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La forja de un virtuoso del fogón

'El pollo, el pez y el cangrejo real', un 'thriller' gastronómico en Berlín

Un cocinero real, Jesús Almagro, metido cuatro meses en una cocina ideando tres platos para participar en el concurso culinario francés Bocuse d'Or es el punto de partida de El pollo, el pez y el cangrejo real, un thriller gastronómico en clave de documental del director José Luis López Linares.

Con semejante argumento "tan poco atractivo", según ha reconocido el propio López Linares, es impactante que El pollo, el pez y el cangrejo real sea la única cinta española en la actual edición del Festival de Cine de Berlín -ya que Elegy de Isabel Coixet es un proyecto enteramente norteamericano-, aunque en una categoría fuera de concurso.

"Cuando Antonio Saura -productor de la cinta- me propuso dirigir una historia sobre cómo se prepara un cocinero español para el Bocuse d'Or, lo primero que me pregunté es si esa historia merecía la pena y lo segundo que qué sería eso del Bocuse", admite el director de la película, que llega a las salas españolas este viernes.

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El Bocuse d'Or es el concurso de chefs más prestigioso del mundo. Se celebra cada año en Lyon y en la pasada edición, en la que participó Almagro, flamante jefe de cocina del restaurante madrileño Pedro Larumbe, los concursantes tuvieron que cocinar un pollo de Bresse (típico de Francia, pues tiene los colores de la bandera francesa), un pez Balder y un cangrejo real.

La tensión de la cocina

"La historia empezó a merecer la pena cuando conocí a Jesús, que me pareció una persona muy honesta, transparente, y me enseñó que la cocina no es ese mundo tranquilo y aburrido que imaginaba, si no que hay mucha tensión", recuerda el director.

Lo que en principio era un seguimiento casi en formato reality del día a día de Almagro en su cocina se convierte en un aventura vital en la que no falta emoción, intriga, angustia, tensión y desolación, ni tampoco el valor del esfuerzo diario y la ilusión.

Todos estos ingredientes llevan al espectador en más de una ocasión a la carcajada, causada, en parte, por la enorme expresividad de Almagro; aún hoy Linares se ríe de la cara de desesperación que ponía el cocinero cada vez que le decían que los platos que preparaba no valían para el Bocuse.

"Yo la verdad que lo he pasado muy mal, me iba llorando a casa muchas noches porque no me salía nada bien, fueron cuatro meses de trabajo intenso y muy duro", recuerda ahora el cocinero.

Y por fin llegó la gran cita en enero de 2007. Almagro se presentó en un abarrotado pabellón de Lyon en donde los seguidores animan a sus cocineros con banderas y cánticos futboleros mientras los chefs permanecen cinco horas metidos en una cocina preparando sus respectivos platos.

Para conocer el desenlace, lo mejor es ver la película, aunque Almagro reconoce que salió llorando, que no piensa volver a presentarse y que los platos franceses "eran demasiado espectaculares como para prepararlos en sólo cinco horas". Ahora tiene nuevos retos.

"Ser jefe de cocina de Pedro Larumbe es una gran oportunidad profesional, a la espera de aprender aún más y poder llegar a montar algún día mi propia cadena de restaurantes", revela Almagro, quien asegura que lo que más ilusión le ha hecho de este documental "es que refleja lo duro que es el trabajo del cocinero".

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