que la gente es muy radical: o te quieren o te odian. No hay término medio”. El editor de Minotauro, que destaca que en su editorial se valora mucho que un autor esté presente en estos medios y sepa moverse en ellos con fluidez, recalca también que hay mucho “amiguismo” en redes sociales: “yo digo que tu cuento es maravilloso y tu dices lo mismo del mío”.

En Internet se está dando a conocer la Editorial Universo a través de perfiles muy activos en redes sociales que interactúan con los autores de la antología, que se presenta en Madrid el 29 de diciembre con la presencia de varios de sus autores, que hablarán sobres sus apocalípticas y oníricas visiones del mundo. Internet es una forma de promoción gratuita a través de la cual han dado a conocer el tráiler del libro, avances de los relatos o algunas de las ilustraciones que acompañan las historias, realizadas por Alaitz Uriagereka. Toda una batería de información para estar preparado para el mundo posapocalíptico que podría llegar algún día.

El autor británico Adam Nevill, único autor extranjero de Postales desde el fin del mundo, resume en un párrafo enviado por correo electrónico el espíritu del libro: "En mi generación estábamos traumatizados por la posibilidad de una guerra nuclear en los 70 y 80. El cambio climático pegó duro en la agenda en los 90 al finalizar la guerra fría, amplificado por el terrorismo, la amenaza de bombas sucias y el crimen organizado que socaba los gobiernos en la primera década del siglo… luego tenemos el colapso económico y las recientes y calamitosas predicciones climáticas que sugieren que el planeta será siete grados más caliente en 2100, por lo que la vida humana se podíra acabar en menos de 100 años. ¿Por qué escribir sobre cualquier otra cosa?".

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