Llegó la hora del inspector Falcón

Una ciudad con tanta luz como Sevilla convertida en el escenario de un thriller con muchas sombras y misterio. En esa urbe aromada por los cirios de las procesiones de Semana Santa, un afamado restaurador de arte, Carlos Jiménez, es atado, amordazado y torturado de manera salvaje hasta la muerte en el salón de su casa. Con un crimen tan macabro arranca esta noche (21.30) en Canal + Falcón, la serie de cuatro capítulos (cada uno de una hora de duración) basada en dos de las novelas policiacas del escritor inglés Robert Wilson (Stanford, 1957) que cuenta como protagonista con el actor neozelandés Marton Csokas (Celeborn en la trilogía de El Señor de los Anillos) en el papel del taciturno inspector sevillano Javier Falcón.

Esta coproducción de Canal + con la británica Sky Atlantic y la alemana ZDF, rodada en inglés en Madrid y Sevilla y con un equipo mayoritariamente extranjero, es la adaptación de los libros El ciego de Sevilla (2003) y Condenados al silencio (2005), ambos publicados por RBA. En la primera novela, que abarca el episodio de esta noche y el que se emitirá el próximo martes, Falcón, jefe de Homicidios de la policía sevillana, no solo se enfrenta a un asesinato brutal, sino también se ve obligado a remover su pasado al rastrear el legado de su padre, el pintor de fama internacional Francisco Falcón, fallecido meses atrás. A medida que el detective tira del hilo del crimen más truculento al que se ha enfrentado nunca, ve cómo se enreda cada vez más la madeja porque su progenitor está demasiado relacionado con un asunto tan turbio.

Los otros dos capítulos de la serie, que podrán verse el 25 de diciembre y el 1 de enero de 2013, se sumergen en la obra Condenados al silencio, que cuenta el caso de un aparente doble suicidio pactado entre marido y mujer que la investigación descubre, en realidad, que se trata de un doble asesinato.

El protagonista se mueve por las viejas callejuelas de la capital andaluza

Si a estas intrigas detectivescas se unen las difíciles relaciones del sensual Falcón con las mujeres (se acaba de separar de su esposa, que encima se lía con el juez que lleva el caso del asesinato del restaurador) y sus adicciones (esa botellita a la que da tantos tragos tiene algo más que agua) tenemos los ingredientes que dan forma de cine negro a las cuatro entregas. La productora de la serie, Julia Stannard, declaró que lo que se ha querido es plasmar el estilo de los grandes títulos de la cadena estadounidense HBO. Desde el primer minuto de Falcón se aprecia un continuo juego con las sombras, las siluetas y los claroscuros, proyectados en los rincones de ese dédalo que es el sevillano barrio de Santa Cruz.

A la capital andaluza —también convertida en personaje— llegó como turista en 1984 un joven Robert Wilson, que se recorrió 8.000 kilómetros de España en bicicleta. El escritor (que hoy martes charlará sobre este estreno televisivo en una entrevista digital con los lectores de EL PAÍS, a partir de las 11.00) quedó “encandilado del ambiente relajado y feliz” de la ciudad hispalense. “Tras recorrer sus rincones menos turísticos descubrí que tenía los problemas de cualquier otro lugar”, dijo Wilson, que decidió que el protagonista de sus libros se movería por las viejas callejuelas de ese centro histórico con tanto sabor y perseguiría a sospechosos por la calle Betis bajo el puente de Triana, típicas estampas sevillanas retratadas casi siempre de noche en esta ocasión. Esta producción propia de la cadena de pago toma el relevo de las exitosas series ¿Qué fue de Jorge Sanz? y Crematorio.

Sobre el personaje que encarna Marton Csokas, un investigador brillante como se comprueba desde el primer plano, Falcón se muestra como un tipo duro que remite a los detectives clásicos del cine negro pero con unos recuerdos que le atormentan y le convierten en vulnerable.

Ha llegado la hora, alguien que conoce muy bien a Falcón quiere enredarle en el asesinato del restaurador. El detective levanta la mirada y saca su pistola. Está preparado para lo peor.