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‘El padrino’ gana #votatupeli

El filme de Coppola se impone a 'Blade runner' en la última ronda

Gregorio Belinchón

Para ser el mejor de la historia, hay que acercarse a los 28.500 votos. Y eliminar a Blade runner, a El gran dictador, a tantas y tantas otras. También ayuda haber ganado concursos previos al mejor filme de la historia según varias revistas de cine, como la británica Empire (con 10.000 votantes) o la española Cinemanía. Otros no le hicieron ni caso, como John Kobal, creador de uno de los listados más famosos de referencia en el mundo del cine. Cien cineastas hispanoamericanos, en cambio, la eligieron la mejor en EL PAÍS SEMANAL en agosto de 2010. En fin, que todo el mundo tiene su película favorita pero que los lectores de elpais.com han elegido claramente a El padrino como la suya. Porque de ella es de quien estamos hablando. De ella, y de don Vito, de Sonny, de Fredo, de Michael, de Tom, de Clemenza y de Tessio, de Bonasera, de Barzini, de los Tattaglia, de Kay, de Paulie y de Connie, de Shakespeare, de Sicilia, del honor, de Nueva York, del aceite de oliva, de Mario Puzo y Francis Ford Coppola, de Gordon Willis y Nino Rota. De Corleone.

Puede que esto de hacer listas suene a frivolidad de verano, pero el resultado es muy serio. Cada diez años la publicación Sight & Sound se marca este ejercicio de revisión y reflexión. Este verano, el del 2012, tocaba, y Vértigo, de Alfred Hitchcock, fue la llamada a destronar de su trono, del pedestal de obra cumbre a Ciudadano Kane, de Orson Welles. En esa lista –sumados todos los votantes- El padrino entra la 21ª, pero el grupo de directores la encumbra hasta el séptimo lugar, empatado curiosamente con Vértigo.

En la sección de Cultura de El País picó la curiosidad: ¿cuál escogerían nuestros internautas? El listado de base, el realizado para EL PAÍS SEMANAL. Discutible, como todos, sin títulos de Ozu ni de Wong Kar-Wai, sin referencias a Tarkovski ni cariño por Vigo, Bresson o Dreyer. Pero eso le añadía picante a la muestra: todo es discutible, todo es reelaborable. Las ochenta primeras se convirtieron en la primera criba en diez, y de ellas salieron El padrino –que ha encabezado siempre cualquiera de las fases del concurso-, Casablanca, El gran dictador y Blade runner. A la final llegaron Francis Ford Coppola y Ridley Scott, dos directores que se llevan solo año y media de diferencia en su edad (Scott nació en noviembre de 1937; Coppola, en abril de 1939), una pareja de creadores fundamental para entender el cine de las últimas tres décadas del siglo XX. Por proximidad o por mayor conocimiento, dos cineastas en activo llegaban al final. Y El padrino ha ganado por 15 puntos de diferencia: 57,5% contra 42,5%

Puede que porque como aduce Tom Hanks en Tienes un email, “El Padrino te responde a todas las preguntas vitales que se te presentan en la vida”. Aunque por esa razón nunca comeríamos naranjas: cada vez que alguien se toma uno de esos cítricos o juega con ellos en el filme, tiene todas las papeletas para fallecer. Puede que porque una película que comienza sin títulos de crédito, con un discurso en el que en sus nueve palabras iniciales se mezclan patriotismo, inmigración, negocios, honor, creencias y la dura realidad (“I believe in America. America has made my fortune”), y que de ahí no desfallece hasta el clímax final, hasta la más alta traición -la que Michael Corleone se realiza a sí mismo, a sus creencias, porque la familia está por encima de uno mismo- no puede ser mala. Porque Coppola vivió al límite en el rodaje, con la constante sensación de que iba a ser despedido, de que el productor Robert Evans y la Paramount ni le estaban dando tregua, ni le iban a dejar terminar una película en la que él tampoco creía al principio (al fin y al cabo, iba sobre algo muy alejado de su vida, la Mafia y se basaba en un best-seller); y de esa presión salió el zumo del talento, la esencia que inspiró al nuevo Hollywood. Porque Marlon Brando hizo una prueba para ser contratado, él, que se negaba a ello. Porque llegaron los chicos jóvenes de la interpretación: Al Pacino, John Cazale (que solo hizo cinco películas antes de fallecer de cáncer, pero qué cinco trabajos), Diane Keaton, James Caan y el refuerzo de Robert de Niro para la segunda parte. Porque ni la música de Nino Rota ni la fotografía de Gordon Willis tienen un segundo de debilidad. Porque a todos nos encanta decir lo de la “oferta que no pudo rechazar” y pensar que puedes meter en la cama de un enemigo la cabeza de un caballo. Por esas razones y por muchas otras, El padrino es la mejor película de la historia.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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