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LA PARADOJA Y EL ESTILO
Columna
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Mañana será otro día

Hoy es un día para recordarlo como el único, desde el del día de su boda, en que la infanta Cristina ha tenido algo importante que hacer

Boris Izaguirre
Cristina visita a su padre, el rey Juan Carlos, tras su operación de cadera el pasado mes de septiembre.
Cristina visita a su padre, el rey Juan Carlos, tras su operación de cadera el pasado mes de septiembre.EUROPA PRESS

Algo hermoso de ver en febrero es el ciclo del hielo y del deshielo. Hoy, 8 de febrero, al fin escucharemos lo que el señor Miquel Roca nos había prometido. Seguramente no será algo solemne sino más bien en un tono templado como: “La Infanta ha contestado a todas las preguntas y ha colaborado al máximo”. Hoy es un día para recordarlo como el único, desde el día de su boda, en que la infanta Cristina ha tenido algo importante que hacer. Porque, ¿qué hace una infanta, aparte de montar la película que ha montado y poner patas arriba la Agencia Tributaria, la Fiscalía y la Corona? Es curioso que nadie recuerde las actividades sociales para las que esta contratada tanto en Fundación La Caixa como en la Fundación Aga Khan y es probable que no importe. El fiscal habla de lucro pasivo. La transparencia en la casa real lo primero que hizo fue ponerla al margen. Y allí, en los márgenes de la historia se la recordará como la hija del rey que respondió a las preguntas del juez Castro sobre las actividades de su empresa. Listo. Fin de una era.

Todo esto nos había helado la sangre. Pero mañana, cuando sea otro día, pensaremos en esa otra mujer polémica llamada Mia Farrow. Ha hecho mas películas que la infanta Cristina, entre ellas La semilla del diablo, haciendo historia, eso si, con su corte de pelo y casándose con Frank Sinatra, a su manera fue como hacerlo con el diablo. Decidió adoptar niños exóticos adelantándose a Angelina, Roció Jurado y Pantoja, con la mala suerte de que una de las adoptadas es ahora esposa de su ex marido, Woody Allen. Soon Yi es precursora de José Fernando y Chabelita en el olimpo de los hijos adoptados que quebrantan familias. Muchos creen que Mia está detrás de una campaña para arrebatarle el Oscar a Blue Jasmine, la ultima película de Allen, manipulando a su hija Dylan para recordar públicamente los supuestos abusos que sufrió cuando vivían con el director. El escandalo coincide con el informe de la ONU sobre los abusos a menores en la iglesia católica. ¡Otro sin vivir! Por un lado desearíamos que Mia y su hija no consigan su objetivo de dañar la imagen del director. Y por otro quisiéramos que el informe de Naciones Unidas obligue a reaccionar al Vaticano sobre sus pecados.

Aunque mañana sea otro día y dejemos atrás la cuesta de Mallorca, la cuesta de febrero se alarga. El bizarro asalto a la esposa del conductor radiofónico, Paco González, nos ha metido el miedo en el cuerpo. Fue malherida supuestamente por una joven higienista dental, obsesionada con el periodista, y que previamente había contratado a unos sicarios búlgaros. Gracias al arrojo de testigos presenciales, los profesionales del crimen no consiguieron su propósito. La buena noticia es que en España estamos a la cabeza de la solidaridad y sabemos enfrentarnos al peligro. ¡Óle! La mala noticia es, ¿qué puede pasar en la cabeza de una joven higienista dental para recurrir a sicarios? Es como si entre diente y diente, les preguntara su profesión y cuando responden ella decida dejarles la dentadura limpísima a cambio de un favorcito.

Con el hielo y el trasiego de sus habitantes, la finca Cantora se ha convertido en una cuesta resbaladiza. Mientras esperamos a ver si con el parto Chabelita gana la partida, acaba de aparecer un nuevo personaje en esa tierra de fuego: Miss Jessica Alba. Se trata de una fan veinteañera de Pantoja que cuelga frases emocionadas y fotos suyas con la reina de la copla. “Jessica es la única que hace reír a Isabel en estos días tan fríos”, ha publicado una revista rosa. Es la constatación del magnetismo de Pantoja y de que su repertorio actúa como un rompehielos generacional. Pero alguien ha obligado a Jessica a cancelar sus cuentas en Twitter y Facebook. ¿Cómo lo ha conseguido?, se preguntan muchos sabedores de que darse de baja en Facebook es casi tan difícil como hacerlo en la iglesia católica. “Se había convertido en una ventana a su alma”, aseguraron en un pasillo de televisión.

Desde que Valerie Trierwailer abandono el Eliseo, se ha desatado una corriente de famosas que pudieran haber tenido una noche loca con un gobernante. Elizabeth Hurley, esa despampanante infanta que sintetizo el mal gusto en los años noventa, declaró lívida que jamás ha tenido nada que ver con Bill Clinton. ¡Una pareja explosiva! Se entiende que Hurley no quiere perturbar a Hillary. En cambio, Wendy Murdoch, conocida como Karate Wendy desde que neutralizó marcialmente un ataque dirigido a su entonces marido el magnate Rupert Murdoch, esta de moda porque Vanity Fair interceptó una nota con su letra donde asegura que adora a un Tony. “Me gusta su piel, tiene un cuerpo fantástico, buenas piernas y culo. Y penetrantes ojos azules”. ¡Menuda nota para haber estado tanto tiempo perdida! La descripción podría referirse a Tony Blair y aunque el exprimer ministro británico ha desmentido cualquier relación, él debería agradecer los piropos y en vez de conferencista millonario lo adecuado sería escribir un libro confiando sus trucos y entrenamientos. En cualquier caso, estos son pecados de ricos, quizás una señal de que al final de la cuesta de Palma tocamos fondo y ahora solo queda empezar a subirla otra vez. Para volver a donde estábamos.

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