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La tradición triunfa en las municipales en Costa Rica

El PLN logra el 58% de las alcaldías

El tradicional Partido Liberación Nacional (PLN) tardó solo dos años en Costa Rica en recuperar el aliento tras la peor derrota en seis décadas. Ahora festeja un triunfo revitalizador en las elecciones municipales celebradas el domingo en 81 cantones ticos, marcados también por un abstencionismo cercano al 65% del padrón electoral, por la recomposición de otras fuerzas tradicionales y la pobre cosecha del gobernante Partido Acción Ciudadana (PAC).

El PLN, la fuerza política más histórica en la estable Costa Rica, fundada en valores de socialdemocracia que se han diluido en el tiempo, obtuvo el 58% de los puestos de alcaldías (48 de 81 cantones). Son 12 gobernaciones menos que las logradas en las municipales de 2010, pero mucho más de lo que cualquiera imaginaba después de la derrota estrepitosa en las presidenciales de 2014. Ha dejado atrás aquel episodio en que su candidato Johnny Araya abandonó la campaña tres semanas antes del balotaje contra el actual mandatario, Luis Guillermo Solís (PAC, centroizquierda), quien se presentaba como factor de ruptura del histórico bipartidismo en Costa Rica y de las estructuras tradicionales, pero que el domingo solo logró seis alcaldías.

Las elecciones en los 81 cantones colocaban 6.069 puestos en disputa entre alcaldes, concejales y síndicos. Era la primera vez en la historia costarricense en que se elegían todos los cargos municipales de manera separada de los diputados o la presidencia.

Johnny Araya logró retomar la silla de alcalde de la capital, a la que había renunciado para su fatal aventura por la presidencia. Lo ha logrado a pesar de haberse presentado por un desconocido partido cantonal después de que el PLN le cerrara las puertas con algo de rencor por la derrota de 2014. Araya, un político amigo de barrios pobres y buenos financistas, es el único que ha llegado a la alcaldía josefina por la vía de las urnas desde que se instauró este formato electoral (año 2000). “Demostré que en la política no hay muertos”, dijo triunfante ante la prensa después de relativizar el abstencionismo en su cantón, donde solo votó uno de cada cuatro ciudadanos.

A la victoria de Araya y la recuperación relativa del PLN se suma la de su viejo rival, el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC, centro derecha), que se hizo con 14 de las 81 alcaldías una década después de la debacle causada por pesados casos de corrupción atribuidos a los expresidentes Miguel Ángel Rodríguez y Rafael Ángel Calderón.

Pocos frutos electorales para la izquierda

La izquierda salió con pocos frutos de la jornada del domingo. Además del estancamiento del PAC, golpeado por las expectativas insatisfechas en el Gobierno de Luis Guillermo Solís, ha resultado escasa la cosecha para Frente Amplio, la agrupación que amenazó en las presidenciales de 2014 con colarse en la segunda ronda de la mano de su aguerrido candidato José María Villalta. Pese a sus expectativas y los temores de los conservadores, solo se ha hecho con una alcaldía y otra en coalición. Peor le fue al derechista Movimiento Libertario, que se va con las manos vacías. Los votantes ticos prefieren las ideologías de centro.

Lo saben bien en el PLN, presidido por el exmandatario José María Figueres (1994-1998), por si se lanza a la presidencia en 2018.

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