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El Museo de Badalona dedica una exposición a Picasso

El Museo de Badalona acoge hasta el próximo 28 de mayo Los lenguajes de Picasso, una exposición que ilustra la capacidad creativa del pintor malagueño con una selección de más de 50 obras representativas de las diversas disciplinas artísticas que cultivó a lo largo de su carrera. Así, la exhibición reúne dos óleos, una escultura, varios dibujos y grabados, cerámicas, carteles y libros ilustrados por el artista.

La exposición, que se presenta en el marco del 125º aniversario del nacimiento de Picasso (1881-1973) y que ya ha podido verse en León y Zaragoza, entre otras ciudades españolas, incluye en esta ocasión un apartado en el que se explica el vínculo que mantuvo con Badalona y su amistad con los pintores locales Eveli Torent y Carles Casagemas. Dolores Duran, comisaria de Los lenguajes de Picasso, explica que la exposición pretende ofrecer una visión global de la obra del prolífico autor que revolucionó el arte durante la primera mitad del siglo XX y mostrar su talento a través de las diferentes disciplinas que utilizó para expresarse.

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Desde sus primeras obras, el lenguaje pictórico de Picasso se caracteriza por prescindir de los elementos accesorios para centrarse en aquellos que consideraba esenciales. Una buena muestra de esa sencillez formal son los dos óleos que incluye la exposición: Busto de mujer II (1954) y Figura (1968). También en esta línea destaca la colección de grabados que el artista dedicó a la novela Carmen, de Prosper Mérimée. La última etapa del artista está representada en la exposición, que incluye también algunas de sus cerámicas, por una serie de aguafuertes que datan de 1970 y 1971, y en los que se representan varias escenas eróticas.

El poeta catalán Josep Palau i Fabre, conocido especialista en la obra del genio malagueño, pronunció el pasado 9 de mayo una breve conferencia en el Museo de Badalona sobre la relación que éste mantuvo con la ciudad. Como explicó Palau, Picasso estuvo en Badalona cuando debía de tener unos 17 años para visitar a un amigo, el también pintor Carles Casagemas, que aunque nació en Barcelona veraneaba en una finca rústica próxima al actual parque de Ca l'Arnús. Juntos buscaron la inspiración en el cementerio de Sant Crist, pero a Palau no le consta que aquella visita diera como fruto cuadro alguno. Años después viajaron a París, donde Casagemas acabó suicidándose. El Museo de Badalona exhibe la reproducción de dos de los retratos que le dedicó Picasso y de un tercero que muestra al artista badalonés Eveli Torent, al que conoció en la taberna Els Quatre Gats.

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