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Planeta entra en Tusquets

El último sello clásico e independiente ha llegado a un acuerdo de distribución con Grupo Planeta, en España y América, y queda abierta la posibilidad de una colaboración "más activa" Desde su creación, el sello ha tenido diferentes altibajos económicos sin perder la calidad editorial Tiene un catálogo de más de 2.300 títulos

La Editora Beatriz de Moura
La Editora Beatriz de MouraSUSANNA SAEZ

Planeta Corporación entra en el accionariado de Tusquets,  la última editorial clásica e independiente española. Ambos han llegado a una alianza para afrontar los nuevos tiempos: "Un acuerdo de asociación por la que Tusquets, que seguirá liderada por Beatriz de Moura al frente de su equipo editorial, podrá no sólo acceder a la poderosa y eficaz plataforma de servicios de distribución de Planeta, sino a los de administración que, con el tiempo y una colaboración activa, crean convenientes", dice el comunicado. De Moura no ha precisado el porcentaje que tendrá Planeta (aunque se dice que es del 50%), y asegura: "Yo sigo independiente. A mí no me ha comprado nadie”. Una prueba de ello, según la editora, es que el nuevo consejo es paritario, habrá dos personas de cada editorial.

Para De Moura estas alianzas son consecuencia y signo de los tiempos de crisis en el sector y en el mundo. "Y puede ser el final de un ciclo para las editoriales independientes". Asegura que no pueden seguir así, sean medianas o pequeñas, porque se necesita de apoyos y acuerdos económicos para sobrevivir. Según la editora "quien no vigile la distribución y el libro digital va a quedarse fuera del juego editorial”. Y envía un mensaje a sus lectores y autores: "No habrá cambios en el catálogo".

Este acuerdo con Tusquets, creada en 1969, se fundamenta en una sólida relación personal entre sus accionistas y parte del convencimiento mutuo de que a través del mismo se enriquecen ambas partes. Las dos editoriales, agrega el comunicado, "apuestan por el mantenimiento del ecosistema editorial y librero en España y en América, a la vez que se proponen desarrollar proyectos que mejoren su posición frente a los nuevos entrantes en la distribución de libros, tanto impresos como en formato electrónico".

El efecto carambola de la operación llegaría también al sector de la distribución, pendiente aun de su particular proceso de concentración. Tusquets tiene un notable peso en la facturación de una también histórica en su sector, la distribuidora Les Punxes, creada en 1968. La entrada de Planeta podría desviar esa distribución hacia sus empresas y participadas del sector (Logista y Enlaces Editoriales), que harían incrementar su presencia en América Latina. Ello en el libro físico porque también estaría la vertiente del libro electrónico, donde Tusquets ha sido exprofeso muy cauta, sin traducir aún a sus autores en bits. La entrada de Planeta facilitaría el volcado y distribución de ese goloso catálogo de Tusquets al mundo digital y, a su vez, reforzaría al primer grupo editorial español en ese mercado ante la consolidación de operadores globales como Amazon y Google.

El acuerdo entre Planeta y Tusquets va más allá de ambas firmas. Como primera consecuencia, puede leerse como el final de un ciclo en la edición española. Tras la venta, a finales de diciembre de 2010, de Feltrinelli en Anagrama que culminará en 2015, Tusquets había quedado como el último gran representante de la clase media editorial independiente, de esos sellos creados a finales de los 60 que encabezaron buena parte de la renovación cultural del sector y del país, logrando además la acogida suficiente, tras unos primeros pasos difíciles, para poder adquirir un volumen de facturación notable y rondar así tranquilamente el centenar de títulos publicados cada año. La creación de un catálogo muy marcado por la personalidad casi intransferible del editor (Jorge Herralde en Anagrama y Beatriz de Moura en Tusquets) sería uno de sus sellos distintivos. En esa franja apenas quedan ahora por volumen, si bien provenientes de estrategias y épocas muy distintas, Salamandra y Edhasa.

La segunda lectura pasa por entender el pacto Planeta-Tusquets como un escalón más en el lento pero inexorable proceso de concentración editorial español que, ceñido al marco de esa clase media, se ha acelerado desde hace un par de años como consecuencia de la crisis económica y que ha llevado, por citar sólo dos casos recientes, a la compra de Siglo XXI por Akal (mayo de 2010) o a la de la división española de De Vecchi por Edhasa (octubre de 2010).

Los rumores sobre alguna clase de apoyo ha rodado a la editorial desde finales del año pasado y arreciaron en los últimos días. No es la primera vez que Tusquets Editores ha vivido momentos difíciles a lo largo de sus casi 45 años. Creada en 1969 con Cuando Beatriz de Moura la fundo en Barcelona con su primer marido, el arquitecto Óscar Tusquets, en un piso de 70 metros. En 1969, sacaron sus dos primeras colecciones Marginales y Cuadernos Ínfimos. Durante el franquismo les prohibieron 25 títulos, les secuestraron uno y censuraron 21. Tiempos complicados, pero con toda la ilusión y el futuro del mundo. Más difícil fue en 1995.Vendieron el 40% de sus acciones al Grupo Planeta. No funcionó y en abril de 1998 las recompraron. En noviembre de ese año vendieron el 50% a RBA. Fue aun peor y dos años después salieron tarifando. Beatriz de Moura y Antonio López Lamadrid, que se unió a Tusquets, en 1977, quedaron muy satisfecho con el trato de Planeta. “José Manuel Lara Bosch nos trató como un caballero”.

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