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El juez Marlaska constata la vinculación de Ekin con la banda

El juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska decretó ayer prisión incondicional para los tres detenidos en la operación contra Ekin a los que le quedaba por tomar declaración: Egoitz Garmendia, Aniaitz Ariznabarreta y Erika Bilbao. El magistrado ya había ordenado el viernes el encarcelamiento de los otros seis arrestados en la operación que el pasado martes permitió desarticular la organización que ejercía como "correa de transmisión" entre ETA y las distintas organizaciones de la izquierda abertzale.

El auto dictado por Grande-Marlaska revela la información de varios documentos intervenidos durante la operación. En uno de ellos, incautado a Joxe Aldasoro y fechado el 10 de septiembre, los miembros de Ekin consideraban que la lectura que Batasuna había hecho del alto el fuego decretado por ETA cinco días antes, al definirlo como "unilateral, indefinido y no condicionado", iba "más allá" de lo que en realidad había querido reflejar la banda en su comunicado.

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El magistrado contabiliza hasta 38 reuniones orgánicas de Ekin en los últimos meses, y describe las medidas de seguridad adoptadas por sus miembros para no ser descubiertos, "copiadas" de los propios etarras. La investigación ha desvelado también, según la declaración de uno de los arrestados, que Batasuna confía en conseguir su legalización antes de las próximas elecciones, con el objetivo de ir en solitario a las municipales, y en coalición con otras fuerzas a las forales y autonómicas.

Manifestaciones

Más de 3.000 personas tomaron parte ayer en las movilizaciones convocadas en las tres capitales vascas para denunciar la detención de la cúpula de Ekin. En ninguna de ellas se registraron incidentes. Cerca de 2.000 ciudadanos recorrieron el centro de Bilbao entre mensajes contra la supuesta represión y gritos por la libertad de los presos. El manifiesto con el que concluyó el acto acusaba al Gobierno central de "responder con violencia a los pasos que se están dando" en Euskadi por la paz.

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En San Sebastián apenas se congregaron un millar de manifestantes, que también corearon gritos contra la policía, el PSOE y el PP, así como a favor de la independencia, según informa Mikel Ormazabal. Vitoria acogió la manifestación mucho menos concurrida.

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