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Rosemarie Trockel entre líneas

Es una de las artistas más destacadas de su generación Declarada feminista y celosa de su libertad creativa Ha reunido los trabajos de una serie de artistas-científicos y 'outsiders' Expone junto a los de ellos sus trabajos más recientes Su 'cosmos' personal se despliega en el Museo Reina Sofía

'Schutter' (2006), cerámica vidriada de Rosemarie Trockel.
'Schutter' (2006), cerámica vidriada de Rosemarie Trockel.

Saltar de un lado a otro de la línea trazada en el suelo no es solo un juego infantil. Rosemarie Trockel (Schwerte, Alemania, 1952) lo sigue haciendo, de alguna manera. A su manera. Los límites convencionales del arte son para ella un atractivo que la lleva a traspasar la línea. A transgredir. Así lo dice en varias ocasiones a lo largo de la conversación que sostenemos con motivo de la exposición que inaugura este martes en el Museo Reina Sofía. Una muestra en la que casi la mitad de las piezas expuestas no son suyas, sino de otros artistas heterodoxos, outsiders. "He querido mostrar junto a una selección de mis trabajos algunas de las más importantes influencias en mi obra. Elegí unos artistas que han estado muy presentes para mí a lo largo de mi vida, aunque también he incluido otros que me sugirió la comisaria, Lynne Cook", afirma.

Trockel ha mantenido siempre una posición firme del lado del feminismo y así lo ha demostrado en sus obras. Empezó a darse a conocer con sus cuadros tejidos. Una práctica artesanal ligada íntimamente al mundo de la mujer, se transformó en un soporte crítico representando la hoz y el martillo comunistas, o el conejito de Playboy. Hace pocos años tituló su retrospectiva directamente Menopausia, poniendo de relieve la ocultación social de este momento crucial en la vida de la mujer. "Nunca he pensado que los Cuadros tejidos sean la parte más fuerte de mi trabajo. Lo son mucho más mis dibujos, de los que he elegido solo unos cuantos, dos o tres, para esta exposición. Tampoco habrá esculturas ni vídeos. Siempre resulta difícil reunir un poco de todo cuando trabajas con medios tan distintos. Es una buena muestra de lo que he estado haciendo los últimos veinticinco años, pero no es una retrospectiva", aclara.

Un cosmos, que es el título de la muestra madrileña, se orienta en otro sentido. Se podrán ver las piezas en cerámica vidriada que Trockel ha venido produciendo en los últimos años, algunas obras realizadas en lana y sus books drafts, cuadernos de anotaciones personales. Todo ello en combinación con cerca de sesenta piezas que representan su interés por la biología, que ella lleva al terreno del arte. Porque otro de los caballos de batalla de esta creadora es su firme convicción de que entre arte y artesanía no debe haber una división rígida. "Es muy difícil establecer las diferencias entre ambas", dice. "Hay solo una fina línea que las divide. Un espectro que tiene una zona gris y yo misma me niego a trazar las diferencias".

Hay solo una fina línea que divide arte y artesanía. Un espectro que tiene una zona gris. Me niego ha trazar las diferencias

En esa categoría podrían entrar las extrañas y delicadas figurillas de vidrio de los naturalistas del siglo XIX Leopold y Rudolph Blashka, que representan pequeñas criaturas marinas. O las divertidas películas del entomólogo Ladislas Starevich, pionero de la animación en stop motion, como en La venganza del cámara (1912), con escarabajos y otros insectos como protagonistas. También están las inquietantes muñecas de Morton Barlett, de una naturalidad algo terrorífica (y un poco morbosa). Pero también los pájaros de papel de James Castle, analfabeto y mudo —que ya tuvo una exposición en el Reina Sofía— , o los cuadernos compulsivamente escritos e ilustrados, casi enciclopédicos, sobre botánica, ornitología u otros temas diversos, realizados por el español Manuel Montalvo. "Me interesé desde pequeña por la biología", cuenta. "Estoy muy contenta de poder incluir también en la exposición imágenes, dibujos y grabados naturalistas de la expedición de José Celestino Mutis. O las acuarelas de flora y fauna de Maria Sybilla Merien, hechas en el siglo XVII. Mis padres tenían en casa muchas estampas botánicas que me fascinaban".

