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El Museo Julio Romero de Torres de Córdoba prestará 16 cuadros al de Bilbao y cerrará hasta febrero de 2003

El Museo Julio Romero de Torres prestará al Museo de Bellas Artes de Bilbao 16 de los cuadros más representativos del pintor cordobés, para una exposición monográfica sobre su obra que se abrirá el 7 de octubre. Esta muestra reunirá medio centenar de piezas de Romero de Torres, procedentes de pinacotecas públicas y colecciones privadas de España y América. Los cuadros abandonarán su lugar de origen a finales de septiembre y no regresarán hasta enero de 2003; en este intervalo de tiempo, el museo (el más visitado de la ciudad durante el primer trimestre del año, con más de 15.000 entradas) permanecerá cerrado.

Angelina Costa, teniente de alcalde de Cultura del Ayuntamiento de Córdoba, explicó que este período de cinco meses se aprovechará para restaurar y mejorar el patio, el jardín y los muros del museo. El edificio, situado en la Plaza del Potro, forma parte de lo que fue el antiguo Hospital de la Caridad. Desde mediados del siglo XIX pasó a pertenecer a la Diputación, y fue sede de diversas instituciones culturales, desde la Real Academia al Museo y Escuela Provincial de Bellas Artes. Precisamente allí pasó su infancia Julio Romero de Torres (1874-1930), porque su padre dirigía en aquellos años el Museo de Bellas Artes.

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El pintor cordobés tenía fuertes vínculos con Bilbao. Su primera exposición individual tuvo lugar en esta ciudad. Hasta allí viajaron cuadros como La saeta, La carcelera o La malagueña. Romero de Torres estableció contacto con intelectuales y artistas vascos, como Miguel de Unamuno o los hermanos Zubiaurre.

De las obras que se trasladarán a Bilbao, 14 pertenecen al Ayuntamiento de Córdoba: La chiquita piconera, La gracia, Alegrías, Naranjas y limones, La nieta de la Trini, Viva el pelo, La sibila de las Alpujarras, Poema de Córdoba, Diana, Cante hondo, Retrato de Conchita Triana, Ángeles y Fuensanta, Ofrenda al arte del toreo y Horas de angustia. Estas piezas forman parte de la colección que se había exhibido en la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929, y que la familia del pintor donó a Córdoba a su muerte. Los dos cuadros restantes, Ysolina Gállego de Zubiaurre y El pecado, son propiedad del Estado, pero fueron cedidos en depósito al Museo Julio Romero de Torres.

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