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Tres mitos alpinos tumbados en un verano

Los escaladores Iker y Eneko Pou completan por vez primera las tres vías de roca más complicadas de los Alpes

Hace apenas un año, los hermanos Iker y Eneko Pou estrenaron un nuevo itinerario en la pared oeste del Picu Urriellu: 500 metros de recorrido para la vía de pared más dura del planeta. Una obra futurista. Invirtieron casi tres meses de trabajo para escalar en libre, sin más ayuda que su destreza, una ruta que bautizaron con el nombre de 'Orbayu', 9 a de dificultad. Ningún escalador se ha atrevido con un itinerario cuya severa reputación ha crecido aún más si cabe éste verano.

Los hermanos alaveses decidieron a principios de año comparar 'Orbayu' con las tres rutas de los Alpes más duras: 'Sólo para viejos guerreros' , 'Pan Aroma' , localizadas en los Dolomitas italianos, y 'Zahir' , una joya del Wendestock suizo. Despacharon su reto empleando apenas tres días para adjudicarse en libre cada vía, un visto y no visto nunca logrado con anterioridad. "Son vías muy duras, pero también muy comprometidas.

'Pan Aroma' tiene una roca pésima, seguros muy malos que podíamos arrancar a la menor caída...La resolvimos en tres días, pero después tuvimos que regresar una y otra vez para que un fotógrafo tomase imágenes y otros especialistas nos filmasen... cada vez pasábamos más miedo", explica Eneko. El vídeo de la hazaña no recoge, sin embargo, la noche al raso que ambos sufrieron en la pared, sin más ropa que un pantalón y una camiseta, sin agua y con dos barritas energéticas, tiritando el uno pegado al otro mientras aguardaban el amanecer para dar con el camino de descenso. "Cada vez que lograba dormir, el castañeteo de los dientes de mi hermano me despertaba", se ríe Eneko.

Dicha grabación sigue causando furor en la red y ya se ha convertido en el vídeo más visto de la empresa norteamericana The North Face, uno de los patrocinadores de los hermanos Pou cuyo viaje alpino les ha servido para confirmar algo que sabían: las vías de dificultad de referencia palidecen a la sombra de su 'Orbayu'. "No era cuestión de demostrar nada, sino de refrendar algo que sentíamos como cierto. Escogimos las tres vías más duras de Alpes (y por extensión del mundo, salvando un par de vías del Valle de Yosemite, Estados Unidos) movidos por la curiosidad. Nadie había escalado antes dos de ellas, ni mucho menos las tres. Son vías que apenas contaban con dos o tres repeticiones, vías al alcance de muy pocos. Nos concedimos el verano para cerrar el reto y todo resultó mucho más sencillo de lo esperado", concluye Iker.

Los hermanos Pou también se han encaramado al peldaño más alto de la jerarquía de la escalada de dificultad: no hay ahora mismo una cordada más prolífica ni mediática que la suya, ejemplo del perfecto trabajo en equipo. Eneko, más polivalente, diseña los retos de la pareja; Iker, una estrella de la escalada deportiva reconvertido en alpinista, es un seguro de eficacia que aúna una fuerza descomunal y mucho valor para acometer las tiradas más comprometidas. Las cualidades de uno se perderían sin la presencia del otro. Educados en el respeto a los valores antiguos de la montaña, no dudan en señalar la deriva competitiva del montañismo, cuya esencia nunca fue tan competitiva como lo es ahora. "No hacemos lo que hacemos para ganar nada, sino para explorar nuestros límites y los de nuestra especialidad", sentencia Iker.

Iker Pou, escalando la pared  de "Pan Aroma"
Iker Pou, escalando la pared de "Pan Aroma"

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