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Italia rumia el ‘misterio de Caravaggio’

Los expertos ponen en duda la autenticidad del hallazgo de las obras del genial artista También cuestionan los métodos usados por los dos investigadores desconocidos

Retrato de Caravaggio de un artista desconocido, en la antológica de Roma de 2011.
Retrato de Caravaggio de un artista desconocido, en la antológica de Roma de 2011.PIER PAOLO CITO (AP)

Italia ama a Caravaggio, pero también ama los misterios. Y el supuesto descubrimiento de unos cien dibujos del pintor maldito tiene todos los ingredientes de una gran intriga. Dos historiadores del arte desconocidos se presentan hace un año en el castillo Sforzesco de Milán y piden a Francesca Rossi, la responsable del gabinete de dibujos, una copia de las 1.378 fotografías del fondo de Peterzano Simone, el pintor manierista a quien la madre de Caravaggio (1571-1610) encomendó a su hijo cuando todavía era un adolescente. El jueves pasado, Maurizio Bernardelli y Adriana Conconi, los dos historiadores hasta ahora desconocidos, anuncian a bombo y platillo a través de Internet que entre los fondos del castillo —mil veces rastreados sin éxito por investigadores de alto nivel— habían nada más y nada menos que 100 dibujos del joven Michelangelo Merisi. Nadie se lo ha creído.

La que menos, tal vez, es Maria Teresa Fiorio, la antigua responsable de la colección de arte del castillo Sforzesco. Tiene sus razones. Durante décadas, antes del supuesto hallazgo, el fondo de Peterzano fue escrutado por los más importantes estudiosos —Maurizio Calvesi, Giulio Bora, Mina Gregori—, pero ninguno encontró pruebas suficientes para atribuir ninguno de los dibujos a Caravaggio. “El fondo”, explica, “es muy conocido. Por tanto, o somos todos estúpidos o no sé. Yo misma quise organizar una exposición junto con Giulio Bora, pero después renunciamos: ¿quién habría venido a ver una muestra sobre los dibujos de Peterzano?”.

De todas formas, el mundo del arte italiano no solo pone en duda el hallazgo, sino también los métodos seguidos por los investigadores. Por un lado, se acercaron al castillo de Sforzesco para pedir las fotografías y no volvieron más, como recuerda Francesca Rossi, la responsable del gabinete de dibujos: “No los conozco de nada. Solo hubo un contacto con ellos cuando vinieron a pedir las copias, pero en las salas de estudios ya no los volví a ver nunca. Además, los dibujos de Peterzano son estudios de detalle. No existe ninguna posibilidad de verificar su autoría a través de fotografías. Atribuírselo a Caravaggio me parece ambicioso y poco presentable”.

No existe ninguna posibilidad de verificar su autoría a través de fotografías. Atribuírselo a Caravaggio me parece ambicioso y poco presentable

Otro de los puntos oscuros es la manera de dar a conocer un hallazgo de esa magnitud. A media tarde del jueves, la agencia italiana de noticias Ansa anuncia en su página web que Bernardelli y Conconi, después de buscar en iglesias de Milán y en el fondo del castillo, han encontrado un centenar de obras inéditas de Caravaggio que “se buscaban desde hace un siglo” y cuyo valor sería de 700 millones de euros. Pero no contentos con eso, anuncian que, a partir del viernes (ayer), todos los interesados podrían tener acceso al descubrimiento a través del portal de Amazon, que estaba a punto de poner a la venta dos libros electrónicos titulados Joven Caravaggio. Las cien obras descubiertas. Los expertos se hacen cruces. Maria Teresa Fiorio se hace eco de la opinión general: “Estoy muy perpleja. Un investigador serio no hace un ebook. Estudia los diseños y los publica por lo canales apropiados. Siendo Peterzano el maestro de Caravaggio, todos hemos tenido la duda o la esperanza de que algunos de esos dibujos sean de Merisi. Y todos cuantos han examinado el fondo se han preguntado lo mismo: ¿No será posible que alguno de estos dibujos sea de Caravaggio? Pero nadie, sin embargo, se ha sentido autorizado para afirmarlo. La atribución no tiene punto de apoyo, no hay seguridad de que sean dibujos de Caravaggio”.

