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Oreja para Ginés Marín en un festejo largo y plomizo en la Maestranza

Clemente y Varea, silenciados ante el soso encierro de la ganadería de Fuente Ymbro

La sosería de los novillos de Ricardo Gallardo se alió con el escaso sentido de la escena y el cómputo del tiempo de la terna de debutantes y entre todos brindaron en la Real Maestranza de Sevilla un espectáculo largo, plomizo y de escaso contenido, remendado a duras penas por la faena entregada de Ginés Marín al más que potable quinto.

Con un tercio de entrada se lidiaron novillos de Fuente Ymbro, desigualmente presentados. El primero resultó tardo y soso. Manejable el segundo; sin clase ni contenido el tercero; soso el cuarto; rompió a bueno el manso quinto; bruto y de movilidad engañosa el sexto.

El balance artístico fue el siguiente: Clemente, silencio y silencio; Ginés Marín, vuelta al ruedo y oreja, y Varea, silencio y silencio.

El novillero francés Clemente fue el encargado de abrir la tarde con un ejemplar terciadito, tardo y reservón que le permitió mostrarse firme y resuelto, pero poco brillante. La movilidad engañosa del novillo no le dejó entregarse en la muleta del torero, que apuró sus últimas embestidas sin lograr elevar el tono de un trasteo esforzado, trabajoso y muy apoyado en la voz.

Con el cuarto, ayuno de fuerzas pero de noble embestida, se mostró más compuesto que profundo en una labor pulcra y superficial que volvió a abusar del reloj y la paciencia del público.

La bisagra del cartel era el jerezano Ginés Marín, un valor en trance de eclosión definitiva que se enfrentó a un segundo tan manejable como soso, que tampoco estuvo sobrado de clase y al que toreó con suficiencia y exceso de metraje.

Con el quinto, que rompió en el último tercio, mejoró en el trazo, la forma y el fondo en una faena variada, entregada y meramente entretenida que le sirvió para cortar la única oreja de la tarde.

El tercero fue un jabonero tardo, blando, reservón y de corto recorrido que sólo permitió a Varea -debutante como sus compañeros- mostrar firmeza y poco sentido de la medida del tiempo y de la escena. Con el sexto, un punto bruto, enseñó su buen concepto sin rendimiento.

Escribano, a hombros en Alès

Manuel Escribano salió a hombros de la plaza francesa de Alès después de cortar tres orejas a los toros de El Pilar, que, en líneas generales, se prestaron al lucimiento, según informa el portal Mundotoro. Hubo dos tercios de entrada y el torero sevillano estuvo acompañado por Curro Díaz y Javier Castaño, que obtuvieron una oreja cada uno.

En el cierre de la Feria de Mayo de la localidad sevillana de Osuna se celebró un espectáculo de rejoneo en el que los caballeros Pablo Hermoso de Mendoza y Leonardo Hernández salieron a hombros.

Con más de media entrada, se lidiaron seis toros despuntados de Castilblanco, desiguales de presentación y juego. Pablo Hermoso de Mendoza, oreja y oreja; Leonardo Hernández, dos orejas y oreja, y Andrés Romero, silencio y oreja.

Por último, en La Carolina (Jaén) se celebró una corrida con toros de Apolinar Soriano, bien presentados, pero deslucidos por su falta de fuerzas.

Ante tres cuartos de entrada, Manuel Díaz El Cordobés fue ovacionado en su lote; David Fandila El Fandi saludó en su primero y consiguió las dos orejas del quinto, y el mismo resultado obtuvo Juan Ortega.

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