Custo se suelta la melena
Falsas pieles de colores y tonos metálicos marcan la colección de Custo Dalmau para el otoño de 2010 presentada en la Semana de la Moda de Nueva York
La revolución ha llegado a Custo, que literalmente, se ha soltado la melena. Ésta es la consigna de este año para la veterana firma catalana: el pelo. Sin perder su estética fetiche -los ricos estampados de colores-, Custo Dalmau presentó el domingo en la Semana de la Moda de Nueva York su colección para la temporada de otoño de 2010, en la que el pelo ha irrumpido como un huracán, suavizado, eso sí, por los tonos metálicos de esta colección irónicamente titulada Hairy Metal (Metal peludo).
"Nuestro reto siempre es el mismo, ser contemporáneos pero con cada colección queremos renovar nuestra identidad, que está basada en la fusión de grafismos, materiales y colores. Y esta vez hemos optado por el pelo mezclado con materiales de brillo metálico. Además, nos gustaba ironizar con la idea de heavy metal, aunque en la colección no hay nada relacionado con ese género musical". Custo lo comentaba al terminar un desfile en el que presentó 50 combinaciones para mujer y 20 para hombre con grafismos menos explosivos que en colecciones anteriores, pero con el mismo espíritu optimista que ha marcado toda su trayectoria.
"Nos gustaba ironizar con la idea del 'heavy metal", afirma el diseñador
Y es que en el universo Custo nunca hay crisis. Ya sea en lo que se refiere a la estética, que jamás se doblegó a la idea de sobriedad que a veces ataca a los diseñadores en épocas difíciles, como respecto al negocio. Con 13 tiendas repartidas por Estados Unidos, Custo es de los escasos españoles que puede presumir de tener cimientos sólidos en un país en el que desfiló por primera vez hace ya 14 años y en el que, pese a la crisis, sus ventas no parecen haber sufrido.
Su revelación fue el mundo de la camiseta, aunque desde su primera colección, su producción ha crecido y abarca todo tipo de prendas y complementos, entre ellos amplios cinturones sobre pantalones muy estrechos que brillaron glamurosos durante un desfile en el que además participó su hija Carlota. "Nueva York siempre será una plaza difícil porque priman las ideas de los diseñadores neoyorquinos, que son minimalistas y nosotros estamos en las antípodas. Pero no nos va mal", dijo Custo.
La combinación entre las falsas pieles sintéticas de tonos metálicos con sus diferentes volúmenes y los estampados en diferentes gamas de azules y malvas en leggins y vestidos crean un contraste "energético y contemporáneo acorde con la nueva era", en palabras de Custo. Que nadie tema por los animales, advierte el diseñador catalán, "todo es sintético y puede pasar por la lavadora".
El pelo también se tiñe de color en esta colección, y se extiende sobre chaquetas y camisetas, aunque luce voluminoso sobre abrigos y capas cortas que se combinan con faldas breves y pantalones ajustados.
Ésta era para Dalmau su colección número 28 en Bryant Park. Pero será la última que presenta en la carpa que hasta ahora ha albergado la Semana de la Moda neoyorquina. Él y el resto de los diseñadores se mudan la próxima temporada al Lincoln Center, en lo que se entiende como un ambicioso movimiento de ampliación con el que la doble cita anual de la moda neoyorquina tendrá, desde septiembre, una sede más sólida e institucionalizada que podrá acoger más desfiles que las carpas desmontables que han servido de sede desde 1994.
