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La Generalitat de Cataluña pide al juez inspeccionar el claustro de Palamós

Los expertos reciben con sorpresa el hallazgo del monumento Estaba oculto en el jardín de una vivienda de lujo

J. Á. M.
Claustro románico de Mas del Vent
Claustro románico de Mas del VentVINCENT LEROUX

La Generalitat de Cataluña ha asegurado hoy que ha puesto en conocimiento de la fiscalía de Girona el caso del claustro románico de Palamós, Girona, oculto en el jardín de una vivienda de lujo. El Gobierno catalán ha enviado al juzgado territorial una solicitud para poder acceder a la finca donde está ubicada la construcción. Según Joan Pluma, director general de Patrimonio de la Generalitat, se han enviado tres cartas a los propietarios de la finca, “pero no se ha recibido respuesta alguna”. Lo mismo ocurrió tras dos requerimientos que enviaron pidiendo que colaboraran con la Generalitat. “De lo que se trata ahora es de que los técnicos accedan a la finca”, ha asegurado Pluma, que tuvo constancia de la existencia del claustro en julio de 2011, tras una carta que le envió la Asociación de Amigos del Románico, en el que le explicaba el caso y la desprotección del claustro. El mundo académico ha recibido con sorpresa el hallazgo.

“No se esconde una ciudad en lo alto del monte”, con esta frase, bastante oportuna, valora José María Pérez, Peridis, presidente de la Fundación Santa Maria la Real, el redescubrimiento del enorme claustro: una construcción que los expertos sitúan en el siglo XII y comparan con el claustro de Silos o las huelgas, en Burgos. “Así como por arte de magia, yo no conozco nada parecido. Me ha sorprendido mucho saber de la existencia de esta construcción por el diario, pero habrá que verla y estudiarla”, comentaba este especialista que tanto ha hecho por la divulgación del románico español.

Para Peridis es fundamental que la Generalitat actúe de oficio para que el edificio acabe catalogado “ya que debería figurar en el patrimonio artístico de Catalaña”, y pide que el acceso “sea libre para poder analizarlo e investigar su procedencia”. En ese sentido asegura que “en Cataluña ahora mismo hay 100 investigadores que trabajan para el volumen de Cataluña de nuestra enciclopedia sobre Románico, entre ellos el propio Boto, por lo que mañana mismo podrían entrar”, asegura el historiador, dibujante y arquitecto. Peridis cree que es fundamental localizar la documentación relativa al montaje, sobre todo las licencias municipales que permitieron que el claustro se montara en 1959.

Yo no conozco nada parecido José Mª Pérez, Peridis

Para Fernando Olaguer-Feliu, catedrático de Arte Medieval de la Universidad Complutense de Madrid, el hecho de que no hubiera noticias del claustro hasta ahora “es, como mínimo misterioso y extraño”. Olaguer reconoce que el trabajo de Boto es “comprometido para un especialista, ya que está basado en fotografías y no en la visión directa” y para el trabajo científico es “fundamental poder verlo para ver la marcas de cantero o estudiar los temas”. Para él, la clave está en Kurt Englehorn, que es quién conocerá la historia completa de cómo el claustro fue a parar a Palamós y por qué no quieren dejarlo investigar. “Me extraña su silencio”, comenta.

En cuanto a la posibilidad de que la obra sea falsa asegura que “si es así está muy bien hecha”, mientras que defiende la posibilidad de la compra lícita: “En España no hay lugar para el robo, ya que la desamortización del siglo XIX puso en el mercado un gran número de piezas e incluso edificios como el Monasterio de Piedra, que ahora es de una familia que lo explota”. En cuanto al papel de la Administración, cree que si no se ha hecho nada “es porque no ha habido denuncia alguna. No recuerdo un caso parecido, remacha Olaguer.

Jordi Camps, conservador de románico del Museo Nacional de Arte de Catalunya, MNAC, explica que “de entrada parece muy interesante y si se confirma que es todo original y que no hay grandes restauraciones será algo espectacular. Llama a la prudencia hasta que la construcción no se pueda ver de cerca, aunque reconoce que “Boto es un especialista en escultura de los siglo XI y XII en Castilla y León”. Camps, responsable de la colección del principal museo catalán que conserva, además, la mejor colección de pintura románica mural del mundo, asegura no “recordar nada parecido, ya que siempre se ha tratado de piezas aisladas, nunca de una construcción de más de 40 metros de largo”. La clave para Camps es que “poco a poco se llegue a un acuerdo con los propietarios para que permitan acceder y estudiarla”. Para Camps “se trata, sin duda, de una noticia muy positiva para el patrimonio artístico en general, y si se confirma tendrá mucho valor”.

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Sobre la firma

J. Á. M.
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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