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El enigma etrusco llega a Barcelona

Una exposición muestra varias piezas sobre la civilización etrusca nunca vistas fuera de Italia

Un trono de bronce, los grandes frisos de Tarquinia y una amplia muestra de joyas son algunas de las 170 obras que se exhiben a partir de hoy en CaixaFórum en la exposición inédita Príncipes etruscos. Entre Oriente y Occidente, en la que se actualiza la imagen de la enigmática civilización etrusca.

La muestra se centra en la época de máximo esplendor de este pueblo, que se desarrolló entre los siglos VIII a.C y I.a.C, en lo que hoy es la Italia central, según ha señalado hoy la comisaria de la exposición, Anna Mura Sommella.

Piezas inéditas

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Algunas de las piezas que se exhiben nunca antes habían salido de Italia. Provienen de los museos del Louvre de París, del Gregoriano Etrusco de la Ciudad del Vaticano; los Museos Capitolinos y el Museo Nazionale Etrusco di Vila Giulia de Roma; el Museo Archeologico Nazionale de Florencia; la Soprintendenza per Beni Archeologici della Toscana y la Soprintendenza Archeologica per l'Etruria Meridionale. La colección viajará, a lo largo de un año, hasta Palma de Mallorca y Madrid.

La exposición está articulada en tres grandes sectores: el período de formación, representado por dos tumbas con ajuares, pertenecientes a un guerrero y a una dama de alto rango; el mundo de las familias aristocráticas y la época de los príncipes, entre la segunda mitad del siglo VIII a.C y el IV a.C y acaba con el desarrollo de la civilización urbana. Este apartado recorre la arquitectura sacra, la producción artística, la religión y los usos funerarios.

Un pueblo enigmático

Asentados en la denominada Etruria, un amplio territorio de la Italia central, delimitado por los ríos Tíber y Arno, entre la Roma y la Florencia actuales, el pueblo etrusco ha sido considerado hasta hace muy poco como un "enigma", debido a sus peculiaridades etnográficas, lingüísticas, religiosas, políticas y culturales.

Anna Mura ha restado importancia, sin embargo, al misterio que envuelve a esta civilización, que ha calificado como una de las más importantes de la antigua Italia, y que tuvo importantes relaciones comerciales con los pueblos de la península ibérica, como el emplazamiento de Empúries (Girona).

Respecto de los últimos descubrimientos relacionados con esta civilización, Mura ha indicado: "todo lo que sabíamos se debía a las tumbas encontradas desde hace unos 200 años, mientras que ahora hemos empezado a encontrar restos de ciudades, de las que esperamos nuevos resultados".

Las excavaciones en áreas como la de Bello son más complejas, ha proseguido la experta, pero "ofrecen resultados extraordinarios, que permiten reconstruir la historia de este pueblo y conocer que las mujeres de clase alta tenían la misma paridad de estatus que los hombres".

Una lengua por descifrar

Difícil, en cambio, será estudiar más en profundidad el idioma que hablaban, puesto que no han dejado ninguna documentación literaria, sólo breves inscripciones fúnebres, cortas dedicatorias o inscripciones de carácter religioso.

Mura no ha querido destacar ningún objeto, porque todos tienen sus particularidades, pero ha citado una pequeña tablilla de marfil con uno de los dos alfabetos etruscos, que permite ver el tipo de signos empleados, que escribían de derecha a izquierda.

La comisaria ha recordado lo llamativo de que esta civilización desapareciera totalmente a partir del siglo I a.C por la absorción de Roma, sin que se produjera ningún genocidio cultural.

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