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Discovery mira hacia Europa

El gigante trata de adaptarse a las nuevas maneras de ver la televisión

Sede de Discovery en las afueras de Washington
Sede de Discovery en las afueras de WashingtonJIM BOURG (REUTERS)

Aunque las cosas hayan cambiado mucho los últimos años en el mundo de la televisión, en esencia no lo han hecho tanto. “Lo que funciona siempre son las buenas historias y los grandes personajes”, dice David Zaslav. Y eso es lo que trata de explotar Discovery Communications, el grupo de medios que desde hace seis años dirige este antiguo ejecutivo de NBC Universal. Aunque es una compañía estadounidense, el grueso del negocio se gestiona en las 40 oficinas que tiene por el mundo.

Para tener una idea de la dimensión de Discovery, basta mencionar que sus programas llegan a más de 1.800 millones de abonados a la televisión de pago en 218 países [en España emite en abierto por la TDT]. La compañía cotiza en el mercado Nasdaq, y su capitalización es de 19.460 millones de dólares. Las acciones se han revalorizado un 260% desde septiembre de 2008.

Un dato más. Discovery está invirtiendo 1.200 millones de dólares anuales en contenidos,una suma importante si se toman como referencia los 4.490 millones que la sociedad con sede en las afueras de Washington facturó en todo 2012. “Hay que invertir en la marca y en el desarrollo de nuevos productos para diversificar el crecimiento”, afirma Zaslav.

El directivo explica que su equipo está siempre analizando cómo se consume el contenido audiovisual en nuevos dispositivos y plataformas. No le queda otra opción. Los usuarios del videoclub virtual Netflix, el portal que más tráfico de Internet genera por las noches en Estados Unidos, emplearon más de 4.000 millones de horas en visionar contenido en el primer trimestre. Amazon y Hulu están compitiendo también con fuerza en este segmento.

Las acciones han subido un 260% desde septiembre de 2008

“Es cierto que cada vez hay más consumidores que acuden a Netflix y Amazon, pero también es verdad que están más tiempo frente a la televisión”, señala Zaslav. De momento, el directivo ve Internet como una nueva ventana para distribuir los contenidos de Discovery, no como una amenaza. Sus principales plataformas siguen siendo los operadores de cable y satélite. “Estaremos donde vaya la audiencia”, insiste.

Hace un año ya compraron Revision3, una productora de vídeo online. Rev3 fue, de hecho, una de las televisiones pioneras en Internet. Empezó a operar en 2005 y elabora contenidos propios. Ahora, Discovery la integra a una red global compuesta por canales tan populares como TLC, Animal Planet, OWN de Oprah Winfrey, Science Channel y Discovery Channel. En el último año, Discovery también se hizo con el control de Eurosport y SBS Nordic para reforzar su presencia en Europa y diversificar la oferta.

Zaslav ve Europa como “el nuevo mercado emergente”. En el Viejo Continente, la cuota de audiencia de Discovery crece más rápido que los ingresos por publicidad. En países como España o Italia pasó del modelo de pago al libre, porque el consumidor es más reacio a pagar la televisión por cable o por satélite. Pero Zaslav cree que es un buen momento para posicionarse en ese mercado y maximizar los ingresos cuando la economía repunte.

Discovery genera un tercio de los ingresos fuera de Estados Unidos. Como señala Mark Hollinger, responsable del negocio internacional, se trata de diversificar el modelo y, al mismo tiempo, de hacer sentir al consumidor local que el canal está hecho para ellos. Lo consiguen de dos maneras: haciendo una versión del contenido internacional para cada región o tomando ideas de un mercado para explotarlas a escala global.

“Las buenas ideas llegan desde cualquier lugar, de nuestros equipos locales y hasta de YouTube”, explica Luis Silberwasser, jefe de contenidos de Discovery. Pero, como precisa David Zaslav, la televisión en Internet es un modelo de negocio que no termina de cuajar, “aunque sabemos que forma parte de la cultura, y tenemos tanto contenido que podemos hacer lo que queramos”. Eso es crucial, porque al desarrollar contenido original, los derechos pertenecen para siempre, y Discovery puede rentabilizarlos.

La lucha de los grupos de comunicación es constante para conseguir que la gente esté más tiempo en sus canales. Como señala Zaslav, al final, el público tiende a concentrarse en siete u ocho canales, “es muy difícil moverlos”. Netflix, Amazon y Hulu cuentan con otra ventaja: no dependen solo del televisor tradicional. Los distintos miembros de una familia pueden consumir contenido en diferentes dispositivos. Como dice Reed Hastings, consejero delegado de Netflix, “la gente adora ver la televisión, pero no le gusta el modelo lineal de canales”.

Por este motivo no sorprende su rápido crecimiento, hasta el punto de haber superado ya en abonados a la HBO, del conglomerado Time Warner. La transición hacia el modelo de programación a la carta está lanzada en Estados Unidos, y, como reconocen los ejecutivos de Discovery, eso cambiará la manera en la que se distribuye la televisión.

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