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Siete solitarios en una ciudad caótica y bella

La película ‘7 días en La Habana’ se acerca al día a día de la realidad cubana

Rocío García
Debate sobre la película '7 días en La Habana' con los cineastas Juan Carlos Tabío, Pablo Trapero, Benicio del Toro, el periodista Gregorio Belinchón y el escritor Leonardo Padura.
Debate sobre la película '7 días en La Habana' con los cineastas Juan Carlos Tabío, Pablo Trapero, Benicio del Toro, el periodista Gregorio Belinchón y el escritor Leonardo Padura.JESÚS URIARTE

"Éramos siete solitarios en una ciudad llena de gente". La sensación del cineasta argentino Pablo Trapero se puede trasladar al resto de sus seis compañeros con los que firma 7 días en La Habana, un retrato de la realidad cubana a través de siete capítulos dirigidos por directores de diferentes países a lo largo de los siete días de la semana. El filme, que se ha presentado hoy lunes en la sección Zabaltegi del Festival de San Sebastián, es todo un viaje a través de siete historias, siete miradas distintas a una ciudad caótica y bella, a sus conflictos y agonías, a sus aspiraciones y alegrías. Sin olvidar el humor y la ironía, el ron y la música, elementos clave para sobrevivir en La Habana, en la que la vida cotidiana puede ser muy complicada y demasiado trágica, según el escritor y guionista cubano Leonardo Padura, verdadera alma del proyecto. En 7 días en La Habana participan Benicio del Toro (Puerto Rico), Pablo Trapero (Argentina), Julio Medem (España), Gaspar Noé (Argentina), Juan Carlos Tabío (Cuba), Laurent Cantet (Francia) y Ellia Suleiman (Israel).

En un coloquio, organizado por el diario EL PAÍS y moderado por el periodista Gregorio Belinchón, en la galería Kurt de San Sebastián, Benicio del Toro, Pablo Trapero y Juan Carlos Tabío, junto a Leonardo Padura han explicado esta tarde su participación en este proyecto. Cuatro de los siete guiones parten de cuentos escritos por Padura y su mujer, Lucía López Coll. Suleiman, Noé y Cantet prefirieron buscar sus propias historias, sin perder el hilo marcado por este trabajo que pone en común aspectos de la realidad más fantástica y absurda de la capital cubana. Para Pablo Trapero, director de Elefante blanco o Leonera, fue la primera vez que rodaba fuera de Argentina —"para mí fue un desafío muy grande y una aventura en muchos sentidos"— y lo que más le impresionó fue la capacidad de improvisación de los ciudadanos habaneros frente a las situaciones menos previsibles con las que se topan a diario. "El caos y las dosis de sorpresa enriquecen mucho la vida cotidiana y hace que situaciones cotidianas se muestren extraordinarias", ha explicado Trapero, que decidió rodar la llegada de un director extranjero al festival de cine de La Habana, a raíz de un cuento de Padura, con Emir Kusturica como protagonista absoluto. Jam Session, título del corto de Trapero, muestra la mirada sorprendente de un Kusturica, torpe y borracho, que viaja al certamen cinematográfico a presentar una película. "Ha sido muy generoso porque nos ha dejado jugar con su imagen. Esos días además no bebió una gota de alcohol. Se alimentó a base de verduras y agua", ha explicado Trapero.

Cuatro de los siete guiones parten de cuentos escritos por  Leonardo Padura y su mujer

El actor Benicio del Toro se estrena como director con el corto titulado El yuma, nombre con el que se conoce en Cuba a los turistas norteamericanos, y en el que cuenta la llegada de un joven turista que viaja a la isla para estudiar en la Escuela de Cine de San Antonio de Baños. La única noche que pasa el joven en La Habana se encuentra buen ron, buena música y mujeres bellas. "He intentado buscar como actor la forma de entender y seguir al personaje", ha asegurado el intérprete de El Che, quien se inspiró a la hora de rodar en el espíritu de la película Fresa y chocolate, de Juan Carlos Tabío y Tomás Gutiérrez Alea.

El único director cubano que participa en este proyecto, Juan Carlos Tabío, se decantó por una historia muy cercana a él y muy representativa. Dulce amargo cuenta la vida de una psicóloga que tiene que dedicarse a hacer dulces para poder llegar a fin de mes. "En Cuba, el día a día es una lucha diaria por la supervivencia material. Sin esa supervivencia no puede existir vida espiritual. Este es uno de los puntos clave de la realidad cubana", ha lamentado Tabío, algo en lo que ha coincidido con su compañero Padura, para quien el absurdo y el caos que se vive en Cuba es en realidad la demostración de una gran tragedia. "Toda esa picaresca es la muestra del gran desgarro de una sociedad como la cubana".

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