San Sebastián expone los avatares de la construcción de la basílica de Aránzazu
Los arquitectos Luis Laorga y Francisco Javier Sáenz de Oiza presentaron un anteproyecto de la basílica de Aránzazu para ganar el concurso de 1950, es decir, acorde con el momento: autarquía, noción imperialista de la hispanidad, tradicionalismo... Pero luego fueron modernizando el diseño, hasta el punto de que de la idea original sólo sobrevivieron la planta de cruz latina y las puntas de diamante de la fachada.
Así lo explicó ayer el historiador y director del Artium, Javier González de Durana, durante la presentación en el centro Koldo Mitxelena de San Sebastián de la exposición Arquitectura y escultura en la basílica de Aránzazu: anteproyecto, proyecto y construcción 1950-1955, que se complementa con un libro escrito por él sobre el mismo tema. La muestra, coproducida con el Artium, llega a la capital guipuzcoana tras pasar por Vitoria, Bilbao y Barcelona.