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IU hará una campaña personalista y eludirá el choque con Podemos

La formación centra su estrategia para el 20-D en el perfil del candidato Alberto Garzón

Elsa García de Blas
El candidato de Izquierda Unida-Unidad Popular a la presidencia del Gobierno, Alberto Garzón.
El candidato de Izquierda Unida-Unidad Popular a la presidencia del Gobierno, Alberto Garzón.Fernando Villar (EFE)

La relación entre los que fueron dos posibles socios electorales, Podemos e Izquierda Unida, convertidos ahora en adversarios en disputa por el mismo electorado, se sustanciará durante la campaña en un complejo equilibrio para IU: a pesar de que Pablo Iglesias trata de excluir a Alberto Garzón del debate político —dejándole fuera de todas sus propuestas de pacto e ignorándole en sus discursos—, la coalición de izquierdas ha decidido que huirá de la confrontación con Podemos. Así consta en el plan general de campaña de IU para las generales de diciembre, al que ha tenido acceso EL PAÍS. El texto aboga por remarcar las diferencias programáticas y subrayar la “coherencia” de su proyecto “sin ambigüedades” frente al de otros.

Podemos aspira a arrebatar a IU gran parte de su electorado —casi la mitad de sus votantes se decantan por la formación emergente, según las encuestas— , pero en la coalición detectan también un caladero de voto en los ciudadanos de izquierdas más críticos que ahora tienen dudas con Podemos.

El documento de estrategia electoral de IU, aprobado por la Presidencia federal, señala que la línea a seguir será esta: “Poner en valor en sí misma a IU, alejándonos de una estrategia de campaña en comparación y confrontación a otros en nuestro espacio electoral de la izquierda”. En IU son conscientes de que ese electorado al que podrían recuperar no entendería que atacaran en campaña a Podemos, un partido con el que también se identifica. Además, la coalición piensa en el día después del 20-D: “No debemos hacer una campaña que en una hipotética búsqueda de un diputado más resulte en contradicción con la política de convergencia que hemos sostenido en este tiempo y que debe seguir siendo una apuesta de futuro”. El debate interno en IU sobre la actitud a mantener frente a Podemos provocó hace días la dimisión de dos responsables de la campaña, aunque la tesis a favor de una política de no agresión ha sido la elegida.

“Izquierda, nuevo país y trabajo”

Tres palabras representan los pilares de la propuesta política con la que concurre IU a los comicios: “Izquierda, nuevo país y trabajo/trabajadores”, recoge su plan de campaña. Una campaña que tendrá en el centro el programa, con mensajes como la necesidad de una “ruptura democrática para un proceso constituyente”, el “trabajo garantizado”, la limitación salarial, el feminismo, el debate sobre Europa, la OTAN, la “estafa a las eléctricas” o la República. Será una campaña “en positivo”, creativa (“no tenemos nada que perder”) y con actos cercanos, “con olor a asambleas” del 15-M.

La estrategia de IU pasará también por centrarse en explotar su principal activo —su candidato, Alberto Garzón— en una campaña personalista. “Somos conscientes de que vamos a una campaña a cuatro, caracterizada por un doble bipartidismo”, señala el documento de IU, que incide en que Garzón, “como capital político ampliamente reconocido y muy positivamente valorado por la ciudadanía, es el competidor natural frente al resto de liderazgos”.

El candidato de IU, de 30 años, es conocido por casi el 90% de los electores, según la encuesta de Metroscopia de este mes de noviembre. “Nuestro candidato ocupará la centralidad de nuestra campaña”, apuntan los estrategas de la formación, conocedores de que la marca ha quedado desgastada, aunque sin renegar de ella. Ahora concurren acompañados de la plataforma ciudadana Unidad Popular, pero defenderán su trayectoria: “Que nadie nos arrebate en el discurso de campaña una IU que se reclama del 15-M, de los movimientos sociales, de los sectores en lucha”.

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La formación se esforzará en hacer "pedagogía" de sus propuestas, y el plan de campaña explica a sus dirigentes que han de esforzarse en no desarrollar sus argumentos en un escenario "que le es favorable al adversario". Son los llamados "marcos de referencia" y la indicación que se les hace es no caer en los marcos "que controlan y dominan los adversarios". Un ejemplo, señala el documento, es el escenario "bajar o subir impuestos", que "usa la derecha", frente al cual los cargos de IU han de subrayar el marco de referencia de "una fiscalidad justa", donde paguen más quienes más ganan y tienen. La coalición identifica como marcos de referencia "de los adversarios" en esta campaña la subida o bajada de impuestos, así como la recuperación económica o la aplicación de la ley (en el caso de la derecha). Del PSOE sería "somos la única fuerza de la izquierda capaz de encabezar el cambio" y de Podemos "la izquierda y derecha son divisiones viejas e inútiles". Ante estos axiomas, IU apuesta por destacar que aboga por derogar todas las reformas laborales, las dos reformas de las prensiones, una reforma fiscal justa, una educación pública con la supresión de la escuela concertada, la laicidad, la República, el proceso constituyente o el derecho a decidir.

La coalición se dirigirá al electorado de izquierdas —"IU representa las propuestas y los principios de la izquierda"— con un proyecto "rupturista, que no se deja corromper por falsos consensos". Una línea estratégica que ha llevado a cabo esta semana al ser la única fuerza de ámbito nacional que se descuelga por completo del pacto antiyihadista que se amplía este jueves a Ciudadanos y otras fuerzas. IU ha decidido ni siquiera participar en las reuniones del acuerdo, que considera "un acuerdo precocinado de PP y PSOE" a diferencia de Podemos, que lo rechaza pero sí acudirá al encuentro en el Ministerio del Interior.

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Sobre la firma

Elsa García de Blas
Periodista política. Cubre la información del PP después de haber seguido los pasos de tres partidos (el PSOE, Unidas Podemos y Cs). La mayor parte de su carrera la ha desarrollado en EL PAÍS y la SER. Es licenciada en Derecho y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid y máster en periodismo de EL PAÍS. Colabora como analista en TVE.

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