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Cayetana Alba rentabiliza sus tesoros

El duque de Huéscar anuncia que la casa ducal mostrará al público su importante legado cultural

El primogénito de la Casa de Alba, Carlos Carlos Fitz-James Stuart, duque de Huéscar.
El primogénito de la Casa de Alba, Carlos Carlos Fitz-James Stuart, duque de Huéscar. PACO TORRENTE (EFE)

La aristocrática Casa de Alba quiere compartir su legado. De momento, su colección de arte. No se sabe todavía si más adelante serán sus palacios y castillos. Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, duque de Huéscar, primogénito de Cayetana de Alba y heredero del linaje, asegura que “por ahora no se han alquilado los salones del Palacio de Liria, aunque tal vez luego se abran para algunos eventos”.

Lo dijo el pasado viernes, después de la presentación de El Legado Casa de Alba, la exposición que se inaugurará el 1 de diciembre en el Centro-Centro Cibeles de Cultura y Ciudadanía de Madrid. Y es que a principios de este año, la duquesa y sus hijos, empeñados en convertir su apellido en una marca rentable, decidieron abrir los lujosos salones de Liria, el palacio estandarte de la familia, para celebrar selectos banquetes para no menos selectos invitados.

“Nuestra intención es compartir las obras y piezas que componen la colección de la Fundación Casa de alba con un público cada vez más entendido y más interesado por la cultura y la historia. Esta muestra nos permite dar a conocer diferentes obras y documentos que han sobrevivido a los avatares de la historia y que conforman el mayor tesoro del legado de nuestra familia. También es una extraordinaria oportunidad para que se conozca la constante y silente labor de mantenimiento y conservación de la Casa de alba desde hace siglos”, explicó el duque

La Casa de Alba posee una de las colecciones privadas de arte más importantes del mundo: oleos (de pintores como Velázquez, Rubens, Goya o Tiziano), esculturas, acuarelas, dibujos, tapices, cerámicas, trajes y documentos históricos (como algunas cartas autógrafas de Cristóbal Colón, el testamento de Fernando el Católico o una edición príncipe de El Quijote). Son emblemas de casi seis siglos y es la primera vez que se exhibe una selección tan amplia del legado.

Carlos Fitz-James Stuart es el vicepresidente de la Fundación Casa de Alba y se encarga de la gestión del increíble patrimonio familiar. No obtiene dinero por exposiciones como la de ahora, pero sí ahorra impuestos. El año pasado su madre dio en herencia a sus seis hijos la mayoría de sus bienes, a él le correspondió algunas fincas rústicas, casas de alquiler, el Palacio de Liria y el de Monterrey, entre otros.

El viernes señaló también que se siente “especialmente orgulloso” de compartir con el público el cuadro de La Virgen de la granada, de Fra Angelico, una obra que en 2006 le solicitó el Museo Metropolitan de Nueva York pero que, por tratarse de una tabla, los especialistas desaconsejaron su traslado. “Los neoyorkinos no pudieron disfrutarlo, pero ahora podrán hacerlo los madrileños,” aclaró.

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