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Moebius cree que 'el cómic tiene aspectos débiles en la expresión'

El dibujante es jurado en la semana de terror de San Sebastián

Maribel Marín Yarza

'El cómic tiene aspectos débiles en la expresión. O quizá territorios vírgenes a la espera de un genio'. Lo dice el dibujante francés Jean Giraud (Nogent-sur-Marne, 1938), creador del teniente Blueberry y de parte del vestuario de la película Alien, de Ridley Scott, que ha dedicado más de la mitad de su vida a las viñetas. El ilustrador ejerce durante estos días de jurado en la XIII Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián.

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Giraud se toma un descanso entre sesión y sesión de la Semana de Cine Fantástico y de Terror donostiarra para filosofar sobre el cómic y hablar de sus proyectos. Llega acompañado de una traductora, pero no la necesita. Es igual de versátil para los idiomas que para cambiar de registro en sus viñetas o para adaptarse a otras disciplinas que no son la suya. 'Un artista de calidad', dice, 'tiene que tener una cierta capacidad para poder saltar de un modo de expresión al otro'. Él ya ha demostrado esta facultad en la gran pantalla y confía en volver a hacerlo en sus dos próximos proyectos cinematográficos: la adaptación de las historias del teniente Blueberry, de Ian Kounen, que se estrenará en otoño de 2003, y una producción china de animación titulada A través del anillo de Moebius.

'Los profesionales del cine creen que para mí es lo mismo dibujar cómics que story boards. Pero no lo es', afirma el ilustrador. 'Cuando trabajo para una película me siento como un extranjero, porque al final lo que hago es adaptarme. No es mi especialidad'.

Lo suyo son las viñetas, de registros tan variados que no parecen haber salido ni de la misma mente ni de la misma mano. Porque el ilustrador se buscó en su momento una 'manera de escapar a la muerte artística'. Su trabajo como Giraud, 'realista', que no exige 'una implicación profunda' ni implica, por tanto, 'una demostración' de su 'estado psíquico del momento' y el estadio creativo que se esconde tras Moebius. 'Es un estilo mucho más fantasioso donde trato de recrear diversos estilos de la historia del arte, de la pintura, del dibujo', afirma. El dibujante, sencillo durante toda la entrevista, se niega a caer en este punto en la falsa modestia. 'En realidad en el estilo Gir hay gente mucho mejor que yo, igual que en el Moebius. Pero soy el mejor de mi generación trabajando en los dos'.

El ilustrador comenzó en 1954 a dibujar historias de western y humorísticas en varias publicaciones y no tardó en hacerse un hueco entre los grandes nombres del cómic. Lleva casi medio siglo dedicado esta disciplina, a la que paradójicamente le ve más de una pega. 'El cómic tiene aspectos débiles para la expresión', confiesa. 'O son territorios todavía vírgenes, a la espera de un genio'. En su opinión el dibujante lo tiene mucho más difícil que un escritor, o un director de cine para emocionar a su público, para tocar su parte sensible. 'Existe una distancia que, por ejemplo, en el cine se acorta con el movimiento o la música'.

Su influencia es menor con respecto a otras artes, dice, sobre todo en la sociedad actual, aunque eso no significa que su calidad sea menor. Y menciona las tiras japonesas y americanas. 'El cómic fue en sus inicios el rey y hoy es parte de un gran mercado. Ahora hay muchas más cosas para atraer la atención de los jóvenes: la televisión, los videojuegos...'. ¿Es mejor alimento para el espíritu? 'Creo que cualquier cosa puede ser una puerta para la evolución personal y el conocimiento', responde de inmediato.

Jean Giraud, o Moebius, comenzó a dibujar a lápiz y papel, pero con el tiempo se ha sumado al carro de las nuevas tecnologías. 'El dibujo, siempre es el dibujo y se necesita una técnica', afirma, 'pero el ordenador te da otras posibilidades, sobre todo para el color'. En el lado bueno está la posibilidad de subsanar los fallos; en el malo, precisamente por eso, la pérdida del miedo a equivocarse. 'Porque ese temor obliga a la mano y al ojo a concentrarse', en una disciplina ya de por sí resbaladiza.

Dice el ilustrador que sus maestros le inculcaron la necesidad de trabajar rápido. 'Pero eso es un peligro porque acabas repitiendo una sucesión de recetas, de clichés, que además con los años se quedan viejos'. Él cree que cada generación de dibujantes mata a la anterior. 'Yo no sé si estoy muerto o vivo, eso sólo puede decirlo la persona que sigue mi trabajo'.

El dibujante Jean Giraud, en San Sebastián.
El dibujante Jean Giraud, en San Sebastián.JESÚS URIARTE

70 títulos en una semana

Jean Giraud asistió ayer a la inauguración de la XIII Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián, que hoy acoge el estreno mundial de Brocéliande, primer largometraje de Doug Headline, protagonizada por Elsa Kikoine y Mathieu Simonet. La película -una apuesta por escapar 'de la comedia o el drama que impera en Francia', según su director- narra la historia de una joven estudiante de arqueología que quiere especializarse en historia celta y acaba por verse envuelta en una serie de asesinatos. El filme es tan sólo uno de los más de 70 títulos -entre cortos, largos y ciclos- que proyectará la Semana hasta el 9 de noviembre. Entre ellos, cintas clave del expresionismo alemán y varias de Alejandro Jodorowsky, a quien rendirá homenaje. En su sesión de hoy se exhibirán dos cintas muy esperadas por los aficionados al género The happiness of the Katakuries e Ichi de killer, del japonés Takashi Miike.

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