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64º Festival de Cine de Cannes

Cannes vibra con el retorno de Guédiguian en 'Las nieves del Kilimanjaro'

El festival francés acoge todo tipo de cine, desde lo nuevo de los hermanos Dardenne hasta Piratas del Caribe

La capacidad de Cannes por absorber todo tipo de cine llegó hasta Piratas del Caribe. Puede que pareciera una herejía, pero a cambio eso permite que el mismo día en la sección oficial participe Le gamin au vélo, de los hermanos Dardenne, que ya han ganado la Palma de Oro en dos ocasiones precedentes, y The artist, del director francés Michel Hazanavicius, un curioso y enganchón homenaje al cambio del cine mudo al sonoro en el Hollywood clásico, cuando las películas talkies exiliaron a toda una generación de actores silentes. Y de rondón, Michael una historia de pedofilia que dirige Markus Schleinzer, ayudante de dirección de Michael Haneke y responsable de la dirección de los niños en La cinta blanca. Pero Schleinzer no es Haneke. Se siente.

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Y eso en la oficial, que ayer los franceses se volvieron locos con Las nieves del Kilimanjaro, la vuelta a la acción del mejor Robert Guédiguian. En el pase de gala de la sección Una cierta mirada hasta Nanni Moretti se acercó para ver el retorno a las raíces del veterano cineasta francés que tras un par de escarceos sin sentido en el cine histórico vuelve a Marsella, a sus actores fetiche (Ariane Ascaride, Jean-Pierre Darroussin, Gérard Meylan y Maryline Canto) y a los estibadores y su lucha obrera para afrontar, sin embargo, un curioso giro argumental muy crítico con la situación actual, con cómo los sindicatos han pasado de las jóvenes generaciones, y con ciertos momentos muy bien resueltos de 'thriller'. Sorprendente e iluminadora película.

The artist también sorprende. Porque todo un equipo técnico francés se ha ido a rodar a Estados Unidos para dar verosimilitud a esta tragicomedia sobre el salto del cine mudo al sonoro a través de un actor -posible alter ego de Douglas Fairbanks- de películas de aventuras que se cruzará en su caída a los infiernos con el vertiginoso ascenso de un joven intérprete, chispeante y bella. Porque además, la han rodado en blanco y negro y es muda (sí tiene música incidental y en algún espléndido momento, sonido ambiente). Y porque la han hecho el realizador Michel Hazanavicius y el cómico Jean Dujardin, famosísimos en Francia por las películas de OSS 117, un James Bond a la francesa y en los años sesenta. Este es su proyecto artístico, y han acertado. En la rueda de prensa de The artist, Hazanavicuis ha comentado que el rodaje no hizo otra cosa más que seguir a los maestros: "He seguido las pistas dadas por los grandes que trabajaron en aquellos años [1927-1932]. El secreto está en la época en que datamos el filme, repleta de inmensos directores. Por ejemplo, hemos ido por el camino de Charles Chaplin: la mayor parte de sus largometrajes eran melodramas, pero repletos de burbujas cómicas. Quisimos ir por ahí, no caer en la caricatura". Bérénice Bejo, la actriz francoargentina que encarna a la protagonista, listó sus pistas para dar vida a una actriz estadounidense: "Vi filmes de esos años y me di cuenta que sus interpretaciones eran muy modernas. Me fijé en una joven Joan Crawford, en Marlene Dietricht, que no era estadounidense pero allí hizo su carrera, y que tiene eso tan especial cuando entra en una habitación y antes vemos su cuerpo que su cara". A su lado, Dujardin rió y aseguró no haber hecho tanta investigación: "Después de todo esto, ¿qué digo yo? Bueno, que me fijé en Fairbanks". La música, clave en un filme silente, mezcla banda sonora propia con la mítica partitura de Bernard Herrmann para Vértigo. "Lo decidimos hace tres meses y es perfecta para ese momento del filme. De paso, nos marcamos un homenaje a una película que amamos", según los productores. Hablando de homenajes, Hazanavicius rechazó las referencias a Los productores, de Mel Brooks. "Aunque cuando estuvimos localizando, vi su plaza de aparcamiento en los estudios". Y es que gracias a ese rodaje estadounidense, el filme está lleno de secundarios de lujo: Penelope Ann Miller, James Cromwell, John Goodman, Beth Grant, Missi Pyle o Malcom McDowell.

Los Dardenne, Jean-Pierre y Luc, han provocado inmensas reacciones de cariño con su Le gamin au vélo, la historia de un pobre crío que busca en primera instancia a su padre, y de fondo algo de cariño, y su posterior relación con la peluquera que le adopta, la bellísima Cécile de France. Han entrado automáticamente en las quinielas, aunque ellos mantienen los pies en el suelo. Peor le ha ido a Markus Schleinzer, mano derecha de Haneke, que comentó en su encuentro con la prensa por su Michael que el filme nació de dos inquietudes: "Una artística, ya que me gusta trabajar con actores infantiles; la otra, porque me di cuenta de la cantidad de carteles que veo cada día en Berlín con las caras de niños desaparecidos. En Alemania cada año no vuelven a su casa miles de críos. No somos conscientes de los niños que deben estar secuestrados en desvanes, sótanos o garajes por todo el mundo". Su drama muestra, sin ningún apunte moral, la vida diaria de pedófilo de 35 años, aburrido oficinista, que tiene en su sótano insonorizado a un niño de ocho años al que viola cuando le apetece. Está construida desde el silencio, como asegura su actor protagonista, Michael Fulth, "un silencio incómodo que nos rodea".

El crítico de cine de EL PAÍS describe la última cinta vista: "Una elegancia, gracia y tristeza impresionante"Vídeo: GREGORIO BELINCHON
Robert Guédiguian, ayer en Cannes.
Robert Guédiguian, ayer en Cannes.A. RENTZ (GETTY)
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