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MÚSICA

Dawes: "La música que hacemos necesita de cierta concentración"

Una banda de California que atrapa a todos los públicos con una receta clásica Dawes llegan con su segundo disco y gira por varias ciudades españolas

Cuando se escuchan los discos de estos cuatro muchachos de Los Ángeles, se llega a la conclusión de que hay cosas que es mejor afrontarlas a la antigua usanza para llegar a percibir toda su calidad y sentimiento. Taylor Goldsmith, un treintañero nacido en Malibú y que primero lo intentó con una banda cercana al punk, así lo reclama, al otro lado del teléfono, reconvertido y rendido absolutamente a lo que algunos llaman "el nuevo folk rock" de la costa oeste de Estados Unidos. No es de extrañar, pues, que la revista Rolling Stone en su edición norteamericana calificara esta banda, capitaneada por Taylor y su hermano Griffin, como "el auténtico sonido vintage", además de incluir su segundo y nuevo trabajo, Nothing is wrong, dentro de los 50 mejores discos de 2011.

Cuando se suben a un escenario, las sensaciones no cambian demasiado. En España tocaron el pasado verano en el Heineken Jazzaldia de San Sebastián. Acompañaban al mítico Jackson Browne en parte de su gira europea, y antes de actuar con la leyenda ofrecieron su primer concierto en España desgranando una música cercana a Crosby, Stills, Nash & Young y Gram Parsons. Dos horas de guitarras, armonías vocales y melodías que llevaron a Miguel Martín, director del festival, a calificarles de "sobresaliente". Jonathan Wilson, que también produjo el primer trabajo de la banda, North Hills, visitó recientemente España como telonero en los conciertos de Wilco. "Toda la música que nos inspira ha sido realizada en California. Estamos muy orgullosos de esto", afirma Goldsmith cuando se le recuerda que toda la crítica especializada los sitúa dentro del sonido Laurel Canyon, ese barrio a las afueras de Los Ángeles en el que Joni Mitchell, Jim Morrison, The Byrds y Graham Nash hicieron de las suyas. "Además, un profesor de literatura nos dijo que la mayoría de nuestras canciones podrían encajar perfectamente dentro de El Gran Gatsby", bromea. Dawes se completa con Wylie Gelber (bajo) y Tay Strathairn (teclados).  Con mucho retraso, su segundo disco Nothing is Wrong ya está accesible en España y, si se tiene suerte, la oportunidad de pasar dos horas junto a unos chicos que aman la música de genuino sabor americano.

Pregunta: Cuando tocasteis en el Festival de San Sebastián aún no había salido Nothing is wrong al mercado, tardó un mes, pero sólo se podía adquirir en Estados Unidos. La única forma que teníamos en España de acceder a ese trabajo en aquel momento era ilegalmente.

Respuesta: Es cierto. Es terrible. No tenemos un distribuidor europeo y cuando salió el disco fue muy bien en Estados Unidos, pero no era accesible en Europa. Tenemos un acuerdo con una discográfica independiente de Nueva York (el sello ATO Records) y es un acuerdo para Estados Unidos. Es verdad que las cosas se ralentizan mucho para que los discos estén accesibles fuera de América. Esperamos que eso cambie pronto. En ese sentido entendemos que la gente de Europa no espere y se lo baje ilegalmente de la red. No es la forma más ortodoxa de acceder a nuestros discos, pero si es la única que hay, qué le vamos a hacer. Por supuesto, preferimos que la gente tenga acceso a nuestro trabajo aunque sea ilegalmente. Si no, nadie vendría a nuestros conciertos de Europa, ¿verdad?

P. ¿Pero cómo valoráis casos como el del cierre de Megaupload, por ejemplo?

R. Francamente el tema de Megaupload a nosotros creo que no nos afecta demasiado. Estoy convencido de que la mejor forma de acercarse a un disco, y en especial a los nuestros, es con el vinilo. Ir a Internet, bajarte 14 temas y meterlas en tu teléfono, está bien, pero desde luego no es lo que yo entiendo por escuchar realmente música. Es como el cine, el ritual es necesario. Creo sinceramente que la buena música, al menos la que hacemos nosotros, necesita de una cierta concentración para poder tener todos los matices. Escuchar mientras lees las letras, con atención. Esas cosas.

P. Hombre claro, pero en el coche, por ejemplo, no puedes escuchar muchos vinilos, ¿no?

R. Vale, no escucho muchos vinilos en el coche (risas). Pero en serio. Me parece que el hecho de llegar a casa, bajar la persiana, cortar con las preocupaciones y dedicarle tu tiempo a un disco y escucharlo por el placer de hacerlo en vinilo es algo que deberíamos recuperar.

P. Megaupload puede no afectaros, pero toda la industria musical está tocada

R. Cierto. Por otro lado mucha gente no se da cuenta de todo el trabajo y la inversión que hay detrás. La gente no se da cuenta de que no somos una banda con mucho dinero, no tenemos muchos recursos de promoción y esas cosas. Preferimos invertir en talento para que los discos tengan alma. Pero lo que la gente parece no querer darse cuenta es de que esos grupos y canciones que tanto aman y tanto les gustan, si van sistemáticamente a Internet a descargárselas ilegalmente, llegará un momento en el que los músicos que las hacen no tendrán ningún recurso para poder crearlas. Y no sólo eso. Bandas como Bon Iver, como Fleet Foxes o incluso Wilco han de girar mucho para ganarse la vida, venden muchos menos discos que antes porque la gente los piratea de Internet. Probablemente podrían componer más y hacer más discos si las cosas fueran distintas. Los fans no se dan cuenta, a veces, de que pueden estar tirándose piedras sobre su propio tejado.

P: ¿Buscáis deliberadamente un sonido antiguo, 'vintage'?

R: No es tanto deliberado como que nos gusta hacerlo así. Nos gustan las guitarras y nos gustan las voces, no vamos buscando un sonido antiguo ni 'vintage'. Nos gusta tocar en directo. Tal vez por eso grabamos analógicamente y eso nos ayuda a no volvernos locos con la edición final como ocurriría con una grabación digital. Y claro, eso termina inevitablemente marcando un poco el sonido.

¿Cuánta culpa tiene vuestro productor Jonathan Wilson?

Mucho antes de grabar los discos con él ya habíamos estado en su casa tocando con gente muy buena. Son las famosas Jam Sessions con Chris Robinson, de The Black Crowes, y Benmont Tench, entre otros, a las que estábamos invitados. Éramos mucho más jóvenes y aquello fue totalmente una inspiración. Además de una forma de darnos cuenta de que todavía nos queda mucho trabajo por hacer. Son músicos con mucho más talento que nosotros.

¿Sois conscientes de que vais a tocar en salas muy pequeñas en España?

No tenemos ni idea de cómo es la sala de Madrid, por ejemplo. Sólo que vamos a dar tres conciertos en España. Es nuestra segunda vez allí, después del Festival de San Sebastián donde nos sentimos muy cómodos. Lo que nos gusta es tocar y tocar y estamos encantados de ir a Madrid por primera vez. Esperamos que la gente venga y nos gusta que estén cerca, notar el calor del público nos ha gustado siempre. Somos una banda de directo. La cercanía es más divertida definitivamente.

Dawes actúan el 29 de febrero en El Sol (Madrid), el 1 de marzo en El Loco (Valencia) y el 3 de marzo en La Iguana Club (Vigo).

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