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Crónica:CIENCIA FICCIÓN
Crónica
Texto informativo con interpretación

'Paycheck', o memorias del futuro

MICHAEL JENNINGS (BEN AFFLECK), un genio informático, desarrolla todo tipo de artilugios de alta tecnología. Su particular método de trabajo incluye continuos borrados de memoria para preservar los secretos de la compañía que le contrata. Movido por el reclamo de un sustancioso cheque, acepta un nuevo encargo... a cambio de tres años de recuerdos. Al despertar de ese lapso, descubre con estupefacción que ha renunciado a su millonaria paga a cambio de un puñado de objetos carentes de valor. Un clip, un encendedor, una llave... que le permitirán no sólo reconstruir su azarosa historia, sino eludir implacables persecuciones. Y es que su pasado esconde un temible secreto: Jennings conoce de antemano su futuro. El argumento pertenece a Paycheck (2003), filme dirigido por John Woo, adaptación cinematográfica de un relato corto del venerado Philip K. Dick (cuyas creaciones literarias han inspirado los filmes Desafío total, Blade runner y Minority report, entre otros).

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Las historias sobre el tiempo y su maleabilidad han llenado páginas y páginas de novelas o guiones cinematográficos. Trilogías como Regreso al futuro o Terminator, o las diversas entregas de La máquina del tiempo o El planeta de los simios, han explorado la magia de los viajes en el tiempo y el sorprendente choque entre civilizaciones separadas por siglos o eones. Una novela reciente, Time's eye (2004), de Stephen Baxter y Arthur C. Clarke, riza el rizo de estos contactos al trasladar, por la vía del desgarro espaciotemporal, a tres cosmonautas del año 2037, un batallón inglés del siglo XIX, las huestes de Gengis Jan y el ejército de Alejandro Magno, a las puertas de la antigua Babilonia en un mismo instante de la historia.

En contraposición a esa pléyade de relatos sobre viajes en el tiempo, son pocas las historias que plasman los posibles efectos que tendría una visión del futuro. ¿Cómo nos afectaría el conocimiento de acontecimientos futuros? Esta es, precisamente, la premisa sobre la que se articula el relato corto Universo monolítico, de Robert J. Sawyer, ganador del Premio UPC de ciencia ficción del año 1998, así como del filme que aquí nos ocupa.

Aunque, a primera vista, tal posibilidad resulte fascinante o divertida, nada más lejos de la realidad. En el filme, cuando la máquina anticipa una contienda bélica, el Gobierno norteamericano de turno decide por su cuenta iniciar una guerra preventiva contra el "futuro país agresor" (¿predecirá una máquina así la existencia de armas de destrucción masiva?). Sin pronunciarse sobre si un dispositivo de estas características es compatible o no con el libre albedrío humano, Paycheck pone de manifiesto que el arma más mortífera jamás concebida es una máquina del tiempo.

En cuanto a los procesos electroquímicos de borrado de memoria que se emplean en el filme, poco o nada podemos decir. Como sostienen algunos expertos, sabemos más del conjunto del universo que del cerebro humano. Pese a ello, parece claro que el almacenamiento de los recuerdos en un cerebro humano discurre por cauces bastante complejos (nada que ver con el carácter secuencial de almacenamiento de información en una memoria magnética). Esta circunstancia cuestiona el borrado de recuerdos de un periodo concreto (marcados, en el filme, mediante un isótopo trazador), de forma análoga a como eliminamos, en el mundo real, ficheros de un disco duro...

Y hablando de isótopos: los astutos guionistas de Paycheck optaron por emitir detalles relevantes que podrían poner en jaque la credibilidad del filme. ¿Quiere usted emplear un isótopo? Mejor no mencione su naturaleza o podría pasarle como al autor (¿o fue cosa del traductor?) de Tarántula (1955), filme perteneciente a la época dorada del género, protagonista involuntario de un error de dimensiones piscinescas: mientras el doctor Hastings muestra su laboratorio a su nueva ayudante, afirma, sin sofoco alguno, "se trata de un isótopo radiactivo: amoniaco". Visto lo visto, no se inquieten si, de ahora en adelante, ven al personal de la limpieza abrillantando el inodoro con trajes antirradiación.

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