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CHRISTOPHER NOLAN | DIRECTOR

“Esto es Gotham, no Nueva York, pero rodar allí lo relaciona con el 11-S”

El director británico Christopher Nolan, en el rodaje de 'Origen'.
El director británico Christopher Nolan, en el rodaje de 'Origen'.CORDON PRESS

El director británico Christopher Nolan (Londres, 1970) está tenso. La última entrega de su trilogía sobre Batman, El caballero oscuro: la leyenda renace, se estrena hoy en todo el mundo y, con el estreno, llega la hora de la verdad. “Este fin de semana va a ser la prueba definitiva, porque cuando haces una película sobre Batman intentas llegar a una audiencia muy amplia y ahora ya no te puedes esconder. Vamos a ver qué piensa la gente. La verdad es que estoy bastante nervioso por todo el proyecto”, acepta. Y eso que Nolan es uno de los directores más potentes y poderosos de la nueva generación de realizadores de la lista A de Hollywood.

Con un trasfondo revolucionario, está interpretada, como las anteriores, por Christian Bale en el doble papel de Batman y el multimillonario Bruce Wayne, que intenta mantener la ciudad de Gotham libre de criminales. Se desarrolla ocho años después de la segunda entrega y es un Bruce Wayne cansado, desorientado, en duda permanente. Duda hasta de los consejos de su fiel mayordomo Alfred (Michael Caine).

La de Gotham es una sociedad que no funciona. El Estado no es capaz de garantizar la seguridad de los ciudadanos y estos acaban dependiendo de la iniciativa de un millonario que en realidad no sabe muy bien qué hacer. “La película presenta todo tipo de situaciones paradójicas. Y para mí eso es lo interesante. Batman es en sí mismo una figura paradójica porque es heroico, pero trabaja fuera de la ley. Eso plantea preguntas”, explica, sin atreverse a picotear el surtido de quesos que le han traído a la suite del hotel Dorchester donde recibe al periodista.

"Cuando haces un filme de este tamaño, no te puedes esconder"

“La gente que busque interpretaciones políticas no las va a encontrar”, advierte. “Va a dar con interpretaciones equivocadas. Porque va en direcciones muy diversas en razón del espectáculo. En términos dramáticos, es muy interesante la idea de que Gotham ya no necesita a Batman, pero te das cuenta de que esa estabilidad se ha basado en una mentira. La mentira, al final de El caballero oscuro, entre Batman y Gordon. Y mi sensación, en términos dramáticos, es que algo que se basa en la mentira nunca puede funcionar”.

Alfred es quizás el personaje más enigmático. “Representa la influencia de la calma. Es un personaje muy sensato. Es la conciencia de Bruce Wayne, con todas sus dudas. Es también el que cree que ha llegado el momento de decir la verdad. Y es el personaje que parece más desplazado a lo largo de toda la historia. Los demás están más condicionados por sus actos. Y eso es diferente respecto a las otras películas. En esta, Lucius Fox [interpretado por Morgan Freeman], y el comisario Gordon, [encarnado por Gary Oldman], están atrapados por sus propias acciones, sus propias mentiras. Alfred es el único personaje que dice que ya está bien, que eso no funciona. Y alcanza un punto de conflicto con Bruce porque ya no acepta la idea de que puede ser necesario estar fuera de la ley. Se siente culpable. Eso le convierte en muy importante en la historia”.

En esta tercera entrega se han hecho paralelismos entre la película y el 11-S. “Ninguna película que aborda una tema de atentados en una gran ciudad de Estados Unidos puede dejar de estar influida por el 11-S. Pero nada más. El hecho de que hayamos rodado en Manhattan hace la relación más evidente visualmente. Pero esto es Gotham City, no Nueva York”.

A Nolan le saca de quicio que le hayan acusado de atacar de forma subliminal al candidato republicano a la presidencia, Mitt Romney. “Es pura paranoia. Lo que me interesa y sorprende de eso es el fenómeno de la gente que intenta analizar la película políticamente y no tiene en cuenta que hay otra gente analizándola desde la perspectiva opuesta. La película no es de derechas ni de izquierdas. No es en absoluto política. Lo que intenta es hablar de cosas reales del mundo de hoy, que significan algo para la gente y provocan reacciones en el público”.

Aunque las críticas están siendo buenas, a menudo se desliza el reproche de que esta tercera entrega provoca decepción. “La decepción es un concepto relativo. No puedo hablar sobre eso porque está relacionado con las expectativas de cada uno. Y si esas expectativas eran irreales, yo no puedo hacer nada”, se defiende.

"Batman es una figura paradójica que plantea preguntas"

Hay quien dice también que es muy cerebral, sin corazón. “Si alguien ha visto la película y dice que no hay corazón en ella es que no la ha visto de manera correcta. La gente llora al final. Es una crítica ridícula. Uno de los problemas con las críticas es que son contradictorias. Y, por lo tanto, no pueden ser correctas”, insiste.

Lo que no decepciona son las extraordinarias secuencias aéreas del arranque. “Lo hicimos lo más real posible. Con un par de aviones y un helicóptero rodando. Lo planeamos durante meses con un equipo muy bueno. Y fue todo sin problemas gracias a esa preparación”.

A Nolan le interesa sobremanera el formato IMAX. “Si puedes sumergir a la gente en una secuencia de acción o en el imaginario de los personajes, eres capaz de acceder a una respuesta visual mayor. Y eso te permite amplificar las cosas. Puedes amplificar la tensión del héroe. La adrenalina. Llegar a las vísceras del público. Amplificar las respuestas emocionales. Es una herramienta muy poderosa para contar una historia”, explica.

Y descarta que pueda haber una cuarta entrega de Batman, tras haber dirigido Batman begins (2005) y El caballero oscuro (2008) —entre medias también ha dirigido El truco final (El prestigio) (2006) y Origen (2010)—. “No. Este es el final de la historia. Ha llegado el momento de hacer otras cosas”. ¿Qué cosas? “Primero, irme de vacaciones. Y, después, no tengo ni idea”.

Un realizador de los grandes

-Christopher Nolan nació en Londres (Reino Unido) el 30 de julio de 1970, hijo de inglés y estadounidense (tiene la doble nacionalidad).
-Con siete años empezó a dirigir sus propias películas, usando la cámara de súper 8 de su padre y como actores, sus muñecos de juguete.
-Con 18 años se hace conocido por un corto surreal titulado 'Tarantella'.
-En la Universidad en Londres estudia Literatura Inglesa y rueda en la Sociedad Cinematográfica de la institución varios cortos en 16 milímetros.
-Debuta en 1998 con 'Following', que rueda mientras estudia los fines de semana.
-Dos años más tarde, 'Memento' le catapulta como director de fuerza y hace que su nombre empiece a sonar en Hollywood.
-Gracias al éxito de 'Insomnia', con Al Pacino y Hillary Swank, Warner decide poner en sus manos la saga de Batman, tras el fracaso de Joel Schumacher con los dos títulos precedentes.

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