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VINO SUBASTA

El Elíseo subasta 12.000 botellas de su bodega para una reposición más sobria

Una caja del selecto vino de Burdeos Petrus, uno de los más caros del mundo, que se ofreció al mejor postor en una subasta. EFE/Archivo
Una caja del selecto vino de Burdeos Petrus, uno de los más caros del mundo, que se ofreció al mejor postor en una subasta. EFE/ArchivoEFE

El Palacio del Elíseo subastará entre hoy y mañana 12.000 botellas de su bodega en la sala parisina Drouot para sustituirlas por vinos más modestos, con un Pomerol Petrus 1990 valorado en 2.200 euros, con el mayor precio de salida.

La subasta, confiada a la casa de ventas Kapandji Morhange, se llevará a cabo entre hoy y mañana en el palacete Drouot, y contendrá una gran diversidad de vinos de las distintas regiones de Francia, entre las que Burdeos y Borgoña ocupan un lugar "predominante", explicó la sala en un comunicado.

La valoración de cada botella oscila entre los 15 y los 2.200 euros, precio en el que está estimado el bordelés Pomerol Petrus 1990, el vino más caro del conjunto.

El objetivo de esta operación es "permitir una renovación de la bodega del Elíseo mediante autofinanciación", explicó Drouot, quien añadió que el dinero obtenido de esta venta "será reinvertido en vinos más modestos y el excedente será transferido al presupuesto del Estado".

La selección de vinos, dividida entre "cosechas de excepción y apelaciones más modestas", ha sido realizada por la sumiller jefa del Palacio del Elíseo, Virginie Routis.

"Estarán a la altura Pomerol, con Petrus a la cabeza, y Saint-Émilion y sus grandes Cheval Blanc, Ausone y Angelus, además de Saint-Estèphe y su legendario Cos d'Estournel", destacó la sala de subastas.

Vinos alsacianos, de la región de Champagne, del Loira, del suroeste del país o del valle del Rin cierran la propuesta.

Por su parte, el experto Ambroise de Montigny explicó en el comunicado que la bodega del Elíseo simboliza como ninguna "la variedad y la riqueza de la Francia regional y expresa la excelencia de sus viñedos, reconocidos como patrimonio nacional".

Montigny describió esta selección como un "abanico del savoir faire" (saber hacer) francés y afirmó que esas 12.000 botellas a la venta, que "han acompañado grandes momentos de la historia de la Quinta República", se convierten en "embajadores de la cultura y de las tradiciones galas".

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