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Un acuerdo para proteger los tesoros

Tras ser ratificada por 20 países, la Convención de la Unesco sobre la Protección del Patrimonio Subacuático entró en vigor el pasado 2 de enero. El espíritu del convenio es proteger el patrimonio que se encuentra en los fondos marinos impidiendo su explotación comercial. El acuerdo abre la puerta a la participación de empresas especializadas en exploraciones y excavaciones arqueológicas siempre que respeten las normas científicas admitidas y que intervengan con el consentimiento de las autoridades nacionales competentes.

Pero, pese a que el convenio está ratificado, su puesta en práctica está aún por ver. Entre los firmantes hay países, como Barbados, Bulgaria, Camboya, Cuba, Ecuador, Líbano, Lituania, Nigeria o Ucrania, con pocos pecios perdidos y sin capacidad de recuperarlos. España es la única potencia naval histórica que lo ha firmado. Todos ellos representan sólo un 4,7% del total de la costa del planeta.

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Un legado que no debe irse a pique

Países como Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Japón, China, Italia, Israel y Australia -que sí tienen empresas capaces de buscar y recuperar pecios- han preferido no firmar el acuerdo, aunque algunos de ellos como Reino Unido han expresado su intención de respetarlo.

Si todos los países lo firmaran, supondría un arma eficaz contra quienes quieren comerciar con los tesoros que encuentran. Dejaría de ser rentable. "Y entonces nadie los sacaría del fondo del mar", argumentan las empresas.

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