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Restos humanos, pero ¿de Ricardo III?

El equipo que busca el cuerpo del rey bajo un aparcamiento en Leicester halla huesos humanos Falta la prueba del ADN, que tardará al menos ocho semanas

Pintura del Rey Ricardo III.
Pintura del Rey Ricardo III.CORDON PRESS

Nada de pirámides, ni de mausoleos. Sepultado bajo un aparcamiento de coches en Leicester. Quién le iba a decir al rey Ricardo III que acabaría enterrado en tan humilde lugar. Y sin embargo justo allí un equipo de arqueólogos británicos llevaba tres semanas buscando los restos del soberano. Hoy han anunciado el primer paso adelante de su búsqueda: han hallado huesos humanos.

Falta, eso sí, la prueba más importante. Los arqueólogos de la universidad de Leicester tendrán que comparar las trazas de ADN de los huesos encontrados con las de los herederos del rey, que sostuvo la corona británica entre 1483 y 1485.

Sin embargo, en una rueda de prensa retransmitida en streaming, un portavoz de la universidad ha afirmado que, por ahora, ya cuentan con algunas “fuertes pruebas circunstanciales”. Una calavera hendida y una espina dorsal con indicios evidentes de escoliosis –problemas que padecía Ricardo III, como también muestran sus retratos– son mucha coincidencia, según los arqueólogos. Aunque los propios estudiosos hacen hincapié en la importancia del análisis de laboratorio para pasar de hipótesis a certezas.

El equipo empezó sus excavaciones el pasado 25 de agosto. Comparando un mapa de la ciudad de 1741 con uno de hoy en día, los estudiosos llegaron a identificar el fatídico (y supuesto) punto X, bajo el que descansa el soberano.

Ricardo III obtuvo la corona en 1483 cuando su hermano mayor y soberano hasta entonces, Eduardo IV, falleció. En realidad, sus dos sobrinos (hijos del rey) Eduardo V y Ricardo de York eran los herederos de la corona. Pero Ricardo III, que además era el (supuesto) protector de los dos jóvenes, los hizo declarar ilegítimos y los encerró en una torre de Londres. Jamás se volvió a saber de ellos, mientras en junio de 1483 Ricardo III era proclamado por el Parlamento rey de Inglaterra.

Su reinado duraría sin embargo solo dos años. El soberano falleció en 1485 en la batalla de Bosworth. El choque puso punto final a la Guerra de las dos rosas, que enfrentó a los York (la familia de Ricardo III) y los Lancaster en una lucha feroz por el trono de Inglaterra. De hecho, Ricardo III fue el último de la dinastía de los York en sentarse en el trono. Enrique Tudor, que lideraba las fuerzas de los Lancaster en Bosworth, se hizo con la victoria y con el poder.

El rey derrotado y fallecido fue sepultado en un primer momento en la sede de los frailes franciscanos de Greyfriars. El edificio fue destrozado en 1530 pero, según cuenta la BBC, sí permanecieron los documentos sobre el entierro (por cierto, de perfil bajo) del exsoberano.

Philippe Langley, de la Sociedad Ricardo III, una organización fundada en nombre del antiguo rey, ha declarado al mismo medio: "El sueño era encontrar a Ricardo III y hoy el sueño parece posible”. Y, lo dice, que conste, un señor de una asociación uno de cuyos lemas es que “la verdad es más poderosa que las mentiras”.

Sea como fuere, las pruebas de ADN tardarán entre ocho y 12 semanas en ofrecer resultados. Más de dos meses para saber si, además de la obra de Shakespeare y de su muerte en batalla, el soberano se hará famoso también por otra razón: el primer rey enterrado bajo un aparcamiento.

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