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Fantasía geométrica de Zaha Hadid

La arquitecta iraquí expone en Madrid sus pinturas, esculturas y diseños Son el auténtico punto de partida artístico de la obra que le valió el premio Pritzker

La arquitecta iraquí Zaha Hadid, delante de algunas obras que expone en Madrid.
La arquitecta iraquí Zaha Hadid, delante de algunas obras que expone en Madrid.BERNARDO PÉREZ

Más que una exposición al uso, la sala parece un escenario de fantasías geométricas. Las formas fluidas y sólidas de Zaha Hadid son capaces de crear un ambiente envolvente y a la vez atomizarse en la individualidad sorprendente de cada una de las piezas. La arquitecta más famosa del mundo, la única mujer que ha obtenido el premio Pritzker —el Nobel de la Arquitectura— muestra en Madrid algunos de los aspectos menos conocidos de su trabajo. Pinturas, esculturas y mobiliario que rompen con las convenciones e invitan a inventar su uso.

Hadid (Bagdad, 1950) ha construido edificios que desafían la norma y los conceptos espaciales. Si el futuro no estuviera tan devaluado, se podría adscribir a ese tiempo utópico la realidad que imponen sus formas de líneas onduladas y bruscos cortes. Una búsqueda que parte del paisaje y la topografía y se concreta en materiales adecuados a esa flexibilidad. Lo mismo se puede decir de sus objetos de diseño, aunque lo cierto es que los límites entre diseño, pintura y arquitectura son difusos. O casi inexistentes. “Todas mis pinturas están relacionadas con la arquitectura”, deja claro Zaha Hadid. “En su momento fueron una especie de bocetos muy elaborados o representaciones de cada proyecto. Quería hacer unas presentaciones fuera de la norma, más conceptuales, aunque no creo que tengan mucho sentido por sí solos”, afirma.

Se equivoca. Sin saber cuál es su origen o función, las pinturas que se presentan en esta exposición titulada Zaha Hadid. Beyond Boundaries. Art and Design, en la galería madrileña Ivory Press (Comandante Zorita, 48) sí tienen la entidad de una obra de arte. Evocan la audacia del suprematismo o el constructivismo ruso de principios del siglo XX, con un marcado colorido que saca a relucir cualidades poco evidentes en el trabajo de la arquitecta iraquí.

Hay tres muros bajos donde se alinean unas pequeñas torres blancas. Unas son variaciones formales de las otras. Delicadas esculturas, caprichos geométricos moldeados en nailon por una impresora de objetos tridimensionales. “Estos fueron en principio dibujos bidimensionales manipulados”, explica, y quiere señalar que las facilidades tecnológicas de hoy no remplazan a la creatividad. “Hay un malentendido general y es que a veces puedes hacer un diseño manipulando una geometría, pero no se puede pedir al ordenador que haga el diseño él solo. Lo más interesante en este momento es esa traslación a la forma y la conexión entre la idea proyectada a gran escala. Antes se podía hacer, pero llevaba mucho más tiempo”.

“La mesa transparente —Liquid Glacial Table— también se hizo a partir de un modelo de 3D pero el plexiglás está fundido en esas formas”, continúa. “Es como hacer pintura tridimensional y eso me parece muy estimulante. Concibes un pequeño modelo que puede convertirse en uno de mayor tamaño y hasta en un edificio. No hemos conseguido todavía la tecnología que nos permita hacer un edificio completo a partir de un modelo, pero ya se puede trabajar en estas versiones ampliadas en los detalles y materiales de la fachada, en la estructura”. Sí, toda pregunta por sus diseños desemboca en su relación con la arquitectura y el urbanismo.

Hay piezas que trepan por la pared y ocupan parte del techo, como el Plan Maestro para Estambul, el Kartal Pendik Masterplan. “Los planes maestros son análisis del potencial de crecimiento de las ciudades, dónde deberían darse las concentraciones. Lo que me parece interesante es que la representación gráfica en este caso se convirtió eventualmente en el germen de un edificio".

Señala un muro donde está desplegado su Plan Maestro para Madrid. Unas pinturas que proponen cierto desarrollo urbanístico de la capital española que hizo en los años noventa y que ahora ha completado con unos cuantos acrílicos de sectores como el Paseo de la Castellana u otras perspectivas. “Hay un análisis de Madrid a partir del casco histórico y del crecimiento del extrarradio. Nosotros trazamos una especie de corredor hasta el aeropuerto y nuevas áreas de desarrollo. Es interesante en este proyecto la conexión de paisaje y objeto, un repertorio que surge a partir de las ideas de paisaje”.

Otros objetos de la exposición parecen piezas escultóricas de pared, pero no son solo eso. “Las estalactitas y la pieza de pared fueron hechas para una casa en California. Son pequeños relieves ampliados, de manera que te puedes sentar en ellos. Es la idea de que puedes hacer un objeto de arte de una forma arquitectónica y a la vez ser un mueble”.

Cada pieza tiene una historia y solo ella puede contarla. Zaha Hadid estará acompañada hoy en Madrid por los arquitectos Norman Foster y Luis Fernández Galiano, y la galerista y editora Elena Foster en una mesa redonda abierta al público (galería Ivory Press, 12.30).

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