Pero no solo recoge obras de artistas del pasado. También ha querido incluir las de Günter Weseler, un artista que en los años setenta estaba en primera línea de la influyente escena de Düsseldorf, junto a Blinky Palermo, Gerhard Richter, Joseph Beuys o Sigmar Polke, pero que después desapareció. "Hemos hecho juntos una obra en las últimas semanas para esta exposición, pero es un artista al que yo he admirado desde joven. Además incluimos tres piezas suyas", explica.

'Botanical slide show'. Cortesía Sprüth Magers Berlín Londo
'Botanical slide show'. Cortesía Sprüth Magers Berlín LondoRosemarie Trockel

Trockel enseña actualmente en Düsseldorf, donde Joseph Beuys sigue proyectando su sombra. "Yo no conocí personalmente a Beuys, pero como artista fue muy importante en su tiempo y sigue siéndolo", afirma. "Mis estudiantes se refieren a él constantemente y en relación con distintos aspectos de su trabajo. Como persona fue alguien muy carismático y con una gran fuerza. Con un cierto aura. Era fácil caer bajo su influencia. Sigue siendo muy importante hoy en día tanto para los jóvenes como para muchos artistas de distintas generaciones".

Ella considera que la etapa de aprendizaje para el joven artista es un momento privilegiado. "Creo que lo principal para los estudiantes de arte es la oportunidad que tienen de relacionarse entre si. Tengo alumnos de muchos países y resulta muy estimulante la comunicación. Sobre todo porque es algo que es todavía ajeno a la escena o al mercado del arte. Pueden trabajar libremente sin ninguna presión exterior. Intento orientarlos para que no se proyecten demasiado hacia el mercado".

En su opinión, la situación de desventaja de las mujeres artistas ha mejorado. "Las cosas han cambiado mucho desde que yo empecé", admite. "El mundo del arte hoy está más abierto a todo tipo de personas. Pero de cara al mercado del arte las cosas no son tan equilibradas. Las mujeres siguen estando en inferioridad respecto a los hombres. Y sobre todo las artistas que vienen de países donde la situación de la mujer es más dura, donde no hay igualdad de derechos. Hay todavía mucho que hacer en cuanto a igualdad. En Alemania las estudiantes de arte tienen igualdad frente a los hombres, pero no la hay entre profesores. ¡Era mejor en los años noventa!".

Rosemarie Trockel prefiere tener a raya el mercado del arte. "Los galeristas no entran en mi estudio. Ninguno en 25 años", dice. Se reserva una buena entidad de ellas. "Hay obras de las que no te quieres desprender y prefieres conservar. Sobre todo los dibujos, que son lo más cercano que puedo tener y los book drafts. Son como un diario personal, mis pensamientos diarios. Es mi microcosmos", señala.

"El dibujo es mi técnica preferida. Surge casi sin pensar, es como si la mano dejara salir las ideas. La línea del dibujo es quizá el punto de contacto entre arte y artesanía. Y lo es en muchos sentidos, sobre todo porque los bocetos son el primer paso para la realización de todo proyecto. Dibujo cada día".

Jellyfish Aegina Citrea (Medusa Aegina Citrea), 1863-1839. Cristal. 8,5 cm de diámetro. Cortesía de University of Aberdeen Museums
Jellyfish Aegina Citrea (Medusa Aegina Citrea), 1863-1839. Cristal. 8,5 cm de diámetro. Cortesía de University of Aberdeen MuseumsLEOPOLD Y RUDOLPH BLASHKA

"He seguido trabajando con muchos materiales. Depende de lo que quiera hacer en cada momento. Nunca sé que va a salir cuando entro en el estudio", dice. "Con la cerámica trabajo de manera más espontánea. Si me planteo una pieza tejida con lana parto de un concepto distinto. Me encanta trabajar con cerámica, hace diez años que empecé, y cuento con un grupo de gente que me ayuda maravillosamente. En la exposición habrá cosas antiguas y nuevas".

Trockel ha preparado una instalación específica para el Reina Sofía. Es una habitación alicatada con baldosas blancas. Del techo cuelgan dos palmeras de plástico y una jaula con pájaros mecánicos. ¿El mundo al revés? "La idea de que el mundo está al revés es algo que está en el fondo de toda mi obra. Hay un compromiso intrínseco con lo que sucede en el mundo. No quiero separar las cosas ni señalarlas, espero que cada persona haga sus propias interpretaciones". O

Rosemarie Trockel: un cosmos. Museo Reina Sofía. Santa Isabel, 52. Madrid. Del 22 de mayo al 24 de septiembre.

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