Otros sonoros hallazgos del mundo del arte

ROCÍO HUERTA

-La educación de la Virgen pertenece, de confirmarse su atribución, a la etapa sevillana de Velázquez. Durante décadas estuvo en el sótano del Museo de la Universidad de Yale, hasta su descubrimiento en junio de 2010. Fue fotografiado por primera vez en 1946, y salió de Europa en un barco de la familia Townshend. Su confirmación revolucionaría los conocimientos sobre los comienzos del pintor, pero el congreso en el que un comité de expertos dará un veredicto de la autenticidad de la obra Está todavía por convocar.
La batalla de Anghiari, pintada por Leonardo Da Vinci en 1503, ha permanecido perdida durante 500 años. O más bien en la sombra. El pasado mes de marzo un equipo de expertos aseguró que los rumores de que la obra se encontraba oculta tras un muro del Salón de los Quinientos del Palazzo Vecchio de Florencia eran cada vez más certeros. Concretamente se sospecha que el mural se esconde debajo de otra obra de arte: La batalla de Scannagallo, pintada por Giorgio Vasari en 1565, en la misma pared del palacio Vecchio, sede del Ayuntamiento de Florencia. El equipo dirigido por Maurizio Seracini, un estudioso que lleva 36 años buscando el mural perdido, es el responsable del hallazgo, que a pesar de que está todavía por confirmar, es optimista en el veredicto: "Aunque todavía estamos en las etapas preliminares, la evidencia muestra que estamos buscando en el lugar correcto", dijo Seracini.
-Bodegón con flores, hortalizas y un cesto de cerezas es el nombre de la séptima naturaleza muerta conocida, de las nueve que pintó el maestro del XVI Juan Sánchez Cotán. La obra, hallada en septiembre de 2010, pertenece a los David-Weill, una familia de banqueros franceses muy acaudalados cuya matriarca, de nombre Eliane David-Weill, legó la pintura a sus hijos en 2008, exactamente dos años antes de descubrirse la autoría.
-El de La Gioconda del Prado ha sido el caso más sonado en años. Pese a que no hay duda de que se trata de una réplica pintada por uno de los pupilos favoritos del genio, el Museo de El Prado descubrió, tras la restauración de esta copia del famoso cuadro de Da Vinci que su relevancia era mayor de la considerada hasta entonces. Los expertos resolvieron que la obra fue realizada en el taller del genio florentino mientras este pintaba el original. La nueva Gioconda viajó al Louvre para visitar a su hermana mayor, pero desde marzo vive de nuevo entre las paredes de la pinacoteca madrileña, donde ha permanecido durante más de 350 años.

Hay quien, incluso, va más allá. En un artículo publicado en L'Osservatore Romano, el director de los Museos Vaticanos, Antonio Paolucci, descarta prácticamente que los dibujos pertenezcan al genial artista. “Se trata”, escribe, “de un episodio de puro optimismo inductivo. Ninguno de los expertos pensó en dar una paternidad diferente a la que siempre se le ha dado: la de Simone Peterzano. Puede ocurrir que aquello que se le ha escapado a prestigiosos profesores sea descubierto por investigadores menos titulados, pero dotados de ojos, sensibilidad y suerte, como ocurrió en otras ocasiones. Pero desde el momento en que no existe un sólo dibujo comprobado de Caravaggio es imposible confrontar y deducir con base científica, atribuir a Merisi los dibujos y pinturas del Castillo Sforzesco (de Milán), nos parece, por lo menos en estos momentos, un episodio de puro optimismo inductivo”. O puro misterio.

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