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El Profesor deja de imprimir billetes

‘La casa de papel’ cierra hoy su primera tanda de episodios

Álvaro Morte, en 'La casa de papel'.
Álvaro Morte, en 'La casa de papel'.

“La ficción española vive un momento fantástico”. Las cifras parecen dar la razón al actor Álvaro Morte, quien encarna al Profesor, uno de los personajes centrales de La casa de papel. La serie de Antena 3, que narra un asalto y toma de rehenes a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, en la que los ladrones quieren imprimir a lo largo de 11 días 2.400 millones de euros, es una de las producciones nacionales que han marcado la temporada. Con una media de 2,7 millones de espectadores, esta noche (22.40) llega al ecuador de su única temporada con el noveno episodio de los 18 previstos y se marcha de vacaciones hasta una fecha indeterminada del otoño.

Morte se muestra sorprendido por el resultado de audiencia que ha tenido el programa. “Siempre pensé que llegaría a un público reducido, que era un producto casi de culto. Sobre todo, porque no tiene tramas sencillas, y es especialmente oscura”, comenta el intérprete a EL PAÍS.

Junto a ese buen momento que aprecia para la ficción televisiva española, Morte considera que “el público está afinando mucho el paladar gracias a plataformas como Netflix o HBO. Está en nosotros darle productos de calidad y creo que lo hemos conseguido con La casa de papel”. “Me gustaría pensar que estamos contribuyendo a abrir caminos en la televisión”, añade.

La serie hace un alto en medio del camino —fórmula que cada vez más producciones españolas están tomado como ejemplo de las estadounidenses— cuando en su trama los problemas se le van acumulando al Profesor: la fuga de varios rehenes ha pillado al cerebro del asalto fuera de juego y la policía se encuentra a punto de descubrir su identidad. Morte encarna a un personaje astuto, pero cuyas escasas habilidades sociales dejan al descubierto las debilidades de un tipo por quien su intérprete siente adoración. “Ha supuesto un reto para mí como actor, porque ha sido un papel muy difícil de encontrar y de definir”, señala.

“Hay muchas cosas que me gustan de él”, prosigue. “Por supuesto, su agudeza. Pero, la gente puede ser inteligente o no por su naturaleza. Sin embargo, sí depende de nosotros el empeño por conseguir las cosas. Resulta innegable esa capacidad de trabajo y esfuerzo tan tremenda que tiene, preparándose durante años para dar el golpe”. Pero también tiene sus debilidades: “Lo interesante es que a alguien que lo tiene todo controlado se le descontrolen las cosas”.

La ficción se encuentra todavía en fase de rodaje. “Estoy esperando como agua de mayo el guion del capítulo 13. Seguimos grabando, vamos a terminar toda la serie y luego empezaré otros proyectos, tanto audiovisuales, como en teatro, con mi compañía 300 Pistolas. De hecho, ni siquiera sé cómo va a terminar ni la serie ni mi personaje”. En cambio, sí que sabe cómo le gustaría que concluyeran. O más bien, como no le gustaría. “Para mí es necesario que se defienda el objetivo del Profesor. Ha estado toda su vida estudiando y preparando el atraco, que por otra parte es casi filosófico, y pensado para ver más allá de él. No me gustaría que dejara de lado su motor. Que se respete”.

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