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‘Los caballos de Dios’ gana la Seminci

La película de Nabil Ayouch, inspirada en los atentados terroristas ocurridos en Casablanca en mayo de 2003, triunfa en Valladolid La Espiga de Plata ha recaído en Hannah Arendt, película que ha supuesto el regreso de la directora alemana Margarethe von Trotta.

Fotograma de 'Los caballos de dios', espiga de oro de la Seminci 2012.
Fotograma de 'Los caballos de dios', espiga de oro de la Seminci 2012.

La reconstrucción minuciosa de los atentados de Casablanca de mayo de 2003, perpetrados por un grupo yihadista que asesinó a casi medio centenar de personas, se alzó con la Espiga de Oro, el máximo galardón de la Semana Internacional de Cine de Valladolid, que ayer clausuró su 57ª edición. Los caballos de Dios, peripecia vital de los terroristas salidos de uno de los barrios deprimidos de la capital marroquí, ha servido a su director, Nabil Ayouch, para alzarse con el principal galardón, lo que conllevará que Marruecos pueda ser el país invitado de la Seminci en la siguiente edición.

La historia, que intenta responder a las preguntas más comunes sobre las razones que incitan a un grupo de jóvenes a rodear su cuerpo de explosivos y hacerlos detonar, parecía predestinada a alzarse con la Espiga, a pesar de que no siempre estuvo entre las mejor clasificadas ni por la crítica ni por el público asistente. En algunos foros los cinéfilos calificaron la película de “maniquea” y “previsible”

La muestra vallisoletana ha exhibido otros filmes que también han merecido el favor de la audiencia. Uno de los trabajos mejor valorados ha sido La quinta estación, dirigido por Peter Brosens y Jessica Woodworth, que, además del Premio Especial del Jurado ha merecido el de la Crítica Cinematográfica, ex aequo con La lapidación de Saint Étienne, coproducción hispano francesa de Pere Vilà. La primera es un cuento inquietante y turbador sobre las desgracias fortuitas que caen sobre una aldea a partir del instante en que el muñeco de paja que representa al invierno y cuyo fin es ser quemado, no arde. La quinta estación mereció también el reconocimiento de la Juventud, cuyo voto computa en la Sección Oficial del certamen vallisoletano.

La Espiga de Plata fue para la película Hannah Arendt, basada en la obra de esta filósofa judía de origen alemán sobre el Mal, representado en la figura de Adolf Eichmann. Arendt reflejó las vicisitudes del proceso que se celebró en Jerusalén contra este alto oficial de las SS responsable de la muerte de millones de judíos durante el mandato de Hitler, en un libro cuyo subtítulo refleja el sentir de la autora hacia el personaje en cuestión: Un informe sobre la banalidad del mal.

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