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One Direction desata la tormenta adolescente en México

La banda británica visita el país para presentar su último disco en medio de una gran expectación entre sus fans

Juan Diego Quesada
One Direction, este miércoles en la Ciudad de México
One Direction, este miércoles en la Ciudad de MéxicoSAÚL RUIZ

Louis, un joven de dientes blanquísimos con un pelo enmarañado y revoltoso que le sobresale por las orejas, dejó olvidado un vaso de café. El envase de cartón tenía unas manchas marrones en los bordes: era el surco que habían dejado los labios de Louis mientras bebía.

-Me lo quiero robar- decía una adolescente.

-¡Tiene sus huellas!, añadía otra.

 -Yo lo vendería en Ebay-, dijo la tercera con visión más comercial. 

Las mismas fans que entraron en pánico cuando la banda británica One Direction anunció que se tomaría un descanso, las que amenazaron con hacer alguna locura por la salida airada de uno de sus miembros, las que mandan a diario millones de mensajes en redes sociales declarando su amor incondicional, comenzaron a elucubrar con la idea de conseguir de alguna manera ese vaso. Sabe Dios para qué.

Ajena a la trama, una limpiadora se puso a recoger la sala y, al toparse con el envase, sencillamente lo lanzó a la basura.

El paso de One Direction por México ha desatado toda una tormenta hormonal. El conjunto que ha vendido 65 millones de discos desde hace cinco años, según Sony, su productora, ha dejado a su paso un reguero de chicas —y algunos chicos— compungidos. "O los veo o me muero ahorita", gritaba febril Luciana, de 13 años, acompañada por su madre. Al igual que ella, centenares de adolescentes se apostaron durante todo el día en las puertas del hotel Four Seasons, donde se hospeda la banda. El griterio al unísono no tenía nada que envidiarle a la grada de The Kop, donde se sientan los fanáticos en el estadio del Liverpool.

El grupo (Harry, Louis, Niall y Liam) vino a presentar su quinto álbum, Made in the A.M, justo antes de tomarse un descanso después de cinco años de giras y promoción de sus discos. En una rueda de prensa en la que no se les vio muy cómodos, dijeron haber superado sin dramatismos la salida del que fuera el quinto componente, Zayn Malik. "Eso nos unió como banda", se arrancó Liam, "llevábamos mucho tiempo trabajando juntos y al principio se le echó de menos, pero ahora estamos más unidos".

Acabada la rueda de prensa, recibieron en privado a algunos medios, entre ellos a EL PAÍS. En la distancia corta son amables y educados. Bromean a menudo entre ellos, aunque sin hacerse los listillos. Harry, repantingado en un sillón, parecía llevar la voz cantante. De hecho fue quien contestó sobre la sensación que les había producido el atentado en la sala Bataclan de París, donde unos terroristas asaltaron a sangre y fuego el concierto de Eagles of Death Metal. "Es una pena, una tragedia trasversal. La música solo debería ser motivo de celebración", dijo Harry.

No han sido indiferentes, como casi nadie, al 0-4 del Barcelona en el Santiago Bernabéu. Niall viaja de vez en cuando a la ciudad condal para ver fútbol. Conoce personalmente a varios de los jugadores de la plantilla de Luis Enrique. "Neymar y Messi son los mejores, es difícil encontrar a alguien más como ellos", señaló. Ahora que llega este parón que han planeado para descansar (sus fans han llegado a temer que sea una despedida suave) tendrá tiempo de sobra para verlos jugar. El resto dice que dedicará el tiempo a la familia o simplemente a no hacer nada, a levantarse por la mañana y no tener un compromiso detrás de otro. Como este miércoles.

Los muchachos tocarán el jueves en el Foro Sol ante 63.000 personas. No queda un asiento disponible. Entre el público seguramente anden las que soñaron con hacerse con un bote de café usado. Las deidades adolescentes parecen convertir en oro todo lo que tocan.

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Sobre la firma

Juan Diego Quesada
Es el corresponsal de Colombia, Venezuela y la región andina. Fue miembro fundador de EL PAÍS América en 2013, en la sede de México. Después pasó por la sección de Internacional, donde fue enviado especial a Irak, Filipinas y los Balcanes. Más tarde escribió reportajes en Madrid, ciudad desde la que cubrió la pandemia de covid-19.

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