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EL DEBUT

Yo tuve una vampira adolescente

Jules Stewart, madre de Kristen Stewart -protagonista de 'Crepúsculo'- se estrena como realizadora "Tengo mi propia trayectoria, y odio que se piense que si he dirigido una película es por mi hija de 22 años"

Tom C. Avendaño
Jules Stewart, en el rodaje de su debut como directora, 'K-11'.
Jules Stewart, en el rodaje de su debut como directora, 'K-11'.Matt Kennedy

¿De tal astilla, tal palo?

A las oficinas de la productora Libertine Films, sitas en el distrito de Van Nuys de Los Ángeles, se puede acceder de dos formas: por la puerta principal o a través de un garaje recientemente construido que permite entrar sin ser visto. La primera es todo lo que han necesitado durante décadas sus empleados y su fundadora, Jules Stewart. La segunda tuvo que habilitarse hace poco para que su hija Kristen despistara a fans paparazis. Estas dos puertas separan lo que une la sangre: a una casi sexagenaria que lleva décadas ocupando diversos puestos menores en rodajes de toda índole de la dilecta protagonista de la saga Crepúsculo. Esta última es la actriz mejor pagada de Hollywood, con un caché valorado en unos 34,5 millones de dólares por filme. La primera estrenó la semana pasada su debut como directora, K-11, tras pasar años porfiándose los tres millones que iba a costarle el ascenso.

¿Ser madre de es fácil?

Quizá por eso, Jules Stewart ha aprovechado la tímida promoción del proyecto (un sórdido drama carcelario protagonizado por drogadictos y travestis) para distanciarse profesionalmente de su hija. “Para el mundo, no tengo nombre. Soy Mama Stew, que es como me llaman sus trillones de fans”, soflamaba esta semana para Los Angeles Times. “Pero tengo mi propia carrera, mi propia trayectoria, y odio que se piense que si he dirigido una película es por mi hija de 22 años. Es muy frustrante porque le gano por goleada en experiencia, que yo no he salido de la nada”. Jules ha trabajado en docenas de películas —como Mortal kombat o Los Picapiedra en viva Rock Vegas— desde que llegó a Hollywood de su Australia natal a los 16 años, generalmente desempeñando la perfunctoria tarea de script. El primer papel de Kristen fue en un telefilme en el que ella trabajó: la niña tenía entonces nueve años. Libertine Films, símbolo del lento ascenso de Jules, era solo una idea. Una década después, serviría como refugio en el que a nadie se le ocurriría buscar a su megafamoso vástago.

¿No se puede refugiar en un ‘hobby’?

La popularidad de su hija no solo eclipsaría toda la carrera de Jules; también su pasión por la oscuridad, los monstruos y, sí, los vampiros. “Esas son las verdaderas historias”, se relame, cubierta de tatuajes y accesorios góticos, en referencia no a los enamoradizos y virginales bichos de Crepúsculo, sino al terror clásico de la Hammer. Y matiza, invitando a la comparación madre-hija: “En ellas, a nadie le importa que seas rico, feliz y bello. Lo único que importa es que estás enfermo”.

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Sobre la firma

Tom C. Avendaño
Subdirector de la revista ICON. Publica en EL PAÍS desde 2010, cuando escribió, además de en el diario, en EL PAÍS SEMANAL o El Viajero, antes de formar parte del equipo fundador de ICON. Trabajó tres años en la redacción de EL PAÍS Brasil y, al volver a España, se incorporó a la sección de Cultura como responsable del área de Televisión.

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