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Froome se invita a la fiesta suiza de Nairo

El británico gana bajo la lluvia la etapa reina en la que el colombiano confirma su victoria en Romandía

Carlos Arribas
Froome, durante su fuga triunfadora en el Tour de Romandía.
Froome, durante su fuga triunfadora en el Tour de Romandía.Jean-Christophe Bott (AP)

Ser ciclista significa, dicen los libros teóricos, ser capaz de entender lo que quiere el cuerpo y, entonces, con enorme fuerza de voluntad, negárselo. Lo llaman matar el instinto y sirve, fundamentalmente, para marcar la diferencia cuando los rivales se dispersan en ataques voluntariosos y aparentemente matadores. “La cabeza debe imponerse siempre a las piernas”, dice, más sencillamente, Nairo Quintana, quien en la etapa reina del Tour de Romandía mostró que se sabe muy la lección. Llevar el dorsal 51, el mismo que en su último Tour, el mismo que llevaron con el maillot amarillo Eddy Merckx, Luis Ocaña o Jacques Anquetil, exige a eso. El día que Chris Froome, el rival que le derrotó en sus dos Tours, se dejó guiar por un corazón orgulloso bajo la lluvia fría, el colombiano aseguró casi prácticamente su victoria en la carrera suiza, su segundo triunfo en una carrera de una semana en una primavera magnífica, camino de su desafío de julio en Francia.

Quizás celoso del patronazgo que ejerce Nairo en el pelotón, Froome, a quien no le gusta nada pasar inadvertido, no obedeció en el desapacible puerto de Barboleusaz ni a sus piernas ni a su cabeza, sino a su corazón, que le guio en una larga fuga de orgullo. Fue un ataque largo, de unos 40 kilómetros, y mantenido que nunca tuvo una ventaja superior al minuto pese al empuje con que le ayudó inicialmente el norteamericano Tejay van Garderen. El escalador de Montana, situado a 1m 22s de Nairo en la general al empezar el día, pensaba que podía ganarlo todo: no consiguió nada pero dio dolor de cabeza a todos. Ganó la etapa, por 4s, Froome, quien persistió hasta el final. Van Garderen se descolgó en la última ascensión y fue alcanzado y superado por Nairo y su amigo Ion Izagirre (tercero en la general ya) y sus rivales más cercanos (Pinot, Rui Costa, Zakarin…). A estos, con la ayuda de sus Movistar entregados a la causa, el colombiano los controló con frialdad de lluvia suiza durante toda la etapa: no dejó que las piernas, que se sienten tan fuertes, mandaran a su cabeza.

Entre el 18 de enero y el 30 de abril, Nairo ha disputado cuatro carreras de una semana. Ha terminado tercero en Argentina y en el País Vasco y ha ganado la Volta a Catalunya. El 1 de mayo, terminada la etapa de cierre ante el chorro del lago de Ginebra, seguramente habrá añadido a la lista, la victoria en Romandía, 11 años después de Santiago Botero, será el segundo colombiano que la consiga. Froome ya ha ganado dos veces el Tour de Romandía, en 2013 y 2014.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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