¿Diseñas o trabajas?

¿Diseñas o trabajas?, esta frase que se popularizó en la década de los ochenta, en plena movida madrileña, cobra hoy más sentido que nunca debido a una situación económica que obliga a los diseñadores españoles a ser, a la vez, creador y empresario.

"Somos creativos metidos a empresarios, profesiones incompatibles, difíciles de compaginar", ha explicado el diseñador Juan Duyos, en el segundo desayuno "60 minutos de moda con EFEstilo", celebrado en la Agencia EFE y en el que también han participado los diseñadores José Víctor Rodríguez (Victorio & Lucchino), Daniel Rabaneda, María Barros y la periodista Silvia Alexandrowitch.

Un mundo complejo que no sólo es patria del diseñador, sino que en él tienen mucho que decir la propia industria, los modelos, los medios de comunicación y las autoridades gubernamentales, entre otros.

"El problema que tiene la moda española, no es solo del diseñador", ha declarado María Barros, quien considera que la creación tiene que caminar de la mano de la empresa y del sector textil.

En esta lucha por posicionar el producto en el mercado, los diseñadores creen que los desfiles, a pesar del coste económico que conllevan, siguen siendo el modelo idóneo de comunicación y prestigio. Son "el corazón de la marca" y una herramienta que da "visibilidad".

La repercusión mediática es inmediata. "Nosotros, con nuestro último desfile, fuimos el broche de informativos en España y algunos países de Latinoamérica", ha comentado Jose Víctor Rodríguez.

Frente a los críticos con la pasarela madrileña IFEMA, Daniel Rabaneda ha asegurado que su participación en ella le ha permitido "ahorrar dinero y esfuerzo e invertir y vender en ferias tan importantes como la de París".

Con tan solo 26 años, Rabaneda recuerda que cuando empezó a desfilar estaba muy "perdido", las distintas pasarelas en España "desdibujan la veracidad de la moda". En Nueva York y en París hay una única pasarela por eso cree que en nuestro país "se debería gestionar de otra manera".

Junto a ellas, las alfombras rojas son otro escaparate para la moda española, aunque los creadores se quejan de que las actrices españolas siguen prefiriendo diseños extranjeros, prueba de ello fue la pasada edición de los premios Goya.

A pesar de que la moda española tiene su propio ADN, no se vende como se desea", ha dicho la especialista en moda Alexandrowitch, quien ha reconocido que los más jóvenes ya han regenerado y aportado una bocanada de aire fresco a la creación.

"Todos queremos vivir de nuestro trabajo, no conozco a ningún compañero que no se mantenga de la venta de sus productos", ha puntualizado Duyos, quien ha reconocido la importancia de comunicar y mostrar una marca en los medios o a través de rostros famosos.

En este encuentro también se ha abordado el relevo generacional como el que se ha visto en la reciente 57 edición de la Mercedes-Benz FashionWeek Madrid, en la que han convivido veteranos como Roberto Torretta o Victorio&Lucchino junto a recién llegados como Etxeberría o Moisés Nieto, componiendo una imagen fuerte y sólida de la moda nacional.

Todos los presentes estuvieron de acuerdo en que "España tiene una nueva generación en moda" y que esto es una "riqueza" y un "activo" para el sistema de moda español.

Una vitalidad creativa que regenera el paisaje de la moda española desde un punto de vista "realista" con la mirada puesta en "lo comercial".

"Es muy diferente cómo nos ven en París o Nueva York, donde tienen una imagen muy buena de la moda española, a cómo nos vemos nosotros", ha dicho Duyos, ganador del premio L'Orèal a la mejor colección de la última edición de la pasarela madrileña.

Una opinión que refuerza José Víctor Rodríguez, el cincuenta por ciento de la firma Victorio&Lucchino, al asegurar que el público latinoamericano tiene "hambre" de firmas españolas. "Tenemos que salir fuera juntos, porque venderemos más y seremos más visibles como el Circo del Sol".

Según el sevillano, a los españoles nos cuesta amar el producto español, y eso que tenemos una imagen fresca, joven y vanguardista, ha concluido.

Celia Sierra y Carmen Martín